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20 de enero 2022 - 02:30 AM

Ciudad de Le Dior, Italia.

La madrugada del 20 de enero era oscura y helada, parecía que en cualquier minuto las nubes que cubrían el cielo comenzarían a derramar gotas de agua inundando la ciudad y empapando a quien se encontrara vagando por las calles.

La mayoría de los ciudadanos se encontraban en sus hogares descansando de la agotadora semana laboral para empezar su fin de semana con ánimo, por su lado los adolescentes ya habían comenzado sus noches de fiesta apartando los deberes de sus estudios.

Mientras la mayoría se encontraba en establecimientos cerrados en un callejón sombrío y desolado entre dos edificios de departamentos alejados de la ciudad, se presenciaba movimiento en ambos costados.

En el costado derecho se veía un grupo de tres jóvenes de más de 25 años que se encontraban charlando con un chico de cabello negro y ojos azules perdidos, mientras en el costado izquierdo se veía un grupo de tres hombres jóvenes acompañados por una mujer que al igual que los otros tenían más de 25 años que se encontraban frente a una chica de cabello castaño liso y largo que con sus ojos grises los miraba con seguridad y con un pequeño brillo de temor que no iba a expresar.

Los grupos eran diferentes, pero se encontraban hablando de temas similares teniendo el mismo conflicto que dejaba expuestos a los dos chicos menores de edad que tenían enfrente que vacilaban en busca de una respuesta que dar para salir ilesos de la situación

De repente pasaron de mantener charlas calmadas a discusiones agresivas, los grupos compuestos por los mayores de edad estaban perdiendo la paciencia frente al menor que tenían enfrente, ya que llevaban más de una hora con las mismas respuestas vacías que no querían.

El grupo que se encontraba junto a la castaña comenzó a elevar aún más la voz siendo la mujer que los acompañaba la encargada de acercarse hasta a ella acorralándola en la pared de ladrillo desgastado sujetándola por el cuello antes de sacar de una de sus botas una navaja brillante negra y afilada que comenzó a pasar por el rostro de la chica sin cortarle aún la mejilla.

En cambio, donde se encontraba el chico la situación no se veía con objetos corto punzante ni comenzaba a ponerse tan violento, pero no duro mucho cuando el pelinegro soltó una frase que provoco que se llevara un puñetazo en el rostro sacándole sangre que escupió al suelo antes de apretar sus puños volviendo sus nudillos en blanco con sus ojos reflejando su enojo antes de encaminarse al grupo de chicos a devolver el puñetazo que había recibido.

La castaña buscaba librarse de las manos de la chica tatuada que la sujetaba y el pelinegro trataba de esquivar la mayoría de los golpes que iban camino hacía a él, luego de unos minutos en forcejeo como era de esperarse la lluvia comenzó a hacerse presente empapando a ambos grupos.

Entre el forcejeo del costado izquierdo, la castaña logro empujar a la chica tatuada que se tambaleo gracias a los tacos de sus botas sobre un charco de agua que se había formado hasta que tuvo que soltar a la castaña del cuello rozando la navaja en su mejilla que le dejo un corte superficial antes de caer de trasero al suelo.

La castaña quedo frente a los tres hombres que se le acercaban en lo que la tatuada buscaba levantarse, y antes de quedar completamente acorralada golpeo al hombre del centro en su entre pierna haciendo que diera unos cuantos pasos hacia atrás con las manos en sus genitales, cosa que llamo la atención de los otros dos que le dio tiempo a la castaña de tomar la navaja que había caído al suelo y enterrarse al hombre que caminaba nuevamente hacia ella.

La navaja le impacto en el abdomen y antes de soltarla la retorció aún más provocando el gruñido que el hombre dejo escapar antes de que la castaña le pateara el abdomen haciendo que se cayera al suelo, se le acercaba el tercer hombre que en el intento de darle un puñetazo la chica se alcanzó a agachar y el puño del hombre impacto en la pared de ladrillos desgastada para luego mirarse los nudillos sangrantes gruñendo siendo pateado en la costilla que lo hizo tambalearse, la tatuada se estaba poniendo de pie, pero la castaña fue más rápida y la empujo antes de salir corriendo hacia dentro del callejón.

Al mismo tiempo el chico de los ojos azules se veía sujeto de los abrazos a sus espaldas por uno de los hombres, mientras dos se daban la tarea de golpearlo en la parte frontal de su caja torácica hasta que el chico logro reunir la fuerza antes de apoyarse en el pecho del hombre que lo sujetaba elevando ambas piernas posicionando sus pies en el pecho de uno de los hombres frente a él para luego impulsarlos empujándolo con fuerza para que cayera al suelo.

El segundo hombre que se encontraba frente a él recibió el mismo empujón, mientras que el que se encontraba en su espalda se llevó un cabezazo por parte del chico de ojos azules que decidió echar la cabeza hacía atrás con fuerza impactando en la del hombre que se vio obligado a soltarlo para llevarse mano a la zona afectada.

Los dos hombres frente a al chico de ojos azules se le fueron encima, pero este alcanzo a esquivarlos siendo él quien proporciono los golpes esta vez y aprovechando el suelo mojado a su favor para empujarlos y que cayeran con mayor facilidad hasta llegar al punto que los tres hombres estuvieron en el suelo, el chico aprovecho para salir corriendo hacía dentro del callejón.

Para ese punto tanto la castaña como el pelinegro ya se encontraban completamente empapados, sus cabellos se habían tornado más oscuros por el agua provocando que sus puntas gotearan, su ropa había comenzado a pesar y algunas prendas se estaban ensanchado, pero ninguno lo vio como algo importante, solo estaban empecinados en correr tanto así que no se dieron cuenta que otra persona iba corriendo en su dirección hasta que chocaron.

-¡Mierda!- mascullaron ambos en el suelo.

-¡Fíjate por donde vas, imbécil! – grito la castaña levantándose.

-¡Tu saliste corriendo de la nada, engendro! – gruño el pelinegro quedando frente a la chica.

-¿¡A quién le dices engendro, imbécil!?- volvió a gritar la chica y antes que el chico pudiera responder se escuchó un disparo.

En el mismo infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora