Capítulo 5

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A media noche

Donghae estaba acostado en la litera, mientras veía a Hyukjae hablar con Heechul afuera de la celda. Ya casi eran las ocho, lo que significaba que todos los presos a esa hora debían estar dentro de sus celdas, cerradas.

Miró como Heechul le entregaba un pequeño pomo y se despedía, Hyukjae entró cerrando las rejas detrás suyo.

—Alza tu playera— ordenó con voz seca. Donghae agotado obedeció, dejando su abdomen y pecho descubierto. Hyukjae lo miró unos segundos.

Se sentó en la esquina de la litera, al lado de él. Pasó la mano por su abdomen y sonrió de lado, provocándole un estremecimiento y que su piel se erizara bajo su toque al sentir la caricia de los dedos ásperos. Hyukjae abrió el pequeño pomo y embarró dos de sus dedos con la sustancia transparente.

—¿Qué es eso, Hyukjae?— preguntó con curiosidad, él no le contesto, sólo acercó sus dedos a la quemadura que tenía en el abdomen.

Soltó un suspiro de alivio al sentir la helada pomada sobre la maltratada piel.

Perdió la noción del tiempo mientras sentía como Hyukjae repasaba con suavidad las heridas de su cuerpo, curándolas con calma.

—Hey, despierta.

Donghae abrió los ojos con pereza, no recordando en qué momento se había quedado dormido. Miró a través de las rejas, dándose cuenta de que aún era noche, ya que las luces seguían apagadas.

—¿Qué pasa?— preguntó con voz ronca, tallándose los ojos mientras levantaba con pereza su torso, quedando sentado sobre el viejo colchón.— ¿Qué hora es?

—Van a dar las doce.

Donghae resopló, sintiendo sus párpados caer por el sueño.

—No te duermas, saldremos en quince minutos.

—¿Qué?— inquirió confundido—, pero las celdas están cerradas. Y, ¿para qué quieres salir a media noche?

Hyukjae rodó los ojos. Se acercó a él y lo levantó, poniéndolo de pie, acomodándole la arrugada playera. Donghae bostezó despertándose por completo.

—Ya, vámonos— ordenó, tomándolo de la muñeca. Abrió la celda, que no estaba cerrada con llave y salió. Donghae sólo sentía el fuerte agarre en su muñeca conducirlo a través de los oscuros pasillos de Alcatraz. El calor que transmitía la mano de Hyukjae le hacía sentir una agradable y cálida sensación en el pecho.

Después de unos minutos caminando por los escalofriantes pasillos, se detuvieron frente una celda, a la que Hyukjae tocó dos veces.

—Pasa Eunhyuk, ya está todo listo— se escuchó una tranquila voz provenir de la habitación.

Hyukjae posó una mano en su cintura y lo condujo dentro. En la esquina de la celda se distinguía a alguien sentado, la silueta siendo alumbrada por una tenue luz. Ruido de metales chocar se hicieron presente, poniéndolo nervioso.

—¿En cuánto tiempo? — preguntó Hyukjae con voz demandante.

—No sé, nunca he hecho uno para ti.

—¿Cuánto? — insistió.

—Dos horas, tal vez menos.

Donghae estaba completamente confundido, no comprendiendo nada.

—Recuéstate en la litera— le susurró Hyukjae en el oído, provocando que un estremecimiento recorriera su columna.

Acató la orden, buscando con ojos entrecerrados la litera y recostándose en ella. Sintió las tibias manos de Hyukjae meterse en su playera, subiéndola al recorrer su abdomen, su pecho y su cuello, hasta que terminó de sacársela por la cabeza.

Consume me | Eunhae | AdaptaciónWo Geschichten leben. Entdecke jetzt