Torcuato, recuerdo

0 0 0
                                    

Después de almuerzo invité a andar en bici a Fer, la que aceptó gustosa, tanto que se cambió a una tenida deportiva de esas que me provocan infarto, Fer que se veía preciosa como lista para un reclame deportivo, salimos y nos fuimos por el paseo marítimo deteniéndonos después de unos cuantos kilómetros en una de las playas más populares en verano, claro que ahora solo las visitaban pescadores de orilla, gaviotas y nosotros.

Nos sentamos a conversar de todo un poco, y lentamente nuestra conversación fue derivando a sus temores y reservas con respecto a nuestra relación, la que finalmente aceptaba como un hecho que la llenaba de felicidad, pero había una traba que le impedía progresar… después de muchos besos candorosas caricias y conversación por fin supe la verdad de sus temores y comprendí por fin el comportamiento de casi toda una vida para conmigo y mis hermanos:

Fer. Bueno Claudito, te diré mi mayor secreto y el por qué tengo todos los problemas que tengo
Yo: Sí corazón confía en mí…
Fer: ¿Te acuerdas del tío Torcuato?
Yo: Vagamente, la verdad es que era como un quiste de tu familia, era como el hermano postizo de tu papá, recuerdo que si tu papá le decía haz una estupidez él la hacía…
Fer: El abusó de mí cuando yo tenía nueve años…
Yo: ¿Qué?... ¿pero cómo?
Fer: Era tal la confianza que mis padres tenían en él, pues lo que papá decía o le pedía Torcuato lo aceptaba, ahora que lo recuerdo, él era casi un monigote de papá, pero un día papá y mamá lo dejaron a cargo de mi hermanita y de mí…
Yo: Mis padres no lo tragaban… parece que tenían razón
Fer: Un día con juegos y engaños hizo que le tomara su cosa… y luego me obligó a besarle la cosa y después me la metió en la boca… Afortunadamente, los abuelos no aceptaron que mis padres nos hubiesen dejado a las dos con Torcuato y llegaron a casa justo cuando el me obligaba a mantener mi boca en su cosa y me estaba acariciando el culo….
Yo: Maldito hijo de puta… lo mataría si lo veo…
Fer: El abuelo casi lo hace, tomó un atizador de la chimenea y le golpeo en el lomo varias veces, por suerte Oma impidió que lo matara y solo terminara en el hospital…
Yo: Ahora entiendo por qué los abuelos te protegen tanto….
Fer: Sí en gran medida por todo el trauma que sufrí, lo que también desencadenó que yo me portara como la hija de puta que fui contigo y con tu hermano, el que era de mi edad se aljó de mí, tu que eras menor, fuiste víctima de mis traumas y venganzas contra los hombres y todo el que se me acercara…
Yo: lo entiendo…
Fer: Perdóname por todo lo que te he hecho amor mío, la verdad es que tu menos que nadie no te merecías mis ataques…
Yo: Estás perdonada, si lo hubiese sabido te podría haber ayudado…
Fer: No sabes la vergüenza que sufrí por años y los temores que tenía con los hombres inclusos mis novios, los que solo veían en mí a la chica popular con la cual acostarse, pero al poco andar y no conseguir sus objetivos me dejaban…
Yo: Conmigo eso no te va a pasar…
Fer: Lo sé pardillo, eres un tipo muy transparente y confiable, además que no te dejas dominar por nadie, ni siquiera por mí, jejejeje
La besé después de su confesión, lloró en mi hombro nos acariciamos más que nada para consolarnos, después ya más reconfortados y con una Fer que derrochaba optimismo y alegría por sacarse un peso de encima volvimos a casa.

Los abuelos no estaban, habían dejado un papel en la mesa del comedor diciendo que habían ido al cine y que volverían a eso de las seis. Ante tal anuncio se me ocurrió que podríamos ahorrar agua con Fer:

Yo: ¿Duchémonos juntos?
Fer: Oye pardillo salido, una cosa es que te confiese mis temores y otra es que follemos
Yo: No te pido follar, solo que nos duchemos juntos, además ya nos hemos visto…
Fer: Bueno, pero nada de trucos.
Yo: Seré un santo, jejeje
Dejamos nuestras tenidas deportivas en los respectivos cuartos y nos encontramos desnudos como Dios nos echó al mundo en el cuarto de baño, yo la miré y sonreí, ella me miró, se puso roja como tomate y se tapó el coño y las tetas, como si antes no me las hubiese mostrado

Yo: ¿Por qué tanta vergüenza?
Fer: No lo sé, es como si fuera la primera vez que me muestro a ti como realmente soy.
Yo: Eres linda…
Fer: Y tú hermoso
Yo: Nunca me lo habían dicho.
Fer: Será porque el amor es ciego y me nubla la vista, jajaja
Yo: Entremos a la ducha… tú primera.
Entramos a la ducha, claro que nos besamos bajo el tibio chorro de agua que caía de la regadera y pronto nos abrazamos con ternura y hasta cierto punto candor, luego comencé a jabonarla, ella muy coqueta se dejaba querer pero que no le metiera mano a ciertas partes manteniéndome a raya en mis avances que les puedo decir, estaba muy caliente, pero mantuve mi compostura hasta al final, solo les diré que sus tetas y pezones ya no guardan secretos para mí, y los cachetes de su culo los memoricé con mis manos.

Salimos contentos y risueños de la ducha, ella se fue a vestir a su cuarto y yo al mío, estábamos en eso cuando entraron los abuelos, solo un poco antes de las seis de la tarde, si bien a Oma le causó extrañeza que ambos nos estuviéramos vistiendo a la misma hora no dijo nada al respecto

UnicorniosWhere stories live. Discover now