Una Segunda Oportunidad en el Pasado

Capitulo 1: Lindo Regalo

Akira Amano es dueña de los personajes. Yo solo los utilizo con el afán de divertir sin fines de lucro. La trama de este finc es completamente mía.

Era la noche del 31 de Diciembre, en todos los lugares había paz y tranquilidad. O por lo menos en casi todos porque en una esplendida mansión había un caos tremendo.

-¡Maldición! ¿Cómo que tienes papeleo por hacer? ¡No ya lo habías terminado! ¡Joder!- gritaba colérico un pelirrosa… o perdón… pelirrojo que en el rostro lo adornaba un tatuaje de color magenta al igual que su cabellera.

-Lo tenía todo hecho G pero apareció papeleo extra por los preparativos. ¿Quieres que busquemos culpables? ¡Fácil! Fueron todos ustedes menos Asari que gracias a Dios pudo solucionar este embrollo.- se justifico un pelirrubio de ojos azules como el mar.

-Ma, ma G no te sulfures. Recuerda que le puede hacer daño a tu presión arterial. Por cierto Giotto, ¿cuánto vas a tardar en hacer el papeleo?- cuestiono un pelinegro de origen  japonés mientras que el italiano de sangre caliente refunfuñaba cosas poco audibles hacia su persona.

-No lo se Asari, tratare de terminar antes de las once para que podamos cenar todos juntos y tranquilos. Solo te pido que distraigas a Daemon y Alaude, no quiero que se repita su alianza.- Se amedrento el ojiazul, de solo recordarlo le daban escalofríos, así que le rogo con la mirada a que lo ayudara.

-No te preocupes amigo yo te ayudo. Tu solo concéntrate en terminar rápido.- le dedico una sonrisa Asari –G dile a Daemon que vaya a comprar un vino. Yo le iré con Alaude a decirle que me ayude a recoger uvas del viñedo.- Giotto y G solo atinaron a verlo como si le hubiera brotado una segunda cabeza.

-No se preocupen, yo tengo mis formas de convencerlo.- Concluyó el japonés con una sonrisa para nada amigable para después ir a buscar al mencionado dejando a ambos con un escalofrío que les recorrió toda la espalda.

-Me voy a apurar- mencionaron los dos restantes con la frente semi coloreada de azul.

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Asari rápidamente encontró a su objetivo que estaba sentado observando hacia afuera por medio de la ventana, tranquilo. Bueno casi… porque no paraba de mover una de sus rodillas en un sube y baja, clara muestra de desesperación.

-Alaude, ¿me ayudas a recolectar uvas en el viñedo norte, por favor?- el peli cenizo arqueo una ceja en son de burla hacia el japonés que había hecho semejante y, a su parecer, ridícula proposición –O… ¿Prefieres decirle a Knuckle que tardaremos un poco?- corto de tajo todos los pensamientos del francés con su “amigable” sonrisa el japonés.  

Alaude soltó un pesado suspiro. La ultima vez que fue a decirle un mensaje similar a su, aunque lo niegue,  amigo el boxeador no le fue muy bien que digamos. En un principio lo tomo bien pero para “pasar” el tiempo se puso a rezar invitando de paso al francés, que se la paso todo ese LARGO tiempo con una expresión de fastidio en el rostro. Eso sí… bien disimulada.

Se levanto de su asiento y siguió al japonés, Guardián de la Lluvia, que iba con una enorme sonrisa de victoria. Ir al jardín era mejor para él, Guardián de la Nube, que ir a rezar y estar encerrado por quien sabe cuanto tiempo con el boxeador, Guardián del Sol.

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G, Guardián de la Tormenta, había encontrado a Daemon, Guardián de la Niebla, para mandarlo a comprar vino. Era un fastidio tener que hablarle después de la “pequeña” bromita que le había hecho días anteriores. Y mira que decirle en su cara que su cabello es Rosa es una gran ofensa para la “mano derecha de jefe”; ni siquiera a Giotto le pasaba que le mencionara semejante barbaridad. ¡Con un demonio!… su cabello era ROJO no ROSA.