Yamaguchi y Kageyama se habían vuelto muy unidos en tan poco tiempo, estaban raros y eso levanto sospechas.
Kageyama había aprendido a sonreír y Yamaguchi aprendió a colocar de una forma casi perfecta. Se la pasaban todos los recreos juntos, se iban...
Suga estaba por abrir el gimnasio con el resto del Karasuno detrás pero noto que ya estaba abierto, además que se escuchaban risas y parloteo.
— Parece que alguien se nos adelantó — Abrió de golpe la puerta Tanaka.
— No puede ser, yo también amo a Corpse — Dijo el de pecas al que tenía al lado, estaban acostados mirando al techo, riendo y conversando muy ruidosamente.
— ¿Cuál es tu canción favorita? La mía es...
— Siren head — Hablaron al mismo tiempo antes de empezar a reírse — Esa colaboración te podía embarazar con solo escucharla — Volvieron a hacerlo.
Los presentes estaban sorprendidos, nunca imaginaron que esos dos se entendieran tan bien.
Daichi tosió de mentira para llamar su atención, cosa que logró — ¿Se puede saber porque están acá antes que todos nosotros? — Se cruzo de brazos para parecer enojado, pero estaba orgulloso de que Yamaguchi y Kageyama se hicieran amigos.
— Hola — Kageyama se levantó como más rápido quel rasho makuin y ayudo a pararse a su nuevo amigo — Yo vine a practicar y me encontré con Yamaguchi aquí. — El nombrado asintió varias veces.
— Está bien, por esta vez se la pasaré pero que no se les haga un hábito — Siguió el capitán — Dejen sus cosa y a trotar todos
— Yamaguchi — El de lentes tenía una cara de pocos amigos, en si era verdad pero estaba enojado con el pecoso — Te estuve esperando una hora en el lugar acordado, no te costaba nada enviarme un mensaje. Casi me afanan el celular cuatro veces.
Contuvo la risa sabiendo que estuvo mal no haberle dejado un mensajito a su mejor amigo para que no esté parado como poste esperándolo — Gomen Tsukki, prometo avisarte la próxima vez.
— Tsk
— Apuren Yamaguchi, Tsukishima
— ¡Ya vamos! Vamos Tsukki — Tomando una de sus muñecas corrió hasta donde estaban los otros.
Tsukishima creía que Yamaguchi iba a conversar con el todo el trote matutino pero solo se alejo para hablar con el rey de la cancha, si el rubio ya estaba enojado ahora lo estaba aún peor.
Hablaban, se daban pequeños golpes, contaban anécdotas y se reían. Eso no le gustó para nada, Yamas era su mejor amigo.
Pero al parecer Tsukishima no era el único molesto por esa situación, un enano de pelo naranja también veía la escena con celos a flor de piel.
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— ¡Gracias por su arduo trabajo el día de hoy! — Gritó Daichi dando por finalizado el entrenamiento.
— ¡Buen trabajo! — Dijo el resto.
— Shoyo vamos a jugar videojuegos en casa de Ryu, ven con nosotros — Saltando tan animadamente sobre sus hombros como de costumbre.
— Lo siento Senpai, con Kageyama vamos a practicar pases — De inmediato recibió un mensaje "Voy se cancelan los pases" — ¿Porque?
