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Las clases matutinas de Jaemin pasaron lentamente. Sabía que estudiar diseño de videojuegos iba a ser una gran cantidad de clases técnicas acerca de codificación y de informática, y estaba de acuerdo con eso, pero algunos de los profesores realmente podrían trabajar en sus monótonas formas.

El calendario en su teléfono le recordaba que tenía una cita con su asesora en veinte minutos, lo cual era más que suficiente tiempo para ir caminando hacia el edificio de oficinas de la facultad. En su camino, hizo una parada rápida en los dormitorios Randall Hall para terminar con algún pobre diablo llamado Xiumin cuyo novio estaba harto de él. ¿Qué podía decir? Eran unos frescos cien dólares, y él era muy bueno botando gente. Estaba comercializando su conjunto de habilidades.

—¿Na Jaemin? —Fue saludado cuando entró a la oficina de su asesora sólo cinco minutos después de su tiempo programado para la reunión.

—Sí, ese soy yo.

—Me alegra que hayas sido capaz de pasarte para conversar esta tarde. Me di cuenta de que no has pagado el saldo de este semestre todavía, y quería ver si necesitabas información de ayuda financiera.

Las entrañas del castaño se retorcieron, y se hundió en la silla frente a su consejera, Irene.

—Se lo dije, no me gusta la idea de ponerle fin a la escuela con una deuda enorme. ¿Cuánto tiempo tengo para pagar el saldo de este semestre?

—Hasta el 17 de abril. Si no pagas para entonces, serás expulsado de tus clases.

—Lo resolveré —le aseguró.

Siempre había encontrado una forma de pagar cada semestre, de una manera u otra. El semestre pasado fue cuando la idea de publicar el anuncio de romper con la gente por dinero vino a él. Y eso le ayudó. Estaba seguro de que iba a encontrar una manera de pagar este semestre también.

—Si cambias de opinión, estaré feliz de darte más opciones de préstamos.

—Gracias.

Jaemin se lanzó la mochila sobre el hombro y salió de la oficina sin mirar hacia atrás.

¿Qué coño es lo que iba a hacer?

Tenía algunos de los grandes en la cuenta de su otro trabajo, pero estaba contando con que fueran para gastos de manutención. Iba a tener que comenzar a rezar mucho para que la gente necesitara de él para hacer el trabajo sucio de dejar a alguien por ellos si quería pasar desapercibido este semestre.

Se dejó caer al lado de un árbol retorcido en el patio y enterró la cara en sus manos.

—Tengo que dejar a esta chica, pero no me gusta el drama, ¿sabes? —dijo un muchacho cerca del lugar donde se encontraba sentado el castaño—.
Sé que habrá discusión y preguntas acerca de por qué las cosas no están funcionando. Es mi infierno.

Jaemin rió para sí mismo y sacudió la cabeza. Romper con alguien era fácil; era mantener a una persona cerca donde estaba el truco. No pudo hacer que sus padres no le abandonaran, no pudo encontrar una familia de acogida que le conservara, y cuando supo para qué era su pene, no había ocasión en el infierno de que fuera a darle la oportunidad a cualquier hombre de dejarle.

—Sería fantástico si pudieses pagarle a alguien para romper con ella por ti

—El amigo del sujeto bromeó y ambos comenzaron a reír. Empujando sus pies y pasando sus manos por los mechones de su cabello rebelde otra vez, Jaemin giró en la dirección de los dos chicos con su mejor sonrisa en el rostro para hacerles frente.

—Disculpa, pero parece que tienes un problema con el que puedo ayudar.

Ambos jóvenes compartieron una mirada confusa.

—No estamos tratando de comprar drogas —dijo uno de ellos, mirando al castaño de arriba abajo.

«No soy un traficante de drogas, jódete mucho». Pensó Jaemin mordiéndose la lengua para no contestar. En cambio, se obligó a sí mismo a reír como aprecio al humor de un malentendido. Claro, él era un chico desaliñado, con el cabello desordenado, sus jeans tenían agujeros y las
botas militares eran un elemento básico en su armario. No se parecía a la idea de alguien de clase alta, pero no vendía drogas... Las consumía de vez en cuando, pero no las vendía.

—No, yo ofrezco un servicio... Voy a dejarle saber a tu chica con suavidad que la estás dejando, y todo por el bajo precio de cien dólares. La ruptura es llevada a cabo por ti sin la molestia.

—No inventes.

—No invento —confirmó—. Sólo dame su nombre, una imagen sería bueno, y dónde puedo encontrarla. Si hay algo específico que quieras que diga puedo hacer eso, pero por lo demás puedo controlar la situación una vez que esté allí.

—Sí, diablos sí —El chico sonrió y se estiró por su celular—. Puedo enviarte el dinero por Venmo, ¿verdad?

—Por supuesto —concordó el castaño y le dio su información.

Jaemin respiró un pequeño suspiro de alivio. Iba a resolver el tema del dinero; siempre lo hacía. Más importante, necesitaba mantener sus ojos en la meta.

Al ser pasado de casa en casa, la constante era que todos estaban más que felices de lanzarle una consola de videojuegos y le animaban a quedarse fuera de su camino. Llegó a amar la creciente complejidad de los juegos con el tiempo. Le encantaba resolver los enigmas en Resident Evil, estaba intrigado con la profunda trama de The Last of Us, e incluso apreció el arte de Journey.

Y para el tiempo que tenía dieciséis años, sabía sin una sombra de duda que quería crear juegos. Quería aprender todo el detrás de escenas del
drama, la sangre, el sudor y las lágrimas que crearon el mundo en el que quería envolverse. No había forma en el infierno que fuera a dejar que unos cuantos miles de dólares se interpusieran entre él y su sueño.

Paseó por el campus, tomando el zumbido de energía que acompañaba siempre el inicio de un semestre. Todos todavía estaban avivados y seguros de que este iba a ser su mejor año. Animadamente agarraban a sus amigos y discutían los planes futuros para las fiestas del fin de semana y los trabajos estudiantiles que cambiarían sus vidas.

Una pequeña punzada de celos lo golpeó en el pecho. Tenía un montón de entusiasmo por su futuro, fiestas y demás, pero lo que no tenía era amigos para compartirlo.

Pero de igual forma existía una buena razón para mantener a la gente a distancia, y el hecho de que fuera tan consciente de sí mismo debía significar que estaba emocionalmente saludable, ¿cierto? Pero eso no le impedía estar solo de vez en cuando. No le malinterpreten, había personas
con quienes pasaba el rato de vez en cuando, pero nadie a quien llamaría para sacarle de la cárcel.

Jaemin se sacudió la melancolía mientras subía los escalones a su clase de Historia Antigua.

Estaba bien así, si seguía solo nadie podía abandonarlo.

Cuando regresó a su apartamento después de sus clases de la tarde, encontró cinco respuestas a su publicación de Reddit. Cha-Ching. Cuatro de las solicitudes eran estándar "No lo/la lastimes, sólo hazle saber que se acabó entre nosotros", y contestó cada una de vuelta para obtener más información y para hacerles saber a dónde enviar sus pagos. Pero el quinto mensaje le llamó la atención.

YangYang:

Necesito dejar a este tipo que he estado viendo, y necesito que sea humillante. Hay una canción, un baile y un traje por los que te pagaré cien
dólares extra. Pero necesito que este hombre se sienta como un idiota.

Jaemin presentía que él sería el que se iba a sentir como un idiota. Pero por doscientos dólares, sería el mayor idiota del mundo.

Jae:
Hecho. Sólo necesito un nombre y dirección y tendrá que enviarme los $200 por adelantado.

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