Su vista se iba nublado a medida que su placer iba en aumento, escuchar los sonidos impropios producidos por el mismo al estimular su cuerpo de esa forma le producía un placer aún más grande.

El placer de lo prohibido, de lo incorrecto, desear a una persona de esa manera y sobre todo tocar su cuerpo envuelto en lujuria todas las noches, rebajandose a rogar a la nada como toda una puta necesitada no era nada propio de un líder de secta.

Sus dedos se tensaron a la vez que zidian recibía la orden de regresar al pecho y soltar sus piernas, dándole la libertad de abrirse tanto como le era posible.

Imaginó como se vería el apuesto Lan Xichen bajo todas esas pesadas telas blancas, estaba seguro que su cuerpo sería un deleite visual, con firmes músculos cincelados sobre la hermosa piel y sus largos cabellos negros enmarcandolo desordenados, alejandolo del concepto de pureza en el que se veía enfrascado.

Para él, era el jade quien le ordenaba con una mirada feroz que abrirse las piernas, para así poder colocarse entre ellas, como si Jiang Cheng fuese una simple concubina puesta para su diversión.

La sola idea le provocó espasmos por todo el cuerpo, por lo que, sin pensarlo, retomó el vaivén de sus manos, convirtiendo con su mente a sus dedos en la desconocida entrepierna del otro líder de secta.

— ¡Líder Lan!... No... Ahhh... No sea tan... Nghhh~... Tan rudo—

¿Como puede alguien tan sucio como tú, dirigirse a mi de esa manera? No somos iguales, tu solo eres una simple perra

Había perdido la cuenta desde hace cuantas noches, cuantos meses, cuantos años su gran amor por Lan Xichen le había transformado en un ser tan repulsivo. Un ser que era capaz de imaginar que alguien tan puro y recto como lo era el primer jade, le hablara como un sucio rufián de cantina.

Pero aquello le encendía tanto, que el placer ahogaba toda culpa.

— Por favor... Ahhh... Castigue a su irrespetuoso concubino—

Escuchó el sisieo de zidian cerca de su oído derecho mientras el objeto se enrrollaba lentamente sobre su cuello.

Te castigaré, eso es seguro, te follaré tan duro que no habrá duda a quien perteneces

Para él no existía ningún objeto sagrado en ese momento, tan solo estaban él y su apuesto amante, él era embestido duramente mientras las fuertes manos de su preciado Lan Huan se colocaban en su garganta, dificultando su respiración.

— ¡Me corro!... ¡AGHHHHH!... ¡POR FAVOR... NGHHAAA~... LLENAME! —

Entre su dulce delirio llegó al orgasmo de manera abrupta, fue tan fuerte que su cuerpo se sacudió salvaje, mientras se descargaba disparando hacia su propio pecho, sus preciosos ojos amatistas se pusieron en blanco, perdiendo el control en zidian, que recuperó su forma circular y le permitió respirar con normalidad de nuevo.

Los espasmos post-orgásmicos se hacían presentes en su agotado cuerpo mientras trataba de recuperar su respiración acompasada.

Una vez se hubo recuperado, se levantó con dificultad de las sábanas sudadas y lentamente caminó hasta el espejo, ahí pudo contemplar todo su desastre.

Su cabello era apenas mejor que un nido de aves, su piel pelada por el sudor mientras que de su pecho aún escurría el semen fresco, su sexo lucía húmedo por su propia lubricación y sus mejillas totalmente rojas.

Observó sus manos, después sus dedos y entonces, la realidad lo embistió de lleno.

Avergonzado, se hizo una pequeña bolita aún frente al espejo, cubrio su rostro y comenzó a derramar pequeñas lágrimas.

— Lo siento... Madre... Yo... Zidian... Lo lamento mucho pero... Lo amo tanto que si no puedo tenerlo conmigo al menos dejame fantasear con él... Cuando muera podrás mandarme al infierno con tus propias manos—

Desde luego nadie le respondería, tampoco había nadie para juzgarle, sin embargo, la culpa era inevitable, no sólo por aprovechar los poderes de la herencia que en una situación llena de tristeza le había dejado su madre, también por desear a un hombre que se proclamaba profundamente enamorado de alguien más.

No tuvo el valor de externa sus sentimientos cuando hubo oportunidad y ahora que tan solo faltaba un mes para el compromiso de su gran amor, él seguía siendo un cobarde que pasaba sus tristes noches abusando de los poderes de un objeto.

— Lan Xichen jamás buscarían a un omega defectuoso—

Murmuró para si mientras recogían sus túnicas del suelo.

— Y para mi desgracia, el estúpido Jin GuangYao es tan fértil y tan virtuoso, que alguien como yo, que jamás ha tenido un celo ni es capaz de lubricar naturalmente, jamás tendría oportunidad contra él—

Con un paño limpiaba su cuerpo y acomoda el resto de sus desastre por la habitación, mientras trataba de no estallar en cólera pensando en aquel que tenía todo lo que él deseaba.

En realidad, nunca se había sentido intimidado por el hecho de no ser como los demás hombres con su misma categoría omega, él era consciente de su belleza, de su habilidad en el campo de batalla y de su reconocimiento como un gran líder. Pero, cuando escuchó a su amado líder Lan declarar su profundo amor hacia el Jin, resaltando puntos que él jamás tendría como lo eran su carácter amable, gentil sonrisa, dulce aroma o alta fertilidad, su mundo se vino abajo.

Su corazón y su mente se fragmentaron en ese mismo instante, convirtiéndolo en una bomba de tiempo.

Muchos lo habían notado, pero no existían valientes suficientes en el mundo que tuviesen la intención de preguntar que sucedía con el Jiang.

Sobre todo desde que su mirada comenzó a perderse en la lejanía, desbordando peligro, rabia y apenas una pizca de cordura.

Nadie quería saber por qué de la nada, su líder parecía más un omega de bestia que un humano.

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Bueno como ya leyeron, son capítulos cortos que no siempre irán en orden.

Eso es todo, que lo disfruten ^^

Besos en el queso😘😘

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