Sin embargo, Remus solo pensaba en el echo que ella estaba leyendo todo eso, descubriendo que en realidad no era más que un monstruo.

La miraba de reojo mientras ella pasaba las páginas y leía todo el contenido sobre los licántropos y todo lo que conllevaba.

Ahora si que lo odiaría. Pero quien era él para culparla?

Madison era la imagen de la pura perfección ante sus ojos, todo ella era simplemente increíble, lista, risueña y bonita, buena con sus amigos además dotada para el quidditch y querida por muchos.

"Era una diosa que podía tener todo lo que desease si quisiese." pensó mientras escribía el la pizarra.

Él entendería perfectamente que ella dejará de hablarle y entendería si se lo dijera a todos.

"Por qué lo elegiría a él cuando puede tener a todos los chicos y hombres que quiera?"

Su carrera y probablemente vida dependían de la chica que leía tranquilamente en su pupitre.

Y por cada minuto más que pasaba, más se desesperaba en tratar de saber que pensaba Madison Bellemore...

Ella por otro lado estaba nerviosa, que le diría ahora? Como empezaría a hablar? Seguiría todo igual?

No, definitivamente no.

Tenía que pensar en las palabras adecuadas para no hacerle daño a Remus y que no las malinterpretara. Un error y todo estaría en la mierda.

Ella quería hablar con él pero necesitaba tiempo para ordenar sus ideas mentalmente.

Y finalmente la clase terminó.
-Señorita Bellemore... le importaría quedarse un momento?- le preguntó con voz seria el profesor a lo que ella asintió.

Empezó a recoger todo menos el libro de licántropos que lo tomó entre sus brazos mientras se acercaba a su escritorio.

Cuando no había nadie más que ella dos, Remus decidió hablar.
-Madison.- dijo este a lo que ella lo miró.

-Yo... yo no sé qué decir.- dijo algo confundida.- Creo... creo que necesito tiempo.- dijo mientras intentaba darse la vuelta para irse.

-No, por favor, hablemos de esto.- dijo levantándose para seguirla.
-He dicho que necesito tiempo, lo siento profesor.- dijo antes de salir del salón dejando a Remus con un agujero en el pecho.

Profesor.

No, no, eso era malo.

Cerró sus ojos para intentar pensar con claridad. No era posible que simplemente eso se acabara ahí.

Ella merecía una explicación y el se la iba a dar. Costase lo que costase.

Antes de salir por la puerta miró si tenía alguna clase que dar y se agradeció que tuviera tiempo libre.

Salió decidido a hablar con ella pero no sabía donde se encontraba.
-Mierda.- dijo al no poder olerla o ni siquiera poder escuchar su corazón latir.

La buscó por todos lados sin embargo no dio con la chica por ningún sitio. Seguramente estaría en su sala común, o habitación... y claramente no podía entrar allí.

Suspiró con pesadez antes de volver a su dormitorio mientras por su cabeza solo pasaban cosas como... lo mucho que la había fastidiado.

Quién diría que las cosas hubieran ido tan bien? Estaba claro que algo tenía que pasar, el siempre había tenido mala suerte, por que ahora las cosas le saldrían bien?
-Idiota, idiota, idiota.- se decía a sí mismo mientras se miraba en el espejo.

Por que pensaría que alguien tan maravilloso como Madison querría estar con alguien como él? Remus Lupin, solo un hombre lobo.

Parecía que todo estaba perdido cuando sus oídos escucharon de nuevo el latido nervioso de la chica acercándose.

Ella estaba ahí.

Rápidamente se acercó a la puerta y la abrió dejando ver a Madison con el mismo libro entre sus brazos.
-Remus yo...- empezó a decir más nerviosa cuando vio al hombre sin camisa.

-Pasa, por favor.- dijo este dándole paso a entrar a su dormitorio y cerrando la puerta detrás de ella.

La chica aún llevaba su uniforme escolar por lo que Remus intuyó que se había pasado todo el día investigando sobre él.
-Tenemos que hablar.- dijo ella finalmente mirándolo.

-Bien, hablemos.- respondió este dispuesto a contarle todo lo que ella quisiera saber.

hiding from the moon (Remus Lupin)Where stories live. Discover now