Un diamante corrupto: Green Diamond.

Capítulo 6. La escapada (II)

¡Hey, cuánto tiempo! Escribir esto me causa mucha nostalgia, os echaba mucho de menos. Sé que llevo un año inactivo, pero ha sido muy movidito y he necesitado tiempo para retomar la escritura, tiempo para sanar, ¡pero oye, ya he vuelto! Con las pilas cargadas para continuar esta historia. ¡Disfrutad y dejad algún comentario sobre alguna parte del capítulo que os haya gustado!

[ DÍA 5 - LA ESCAPADA II ]

Green Pearl y yo nos pusimos en marcha siguiendo a Pearl en silencio, pero contemplando los lugares por los cuales nos hacía pasar. Pearl paró en seco chocandome con ella y Green Pearl, ambas nos miramos ladeando la cabeza sin saber porqué se paró.

- Aquí ocurrió todo... —Pearl señaló con su espada el lugar. Una gran zona de campo demacrada, con rastros de armaduras, armas, banderas y gemas corruptas o rotas.—

- ¿Pero qué ha pasado aquí...? —Dio varios pasos hacia adelante mirando atónita el lugar, llevándose su diestra a sus labios tratando de hacerse a la idea.—

- Tú querías saber qué le ocurrió a Pink, pues aquí tienes la respuesta. Lo que solía ser un lugar agradable, feliz y brillante, acabó convirtiéndose en polvo, memorias y soldados caídos... —Subió a una pequeña yanura con la bandera representante de Rose Quartz en las manos.— como ya te dije las Diamantes nunca estuvieron de acuerdo con Pink y sus deseos, ni aprobaba que estuviera con una cuarzo. Pink logró construir su reinado aquí en la tierra, en este mismo lugar... creó guarderías donde emergieron nuevas gemas, colaboró y ayudó a los humanos necesitados... ella luchó mucho por este lugar a pesar de que sabía que las diamantes no iban a permitir su felicidad... —Clavó la bandera con fuerza en lo alto de la yanura, mirando su símbolo.— se lo quitaron todo desde que llegó... le arrebataron su libertad, le arrebataron a su primera perla, su reino y sus gemas. Y le arrebataron la vida...

- Nunca supe nada de eso... nunca quisieron contarme qué le sucedió y me reñían a la mínima que pronunciaba su nombre... ¿qué pasó después...? —Preguntó intrigada, escuchándola atentamente.—

- White mandó a sus tropas a que destruyeran la tierra, todo lo que fuera de Pink, iban a desterrarla... tropas para encerrar a todas sus gemas y encarcelarlas o incluso destruirlas. Nosotros luchamos, dimos todo de nuestro ser para defender a este mundo... pero las diamantes vinieron en persona aquí, y yo... no pude proteger a Pink como debía hacer... —Apretó con fuerza el mango de la bandera, mirando al suelo.— Yellow y Blue no hicieron nada para detener a White en el momento que destransformó a Pink e iba a destruir su gema... observaron sin mover un músculo viendo como aplastaba la gema en sus manos y era convertida en polvo, y Rose Quartz... se quedaron con su gema y nunca llegué a saber más de su paradero...
Por eso le guardo tanto odio a tus madres, por eso no son buenas personas. Al final resultaron ser igual que White Diamond y pretenden convertirte a ti en su igual, privandote de tu felicidad y libertad. No les importó destruir a una de las suyas ni se atrevieron a encarar a su propia compañera... y estoy segura, de que no han cambiado nada. Solo hay que ver el porqué no te quieren contar nada, porque saben que son las culpables y que las odiarías, y acabarías teniendo el destino de Pink.

Tras escuchar la historia, todo me empezaba a quedar más claro. Pero también me creaba enfado porque hubieran permitido la muerte de Pink, siendo una de las suyas, ¿¡no que eran compañeras, entonces por qué la dieron de lado!? No me daba sentido. Pero lo más entristecedor era mirar los ojos de Pearl y verlos apagados, sin esperanza y atrapados en el pasado... realmente Pink tuvo mucha suerte de tener una perla así, que luchara por ella cuando no pudo hacerlo más... ella y su primera perla, que en paz descanse.
Pearl bajó de la yanura parándose a mi lado, mirándome de reojo.

- Ya te he contado todo lo que sé... ahora será mejor que regreses a tu mundo y no menciones este mundo allí nunca, ni dejes rastro... —Tocó su hombro para seguir caminando y alejarse de ella.—

- ¡E-Espera espera! —La siguió a paso ligero.— ¿Podré regresar alguna vez? Aún tengo muchas dudas, este lugar es muy agradable y solitario, ¡y me gustaría poder contar contigo para investigar más sobre Pink!

- Sigues siendo una Diamante y vives bajo el techo de todas ellas, no puedo confiar en ti por mucho que Pink te eligiera para ser su descendiente. Además no hay nada más que descubrir, soy la única que sabe todo sobre ella y no encontrarás nada más que no se haya dicho por mi boca. —Continuó caminando mirando seriamente al frente, arqueando una ceja al notar un gran peso en su pierna derecha. Miró hacia abajo viendo a la diamante agarrada a su pierna y siendo arrastrada por ella, suplicándole.—

- ¡Porfaaa sí que soy de fiar, me has contado lo que le ocurrió sin fiarte de mi aún así! —No se soltó en ningún momento de su pie, ya llegaba a irritarle su insistencia.— ¡Toda gema esconde cosas que no le dicen a nadie, seguro que Pink era así, tú no lo sabes así que ya tienes una gran razón para colaborar conmigo, jo!, seré una diamante pero yo también odio a mis madres por lo que hacen, ¡y mira, también tengo una perla que es como tú y me está ayudando con todo esto, podéis ser amigas y ayudarme a la vez con esto! Es perfecto, ¿eh~?

- ¡Grrr, ya silencio, está bien, ya te he oído todas las veces! Dios, eres igual de cabezota e insistente que Yellow Diamond... —Gruñó haciendo una mueca deteniendo el camino.—

- ¿Eso significa un sí, vas a ayudarme? —Sonrió como si nada aferrándose a su pierna, mirándola con pucheros.—

- ¡Sí, demonios sí, voy a ayudarte con tal de que me sueltes la pierna y dejes de insistir! —La reacción de la diamante fue de una amplia sonrisa y ojos destellantes, soltándose por fin de su pierna y bailoteando de alegría.— Ya no tengo tan claro que seas hija de esas dos... pareces un clon de Pink pero más alta y verde...

- ¿¡Viste, Perla!?, ¡ahora tenemos a alguien más para ayudarnos, siento que cada vez estamos más cerca de toda la verdad y de todo lo que ocurre~! —Cogió a su perla de sus manos dando vueltas como una peonza entre risas.—

- Si, tiene razón mi diamante~ —Recibió tras los giros un fuerte y cálido abrazo de ella, tornandose sus mejillas a verdosas, correspondiendo tímidamente con una sonrisa.—