Capítulo 1

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Todoroki Shoto cursaba su segundo año de abogacía en la universidad Yuei. Era un joven el cual lo tenía todo, en términos de apariencia —descontando la cicatriz en su rostro, producto de un accidente en su infancia— y capital económico.

Sin embargo, el bicolor carecía por completo de algo y todas sus parejas hasta la fecha se lo habían dejado en claro.

Le faltaban sentimientos.

O, al menos, los románticos que cualquier ser humano tendría al estar en una relación.

— ¡Ugh, sabía que ese chica no era buena para Todoroki-kun! ¡Todo lo que se paso haciendo el último mes fue pedirle, pedirle y pedirle cosas! —se quejo Uraraka Ochako, sus mejillas haciendo un puchero y pateando hacía el suelo con enfado — ¡Le dijo que no una vez y se largo a llorar frente todos! ¡Solo quería hacerlo quedar mal!

—Uraraka-kun, por favor cálmate —pidió Iida Tenya, acomodando sus lentes y soltando un suspiro ante la actitud de su novia —Midoriya-kun, dile algo. Lo que sea.

— ¿Qué? —gruño Midoriya Izuku cuyos ojos esmeralda dejaban ver su disgusto —Estoy de acuerdo con Ochako-san. Esa chica solo quería usar a Shoto-kun para su beneficio.

Shoto suspiro de forma discreta y bebió de su café con pereza. Sus amigos siempre estaban ahí para él, en las buenas y en las malas y pese a que le doliera un poco, la mayoría de las veces estaban en lo cierto en cuanto sus relaciones.

Estaba bien, quizás salir con todo aquel que se lo pidiera no fuera lo más inteligente para hacer. Pero él, como cualquier otra persona, quería llegar a experimentar eso que era el amor romántico al menos una vez en su vida. Por curiosidad, por propio interés de comprender que se siente que el corazón se acelere por una sola persona o como podía uno sentirse en las nubes por el simple beso del ser amado.

Quería experimentar eso pero, por desgracia, todas sus relaciones eran un fracaso. No importaba si era una novia o un novio, todos le reclamaban su falta de atención, su poca expresión en la relación y su desinterés por saber de ellos.

En otras palabras, su escasez de sentimientos.

Al final, si ellos no lo terminaban, él lo hacía porque no quería obligarlos a estar en una relación que les hacía infelices.

Eso mismo paso con su última novia esa mañana en la cafetería. Era una hermosa joven que conoció haciendo un curso extracurricular relacionado a la enfermería, carrera en la que estaban Ochako e Izuku. Al principio, la joven solo hacía conversación con él durante las clases, después lo empezó a seguir para que pudieran almorzar juntos de vez en cuando —si sus horarios coincidían— y al final, antes de que terminara el curso, ella le propuso el noviazgo.

A el bicolor le pareció una linda joven, amable y lista. Escucharla siempre era interesante y le gustaba lo lacio de su cabello, así que acepto.

Fue una buena relación al inicio pero los problemas no tardaron en hacerse presentes y su novia siempre quería en "compensación", por su falta de tiempo en salidas o mensajes, algún regalo caro o dinero para que ella misma fuera a comprarse lo que quisiera.

Todoroki no pensó que hubiera algo malo con eso. Todas las parejas se daban regalos entre sí, ¿verdad? Además, ella tenía razón, estaba con varios exámenes y le había cancelado un par de salidas para poder estudiar. Por eso, comprarle un regalo no le pareció tan descabellado.

Sin embargo, cuando los regalos empezaron a venir con especificaciones —léase, talle, marca, color, etc— y el dinero a ser un monto ilógico e irracional, el bicolor supo que tenia que ponerle un alto a la situación.

Y ese alto causó que su novia rompiera a llorar frente a todos y que él diera por finalizada la relación.

—No fue su culpa, me exprese muy cortante cuando rompí con ella —dijo el bicolor después de un rato de escuchar a sus amigos pelear.

Uraraka estaba por decir que eso no importaba y que estaba segura que la chica había llorado para hacer sentir mal al bicolor. Pero cuando Midoriya e Iida le indicaron con gestos que no lo hiciera, se dio cuenta que no era el momento y notando el semblante decaído en su amigo, intento sonreírle un poco, tragándose su molestia.

—Si tú lo dices, Todoroki-kun —concedió pese a no estar de acuerdo — ¿Por qué no salimos todos juntos hoy? Podríamos ir al centro comercial a ver alguna película.

—Tengo trabajo en la tarde —murmuro el de pecas pensativo —Pero podría cambiar mí turno.

—O podemos salir otro día —propuso el de lentes —Cuando no estés trabajando, Midoriya-kun.

—Es mejor si Midoriya no trabaja —apoyo el bicolor —Puedes descansar después.

— ¡Eso, eso! Deku-kun debe salir con nosotros en su día libre, ¡pero también descansar como corresponde!

El pecoso se rió nervioso al percibir el tono de acusación en las palabras de su amiga y el bicolor se distrajo de la conversación, pensando en cierto asunto que tenía pendiente.

Luego de que termino con su novia y quedó como el bastardo insensible del año, fue a caminar por los distintos edificios de Yuei para despejar su mente y en su distracción, chocó con un joven que venía bastante apurado en su dirección.

El chico —en un inicio, como era bajito lo confundió con una chica— con el cual había chocado era delgado, de estatura baja y estaba usando ropa holgada de color negro, al estilo rockero. Estaba muy apurado y frenético al recoger sus hojas que cayeron esparcidas por el piso debido al choque. El bicolor iba a ayudarlo, ni era necesario que el muchacho después se lo repitiera. Ya el de ojos desiguales se estaba sintiendo bastante mal por arruinarle el día a alguien más que su ex-novia.

No obstante, el rubio no pareció molesto con él quien lo chocó, ni lloro por sus papeles caídos y arruinados en el suelo. Incluso le sonrió y dio las gracias antes de irse corriendo por el pasillo.

Shoto pensó que sería algo sin importancia secundaria, su plan era seguir lamentando su falta de empatía para con sus parejas y su mala suerte en el amor. Pero eso se vio afectado cuando vio un celular en el piso, a unos pocos metros de él y lo recogió.

El celular tenía una funda del personaje principal de la serie animada Pokémon, Pikachu. Y de foto de pantalla tenía a dos personas, al rubio con el cual había chocado y a una muchacha de cabello azabache. El de ojos dorados sonreía felizmente a la cámara mientras abrazaba a la azabache quien salió con una pequeña sonrisa en la foto y tirando de la oreja del chico.

El bicolor no pudo evitar sentir envidia ante la imagen, ¿por qué él no podía ser así con sus parejas?

Pero claro, el celular no le daría la respuesta y aunque debía dejarlo en objetos perdidos, decidió que quería ser él mismo quien se lo entregará al rubio.

Quizás ese chico podría ser la clave para resolver varios de sus problemas.

¡Hola a todos! Bueno, después de despedirme de una historia, vengo a abrirme camino con otra y con una shipp que tenía deseos de escribir desde hace rato. Y no solo un One-shot, no, quería dedicarles una linda historia.
Espero les guste

Clases de noviazgo [TodoKami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora