Prólogo

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Tengo la vida que todos deberían tener, me case con la mujer mas bella de todo Manhattan, tengo una empresa exitosa y estoy a
punto de convertirme en papá.

Ya es la hora, estoy a punto de conocer a mi hija o hijo, al fruto del amor entre la mujer de mi vida y yo.

Nada podría arruinar este momento.

-Señor Ryder necesito que venga un momento, es de suma urgencia- dijo una enfermera acercándose a mi

-dígame ¿en que puedo servirle?.- dije tratando se soñar lo más calmado posible, porque de alguna manera tuve un mal presentimiento cuando vi el rostro de preocupación de la enfermera.

-Ya es padre. - Dijo la enfermera, en ese momento sentí que todos los músculos de mi cuerpo se relajaban. Pero la enfermera volvió a poner rostro de tristeza. Y ahí supe lo que había pasado. -De verdad lo siento mucho, tratamos de salvar a su esposa, pero debido a su enfermedad en el corazón, no resistió el parto y murió.

Esto debe ser una broma, y si lo es es una muy pesada. Esto no me puede estar pasando, no hoy, se suponía que era el día más feliz de mi vida, y ahora una sombra de dolor se esta adueñando de mi. Estaba arrodillado en la sala de espera tratando de calmar todo el dolor que sentía, las lagrimas no dejaba de brotar de mis ojos. Sentí como unos brazos pequeños y delgados me abrazaban y me decían que todo iba a estar bien, pero su voz era débil y se quebraba por el llanto.

-Disculpen que los interrumpa dijo la enfermera pero ¿acaso? ¿ustedes no conocían la enfermedad que sufría de ella? Dijo la enfermera.

Me levanté y al fin pude ver quien era quien me abrazaba, era Jane la hermana menor de Grace, mi Grace la mujer a la que le juré amar por el resto de mi vida. Ella estaba con sus ojos rojos y empañados por las lágrimas. Se veía tan frágil que sentí que debía ayudarla. Y justo cuando lo iba a hacer apareció Chris detrás de ella y le dio toda la fortaleza que necesitaba.

- A usted le parece que ella no lo haya comentado dije Mordaz por el dolor. Nunca imaginé que mi esposa moriría el día en que seriamos padres. Estoy seguro que ni ella sabía.

-pero ella si lo sabia, dijo la enfermera muy segura de lo que decía, incluso dejo una carta para su hermana y otra para su esposo.

Todo Por Ella  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora