Las intrépidas aventuras del chaval pito en llamas y su novio el fósil viviente

➤ Capítulo 4: Prisioneros

Si se quiere deshacer de la restricción a la fuerza, está atacará.

Dado que el cultivo de Chi MuYao era demasiado superficial y el cultivo de Xi Huai estaba sellado, existía la posibilidad de que su cuerpo no pudiera sobrevivir, después de ser atacado por el gran poder espiritual, ni siquiera podría defenderse.

Xi Huai seguía muy molesto después de despertarse.

Su ceño estaba ligeramente fruncido, estar encerrado tanto tiempo y no poder moverse era extremadamente deprimente.

Empezó a buscar a Chi MuYao para charlar: "¿Puedes contarme algo interesante?".

"¿Eh?" Chi MuYao estaba utilizando su técnica de control de objetos para mover una gran roca que se había caído, para que no estorbe cuando se moviera, de repente se sintió un poco perplejo por la pregunta: "¿Qué consideras como algo interesante?"

"Algo que te resulte interesante".

Chi MuYao se devanó los sesos para pensar en algo, pero solo pudo hablar sobre cosas dentro de la secta.

Por ejemplo, una shijie [1]se acostó con un joven maestro de una residencia, el joven maestro descubrió que era una cultivadora de la Secta Huan, fue a buscarla y pasó molestando durante mucho tiempo. Esto provocó que no nos permitieran salir y entrar libremente de la secta durante cuatro años enteros, para no provocar molestias si salíamos.

Esta shijie se sintió muy agraviada, claramente fue ese hombre que tomó la iniciativa de provocarla, pero en cambio la culparon a ella.

Pero una de sus shimei [2], tuvo la suerte de enamorarse de un cultivador, a ese hombre no le importó la técnica que practicaba, desde entonces viven juntos.

Antes, Xi Huai sólo había oído hablar de la Secta Huan de vez en cuando, se rumoreaba que eran un montón de flores flotantes [3] y mujeres lujuriosas, pero lo que le había dicho Chi MuYao era más interesante.

Chi MuYao habló sin parar durante mucho tiempo hasta que se le secó la boca, y bebió un poco del vino de melocotón.

A diferencia de Xi Huai, él tenía que dormir, así que cuando se cansaba de hablar se dormía un rato, y volvía a levantarse para seguir hablando con Xi Huai, de esta manera los dos aliviaron su aburrimiento.

Xi Huai nunca había hablado mucho, casi siempre escuchaba y rara vez respondía.

Sin embargo, había escuchado varias risas de Xi Huai, muy suave y ligera, como una brisa que parecía estar ahí pero que nunca llegaba.

Después de hablar más de diez días, Chi MuYao realmente ya no tenía nada más que decir.

Su conciencia también se fue divagando gradualmente, se apoyó contra la pared de piedra mientras se sentaba de forma inestable, su voz se volvió más y más baja mientras hablaba. Tal vez estaba medio consciente, y le dijo algo a Xi Huai que no pudo escuchar bien.

"Intenté escapar de la Secta Huan varias veces después de darme cuenta de que era carne de cañón, pero era muy difícil escapar de la montaña, en cuanto cerraba los ojos y los volvía a abrir, regresaba de nuevo a ser solo una herramienta, sin derechos".

"Una vez me disloqué la mandíbula por abrir mucho la boca para comer una hamburguesa Big Mac, me mandaron a urgencias en mitad de la noche, esa fue la primera vez que fui a urgencias, qué vergüenza".

"La segunda vez que fui a urgencias no me pude salvar..."

"En realidad tenía que esforzarme demasiado, sólo dormía cuatro o cinco horas al día, todo lo tenía que hacer era estudiar a diario. Podría haber entrado a la Universidad QingBei [4] aunque no me hubiera esforzado, no tenía que esforzarme para saltarme grados o ser el mejor estudiante para ganarme una beca. Mi hermana mayor me recomendó el libro, me dijo que solo aprendí a ser un tonto y que había perdido mis emociones, que era demasiado tonto para encontrarle una cuñada..."