Me entregué a ti. [obinaru]

°capitulo único°

Todo pasó cuando cumplió los 14 en su viaje se encontró con un individuo con capa negra y nubes rojas, al principio dió pelea pero no le hacía ni el mínimo daño y aunque cada vez que lo intentaba traspasaba su cuerpo, nada.

Después de tiempo y tiempo que ese individuo rondaba por todo lados, y solo aparecía cuando estaba solo, haciendo cualquier bobería, más el no decía nada, nunca dijo que le hacían visitas a media noche, ni tampoco que se volvió un psicólogo, para mal de amores.

Y a pesar de que toda esas visitas y charlas se volvían más y más frecuentes, el nunca olvidó que se trataba de su enemigo, y que en cualquier momento ese chico con personalidad más infantil que la de el, podía apuñalar su espalda y llevarlo a rastras y entregarlo con sus Compañeros. Nunca bajo la guardia, pero eso nunca pasó y más la visitas que le hacían frecuentemente nunca acabaron.

El aún recordaba cada palabra que le dijo al principio se presentó como un tal 'tobi' un chico de personalidad infantil y bromista, le agrada su presencia y las risas que le causaba, este le contó de su primer amor, y como su mejor amigo la asesinó en frente de el mismo, por eso se unió a esa organización, para poder vengarse, y aunque intentó hacerle entrar a razón, éste sólo se negaba a ver la realidad.

De tanto intentó de hacerle olvidar su amor perdido, se cansó a si que decidió cambiar de tema, está vez este se concentraba en estrenar y este lo miraba de lejos, por alguna razón le gustaba ver al chico de máscara naranja. Le gustaba su compañía no lo hacía sentir tan solo, era como un ciclo, el entrenaba de día, mientras el enmascarado de noche.

Su personalidades se mezclaban bien y su amistad se hacía más grande, pero aún quería saber lo que había tras la máscara quería, ver más allá de lo que no podía, y aún con tantos cambios, el seguía sin preguntar, y aún cuando quería preguntar ¿Que tanto esconde?. No se atrevía, le daba miedo descubrir algo más, le daba miedo de que había algo más, que solo una amor perdido, así que se mantuvo callado.

Y así mismo como calló su silencio calló los latidos de su corazón, pero fue en vano cada vez que estaban juntos, su corazón latía y latía, asta el punto en el que un día, cuando el enmascarado se iba, este lo abrazó por la espalda, declarando su sentimientos, pudo decirse que después de eso, mantuvieron una relación, tanta como amorosa, como sexual.

Los meses pasaban y el, y el chico enmascarado se hacían más unidos, bromeaba, reían, entrenaban, y asta se volvían uno en las noches más frías. Se volvió una costumbre, y aún así seguían estando juntos, eran el uno para el otro, y después de tanto tiempo, el rubio le hizo olvidar lo que una vez fue un "amor perdido".

Se encontraba en una cabaña, tenía algunas vendas en su cara y se encontraba en ropa interior, cuando quiso levantarse, se encontraba encadenado, de muñecas y tobillo, pudo observar a la persona en frente de el, y no se sorprendió para nada al verlo, solo bufó. Y comenzó a reír bajo la atenta mirada del más alto.