Capítulo Catorce | F I N A L |

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―No sé, el celular quedó totalmente destruido cuando usted lo pisoteó. ―El hombre habló bajo y un poco entre dientes.

―Es mejor cambiarla de lugar por si llamó a alguien que la pueda ayudarla. ―Wilsons miró al hombre―. Prepara un carro para moverla, ya ha estado mucho tiempo acá; es momento de llevarla a otro lugar. ―El hombre asintió y se dio la vuelta para salir de la pequeña habitación―. Y busca información de ese tal hijo que la escuché decir por teléfono y también quién es Hyperion.

El mercenario asintió por última vez y salió de habitación.

Jayden Wilsons se acercó y después se arrodillo al lado de Anahí. Miró su estado. No quedaba nada de la hermosa mujer que había visto en las fotos que los mercenarios le habían traído de ella. Era una pena porque en otras circunstancias podría haber funcionado para otras cosas. Acercó su mano para quitarle un pedazo de pelo de la cara, pero Anahí se movió.

―Me gustan cuando se resisten, lo hacen más emocionante. ―Le sonrió.

―No... no... n o te...acerques. ―habló con dificultad la mujer.

―Si me hubieras dicho lo que quería saber, no estarías en tan lamentable estado. Y ahora no estaríamos detrás de tu hijo y de ese tal Hyperion.

Anahí se quedó quieta. La habían escuchado hablar de su hijo y del macho, pero no había dicho nada referente a las Nuevas Especies, eso significaba que no sabía que tenían relación. Agradeció ese hecho, pero igual era cuestión de tiempo para que averiguara quien era Hyperion y, por lo tanto, su hijo.

―No... ―La mujer trató de hablar.

―¿No? ―Rió―. Cariño, con dinero y con mi nombre puedo conseguir cualquier cosa. Y seré mucho más poderoso cuando gané la presidencia. ¿Sabes cuánto es mi porcentaje de aprobación? ―Le quitó otro mechón de cabello y ella se estremeció―. Tengo el 76% de ventaja contra Harrison, así que ten más respeto por tu futuro presidente.

Anahí escupió la sangre que tenía en su boca sobre la mano del hombre.

―¡Perra! ―Le dio una cachetada dejándola inconsciente.

~*~

Hyperion podía sentir las miradas de los otros Especies sobre él. Era raro que una Especie de la Zona Salvaje saliera para misión, aunque no era tan raro si se trataba de su compañera, ya había precedentes sobre ello.

No le importaban las miradas sobre, lo único que quería era llegar al lugar rápido para poder encontrar a su Flor, llegar a su casa y poder estar con ella, no la dejaría ni 5 minutos sola.

―Hyperion, quiero que me escuches. ―Le habló Hunter.

El primate lo miró sin decir nada.

―No puedes adelantarte al equipo, por eso somos un equipo. Sé que vas a querer ir primero para salvar a tu compañera, sería lo que yo haría, pero debes esperar por el bien de ella y de todos. ―El macho sólo resopló―. Todo saldrá bien si nos sigues.

El primate no dijo nada, y Hunter tomó eso como un sí. Se sentó al frente de él mientras el carro seguía avanzando.

Después de unos minutos vio que todos se estaban preparando, eso tenía que ser una señal. Miró al frente tratando de ver algo, aunque su vista, olfato u oído no era como de los felino ni caninos, no quería perderse de nada.

―Estarán armados. Nuestro objetivo principal es rescatar a la compañera de Hyperion sana y salva. Como efecto secundario sería capturar a los humanos que la tenían cautiva. ―Hunter miró a todos los hombres―. Estén pendiente por si hay alguna trampa.

Hyperion. Nuevas Especies #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora