-- Lo siento -- murmuró la dama acongojada -- solo quería tomar aire fresco. Pero puedo reparar y tapar la herida con maquillaje. No se va a notar.

-- Eso espero, porque es tu deber estar junto a tu hijo ese día -- dijo el señor Park -- y luciendo espléndida. Espero que sea cierto que no se va a notar, porque no pienso llevar a un monstruo a mi lado.

-- No te preocupes, señor -- murmuró la señora -- estaré bien para ese día.

Cuando salió, la doncella examinó la herida y suspiró aliviada.

-- Estamos de suerte, señora -- dijo la chica contenta -- solo fue un raspón y se cubrirá muy bien con el polvo de arroz. Solo debemos ponerle hielo hoy, mañana y el sábado por la mañana y si su médico le da alguna poción para que su pie se desinflame, todo estará bien.

-- Gracias querida -- agradeció la dama acariciando la mano de su doncella -- ahora quisiera descansar.

-- Solo beba esto, señora -- pidió la doncella ofreciéndole un té que le traían de las cocinas -- es para el dolor. Con esto podrá descansar en paz.

La dama bebió y la doncella se retiró. Cuando se vió sola fue hacia la ventana, mirando con insistencia al jardín. Lu Han salió de su escondite y la saludó. Se despidieron a señas y el joven se marchó más tranquilo.

En el palacio, mientras tanto, había llegado un aviso de ciertos ladrones que habían sido capturados; lo extraño fue que el aviso llegó de parte de un oficial leal a Jungkook, por lo que este pensó que era cierto, pero al comunicarlo al rey ya no estuvo tan seguro.

-- ¿Y si es el aviso que estábamos esperando? -- preguntó Jimin -- tal vez debo ir contigo.

-- No es algo que el rey deba ver por si mismo -- contestó el general preocupado -- preferiría dejar a mi rey a resguardo, rodeado de mis hombres.

-- Vamos Jungkook, no creo que sea tan peligroso -- dijo el rey Jimin -- voy contigo y dejaremos aquí a la mitad de tus hombres. Así tal vez podamos acabar con esto más pronto. Solo veremos qué ocurre y volveremos.

-- De acuerdo señor, pero entonces necesitamos aquí a Taehyung y a Seokjin -- dijo Jungkook -- si me llevo a la mitad de mis hombres de la guardia, estarán sin protección.

-- Por favor Choi, avísales. Llévate a 10 hombres contigo y ve por ellos -- pidió Jungkook al mayordomo y él obedeció, saliendo del lugar.

-- Así estaré más a gusto -- murmuró Jungkook -- entonces majestad, si está listo podemos irnos.

Jimin atrapó a Yoongi en un abrazo y un tierno beso, mientras que Jungkook preparaba la armadura y las armas del rey.

-- Volveré muy pronto -- prometió Jimin a su esposo  -- no te preocupes.

-- Me preocupo, claro que si -- fue la respuesta del rubio -- pero entiendo que debes hacer esto. Adelante y con mucho cuidado. Te amo.

-- Yo a ti también -- contestó el rey Jimin, para después ponerse su armadura y mientras Jungkook se la ajustaba -- estén alerta y armados. Volveremos -- y se despidió con un beso en la blanca mano que se le ofrecía.

-- Cuidalo Kook -- pidió Yoongi al general cuando pasó por su lado -- por favor cuidalo mucho.

-- Con mi vida, majestad -- respondió Jungkook con una hermosa sonrisa de conejito.

El Rey Tirano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora