El secreto de Elioth

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Un lobo con ojos verdes. Supe en ese momento de que ese licantropo estaba familiarizado con Elioth. Esos ojos color esmeralda transmitian la misma mirada que Elioth, tenía un pelaje blanquecino y estaba en un bosque como en el que se encontraba la casa del joven. Yo me estaba quedando hipnotizada con la mirada del lobo cuando Elioth entró en la habitación:

-¡¿Quién te ha concedido el permiso de tocar mis cosas?!

-Lo siento mucho, no podía dormir me intrigaba y...

-¡Ni se te ocurra volver a tocar mis cosas!

-Vale, lo lamento

-¡Marchate!

-Pero si es de noche, está oscuro, hace frío y hay muchos animales sueltos.

-Me da igual ¡véte ahora mismo!

Me fuí corriendo de allí. Me adentré en el bosque. Y corrí y corrí hacia el pueblo.
A las horas me había perdido en el centro del bosque y me puse ha pensar:

_Creo que estoy loca, acabo de conocer a un chico, no sé nada de él y me da la sensación de que es una persona maravillosa, pero... ¿Será él el lobo del cuadro? _

De pronto, escuché a unos hombres. Llegaron donde yo estaba. Eran jóvenes y estaban borrachos. No pensaban nada bien con el alchol que se habían bebido:

-Tíos que fuerte lo que ha pasado en la fiesta - dijo uno de ellos

-Si que miedo, no deberíamos de haber matado a ese tío - dijo otro.

-Calla hombre, que nos hubiera pagado lo que debía - dijo el cabecilla de ese grupo.

-Pero... mirad chicos a quien me he encontrado - comento otro sacándome de entre los arbustos del brazo.

-¿Qué hará aquí? - preguntó uno de ellos.

-Llevemosla a algún lugar seguro - dijo el chico de antes

-¿Cuánto habrá escuchado? - decía el jefe.

-En serio tíos saquemosla de aquí y ya - insistio el joven.

-Tú y tu débil corazón

-¡No! ¡Ha escuchado demasiado! - dijo de nuevo el jefe sacando un cuchillo

Yo me quede aterrada. Sabía que me matarian. No me podía defender yo sola porque me estaban inmovilizando entre dos chicos y tampoco nadie podía ayudarme porque estaba muy lejos de la población. El filo se fue acercando a mí y cuando iba a acuchillarme... ¡Un lobo blanco salto de entre los arbustos y atacó a el jefe y a unos cuantos más!Me quedé patidifusa.
El lobo me cogió sobre su majestuoso lomo y me llevó de vuelta a la casa de Elioth.

Elioth volvió a su forma humana y me sirvió agua:

-Fue mala idea echarte de aquí

-¿Eras tú el lobo del cuadro?

-No quería que te enteraras de este modo ni ahora.

-Ya decía yo que le veía parecido a ti.

-Entiendo si me temes.

-No te temo a ti sino a no volverte a ver.

Me miro con ojos de plato e hizo un gran silencio, después se marchó. Me dejó pensativa:
_¿Cómo iba a temer a un ser tan hermoso como Elioth? ¿Cómo iba a temer a uno de los animales más bonitos que existen? ¿Podría estar enamorada de él o solo le consideraba como un conocido?_

Estaba confusa. Pensé que talvez él pensaba lo mismo que yo, pero no era muy posible siendo que nos acababamos de conocer.

Pronto amaneció y volví junto a mi abuela. Al llegar a la casa me enteré de una gran tragedia. Mi abuela había fallecido debido a un infarto. Lloré horas hasta que mis ojos me lo permitieron. Elioth se enteró y me dijo que podía quedarme en su casa cada verano.

Cada día caluroso que pasaba nos hacíamos más amigos y más y más, pero pronto eso se terminó cuando las vacaciones de verano terminaron y tuve que regresar a Madrid. Fue un día que no pude olvidar. Se me quedó en la memoria: la cara que se le quedó a mi joven amigo al verme marchar en el tren. Mis ojos oscuros se llenaron de lágrimas, pero no las derramé.
De viaje en el tren empecé a recordar todo el verano junto a Elioth: cuando ibamos a la piscina y huiamos de ahí porque Elioth se transformaba y olía el agua a perro mojado, cuando daba paseos nocturnos a lomos de mi amigo, cuando nos quedábamos dormidos juntos mirando las estrellas, cuando salía la luna llena y se volvía agresivo;excepto conmigo, cuando le preparaba filetes para comer y los devoraba sin tragar, cuando rodabamos prado a bajo por el césped... Había vivido el mejor verano de mi vida y lo sería cada uno de los veranos que estuviera al lado de Elioth. Era un gran amigo, un gran lobo, una gran persona...

Yo y mi querido loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora