cambios.

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Luego de estirarme en la cama, me había quedado dormido, demonios, estos últimos días he dormido demasiado... pero a diferencia de las otras veces, está vez no tuve un sueño, fue una fortuna para mí, este último tiempo mis sueños ya han sido demasiados turbios como para que me den ganas de volver a dormir. Fui despertado por Angie, la cual estaba arriba de mi cara tratando de despertarme.

-¡Arriba arriba!- decía, mientras que yo abría los ojos.

-ah...¿Ocurre algo Angie?- dije, sin muchas ganas de levantarme de la cama, talle mis ojos mientras que Angie tiraba de mi manga derecha del polerón negro.

-¡Tenemos que irnos! ¡Madre Miranda nos llama!- dijo ella. pero pensé, vi una oportunidad perfecta para huir de acá. Me levanté y traté de verme bien... Aunque bueno, la única ducha que he tenido fue cuando Dimistrescu me lanzó al agua fría y me lanzó por la ventana.

Bajé las escaleras con Angie, Donna estaba en la mesa esperando a que bajara para desayunar.

-buenos días... Vaya, he dormido demasiado.- dije, sentandomé en la mesa.

-buenos días... ¿Dormiste bien?- dijo ella, sin su velo negro con el cual la conocí.

-algo así, aunque no soñé nada está vez.- dije.

-bueno, al menos no eres sonámbulo y me intentaste disparar de nuevo.- dijo ella, soltando una risita.

-Angie me despertó porque vamos con madre Miranda... ¿Es cierto?- pregunté, tomando un sorbo del café que ella me había servido.

-pues si... Es algo importante, o es lo que ella me dijo.- dijo ella, mordiendo la tostada.

-esperemos que todo salga bien entonces.- dije, tomando otro sorbo del café.

-la reunión será en el castillo dimistrescu... Ya lo conoces.- decía ella, viéndome a los ojos.

-ah... Bueno, en ese caso, prefiero estar al lado tuyo todo el tiempo.-

-no sé si llevar el velo una vez más...- decía ella, mirando hacía el sillón negro, donde estaba aquel velo del mismo color del sillón.

-ehm, bueno, no es obligatorio, recuerda que toma tiempo aceptarse a uno mismo.- dije yo, ya terminandomé el café.

-ah... ¿Conoces el mar?- me preguntó ella, yo la quedé viendo. El mar... La última vez que fuí... no fue muy agradable.

-pues si... No lo se, cuando fui fue, demasiado deprimente.- dije, con un tono desanimado.

-pero ¿Es hermoso?- me seguía preguntándome.

-claro que lo es, ver ese azul marino era como... Cómo verte a ti.- me atreví a decir eso, ella se sonrojó y sonrió.

-heh... Gracias por decir eso, me has animado el día una vez más...-

-no tienes porqué agradecermelo... Ah, también, ¿podría tomar una ducha?- pregunté, ya acabando mi desayuno.

-claro que si, el baño Está pasando por aquel pasillo, verás 3 puertas, la izquierda es la correcta.

Una vez que entré en el baño, cerré la puerta detrás mío y me empecé a desvestir, encendí la ducha y el agua calienta llenaba la limpia y blanca tina. Miraba mi teléfono y por alguna razón, el baño tenía señal, cosa que se me hizo muy curiosa, ¿cómo es posible que en esta habitación haya señal y en el resto del pueblo no?

no le di mayor importancia y sumergí mi piel blanca al agua caliente...

Mi cuerpo se estaba relajando, por fin tenía un momento de paz y tranquilidad ante toda esta situación... Demonios, no solo tengo heridas en mi brazo, mi cuerpo tiene heridas y golpes por todos lados... ¿Cómo era posible? Saqué el jabón que estaba ahí y me empecé a limpiar las partes sucias de mi cuerpo, incluyendo las heridas ya sanadas... Se sentía bien el jabón pasando por mi piel blanca y débil, se sentía como... Cómo cuando Dimistrescu me había tocado aquel día... Ah joder, no debería de estar recordando eso...creo que sí la estoy llegando a extrañar, aunque ya haya intentado matarme en el pasado... Pero bueno, he de olvidar eso, tengo que llevarme bien con ella para poder salir de aquí, supongo.

Luna llena [Corrigiendo ortografía]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora