Volviendo de la Oscuridad

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Una noche confusa, luces extrañas, un cuerpo que no se podía sostener por sí solo. Policía, médicos, enfrentar la realidad, repulsión, vómitos. Finalmente resignación. Había una parte de ese cuerpo que nunca volvería a ser lo que había sido, que pasaría por los túneles más oscuros y su alma lo sabía, pero ese día había terminado, era hora de descansar. La familia y los amigos pronto se le acercarían a tratar de componerlo.

  Los días comenzaban a pasar en medio de sentimientos que envolvían a ese ser en un pantano oscuro: miedo, asco, impresión, dolor, impotencia, ira, sentimiento de soledad. Su cuerpo representaba estas emociones vomitando, con dolores de cabeza y evasiones a la realidad. No había consuelo que sirviese e incluso muchos de sus bastones comenzaron a alejarse, no pudieron soportar lo que había ocurrido. Estaban en un estado de shock tan profundo que no fueron capaces de seguir ahí, de acompañar a ese alma, que pronto también tuvo que acostumbrarse a esta situación.

  Una habitación, una cama, ese era el único refugio del mundo, de sus miedos, de sus dolores, aunque incluso allí había sólo breves momentos en los cuales no era plenamente consciente de lo que la rodeaba y ni siquiera eso la liberaba de tanto pesar. Por el contrario, todo aquello comenzaba a tornarse peligroso y sus ángeles guardianes se preocupaban por ella, ¿de qué lado caería? ¿Se recuperaría o quedaría estancada en ese sitio irreal por el resto de sus días, murmurando cosas sin sentido o gritando en pedido de justicia?

  El tiempo transcurría, la situación no mejoraba, era tan sólo un cuerpo inerte, muerto en vida, que no tenía deseos ni ánimos para nada, más que esperar un lento perecer. Sin embargo sus ángeles seguían allí para él, animándolo, tratando de ayudarle, de que se ayudase a sí mismo, porque hay algo muy claro y es que si uno no quiere dos no pueden. Todos los seres de luz que se preocupaban por él batallaban por su recuperación, enviándole ondas de amor y salud, rezando a su manera para que despertase de esa muerte. Incitándolo a realizar actividades que lo conectasen de nuevo con sus pasiones, con la vida.

   El alma también batallaba, pero contra sí misma, contra sus propios miedos, contra el que pasaría si mejorara, pero a la vez, contra el no querer estar mal. Fueron meses difíciles, de mucha tensión para este ser, pero, al final, logró iluminarse y comenzar el proceso de luchar con todas sus fuerzas por sí mismo. Así comenzó su recuperación. A pesar de todos sus impedimentos y desconfianzas, juntó valor y salió a la vida, a aquella maravillosa existencia que había olvidado, de la mano de sus ángeles y los elementos de luz que lo rodeaban.

  Ahora, tiempo después, ese cuerpo volvió a respirar profundamente y a existir como lo desea, con pasión, con amor y con objetivos. Con fe, por sobre todas las cosas, fe en que de todo se puede salir adelante, incluso con más fuerza que antes. Fe en la vida y en sus procesos. Fe en sí mismo. Trabajando día a día para seguir mejorando su existencia y superando todos los obstáculos que puedan presentársele.

Volviendo de la OscuridadWhere stories live. Discover now