Prólogo.

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—Yeon.

BeomGyu dio un giro de trescientos sesenta grados en la silla de su escritorio, para terminar mirando a su amigo, acostado en su cama con la mirada perdida en alguna parte de su techo.

—Estoy aburrido.

—Yo también, pero tu fuiste el que dijo que tenía que estudiar eh, así que no me culpes. Yo quería ir al parque a patinar en skate.

YeonJun, sin ganas de mover un músculo, resopló a modo de fastidio.

Fockiu, ¿tu no entiende'?

¡Dijiste una grosería! —se levantó como un muerto resucitado de la cama solo para mirar a su amigo a los ojos y señarlo, como lo hacen los niños pequeños.

—En inglés, no cuenta.

—En fin, quiero hacer algo a parte de estudiar. Esa es la vida en Corea, estudiar, estudiar, estudiar... —YeonJun resopló con algo de pereza— En Estados Unidos, los adolescentes van a fiestas y salen y hacen estupideces y nosotros aquí solo estudiamos. No es justo.

Dejó caer de nuevo su cuerpo sobre la cama. BeomGyu volvió su cuerpo de nuevo al escritorio, tratando de retomar su tarea de biología. Sin embargo, de repente las letras frente a él se desordenaban y leer se hacía difícil.

De hecho, había olvidado cuando fue la última vez que había dormido más de cuatro horas al día. Movía el lápiz de un lado a otro con la ayuda de sus dedos índice y pulgar, estaba inquieto.

—Tienes razón YeonJun. Pero tenemos que hacer lo que tenemos que hacer, ellos pueden vivir esa vida, nosotros aquí no —reclinó su silla, suspirando con la vista al techo—. Ven, al menos podemos estudiar juntos.

—No necesariamente. Pero está bien. Le prometí a mí mamá que mantendría mi promedio a cambio de que me dejara venir a pasar tiempo contigo.

YeonJun tomó un puff rosado que estaba al lado de la cama de BeomGyu junto con sus cuadernos y un lápiz para sentarse al lado de su mejor amigo. Era momento de estudiar.

—Tranquilo, hay un tiempo para todo, te prometo que cuando sean la vacaciones, iremos a la playa y la pasaremos genial. Te lo prometo.

—Fua... Faltan seis meses para las vacaciones de verano, ¡es mucho tiempo!

—Deja de quejarte y empieza a copiar —BeomGyu señaló con su lápiz la hoja en blanco del cuaderno ajeno—. Y si hacemos toda la tarea hoy... Te haré galletas y vemos una película ¿Sí?

—Está bien. Pero me dejas ayudarte a hacer las galletas.

—Si, cómo usted diga comandante en Jefe Choi YeonJun —El menor hizo un saludo militar a su Hyung, quién solo río suavemente empezando a escribir su larga y tediosa tarea.

YeonJun tenía que admitirlo, si no fuera por su dongsaeng, definitivamente no podría sacar el promedio que sacaba. Cada día que pasaba se sentía más desanimado a seguir con esa vida, tanto trabajo y nada de descanso.

Pero mientras copiaba sobre los ácidos nucleicos y las leyes de Mendel, algo en su cerebro hizo "click". El interruptor que mantenía todas esas ideas locas que aveces pululaban en su cabeza por la noche antes de dormir, se había roto. Ya no habría vuelta atrás.

Ya no quería sentirse cansado, ni triste. Ya no más, ya no iba a vivir esa vida tan decepcionante.

No quería mirar atrás y decir "mi vida fue un completo desperdicio, ni siquiera la disfruté".

Definitivamente así no era él y por ello, iba a hacer un cambio radical. Estaba en la el tiempo propicio para ello, con sus recién cumplidos quince años y la pronta entrada a la preparatoria.

—No te creas BeomGyu, pronto todo esto va a cambiar, al menos mi vida va a cambiar.

BeomGyu suspiró, cerrando su libro de biología para guardarlo y sacar otro, esta vez especializado en botánica.

—¿Sí? ¿Y qué harás?

—Sabrás de eso mañana, por ahora terminemos esto. Estoy muriendo por probar tus galletas y hay una película que quiero ver desde hacer tiempo.

El pelinegro sonrío, por fin YeonJun estaba siendo obediente.

—¡Excelente! Sigamos con esto entonces, yo también muero por terminar pronto.

Ambos chicos retomaron su labor, cada quién metido en sus propios pensamientos.

De vez en cuando, BeomGyu notaba como la vista de YeonJun se perdía de nuevo en algún punto del techo, soñando despierto de lo que sería del mañana. Pero por más que intentaba leer su mirada, no podía adivinar que se supone que su hyung haría.

Probablemente nada, tenía un largo historial de decir que haría cosas y al final no hacerla por mera pereza.

"Supongo que toca esperar..." Se dijo a sí mismo, buscando entre las letras desordenadas y las ilustraciones la información que le faltaba para terminar sus responsabilidades.


Coming soon...







Guía para una Adolescencia Completa || YeonGyuМесто, где живут истории. Откройте их для себя