Razón N°9: No más bebés.

Start from the beginning
                                    

—¿En serio?

—Si.

—¿Vómitos?

—Pocas veces, pero a causa de la comida del nuevo restaurante de sushi que pusieron enfrente. Asqueroso —bebí mientras admiraba la cara rara que Lucía me daba.

—¿Ana? —se acercó lentamente hacia mi y puso sus manos en mi vientre. Ahora era mi turno de adoptar la cara rara.

—Dime.

—¿Has ido al médico? —metí una galleta en mi boca.

—No, no es tan grave. Un par de medicamentos y se me pasará el dolor. Un par de ejercicios y mi panza volverá a la normalidad.

—Anabeth Blake —analicé la sonrisa que me dio. Era como una mezcla entre aterrada, feliz y emocionada, sumada a una mirada de "que estúpida eres".

—Lucía Bianchi.

—¿Qué?

—¿Qué de qué? —pregunté—. Pensé que decíamos el nombre de la otra en voz alta.

Se acercó y me tomó de los hombros.

—Estás embarazada.

—¡¿Qué?! —comencé a reír—. Por Dios, Lucía, ¿cómo voy a estar embaraza si siempre utilizamos pro...? Oh, bueno esa vez no... Y esa otra quizás tampoco. Mierda.

—Espera, tengo una prueba por algún lado en mi bolso —la vi buscar desesperadamente entre sus maquillajes.

—¿Por qué guardas un test de embarazo en tu bolso? —se encogió de hombros.

—Puedes necesitarla en cualquier momento.

—Es imposible que esté embrazada.

—No lo es

—No te embarazas así de la nada —moví mis manos, frustrada.

—Uhm, técnicamente, si, lo haces.

—¿Un nuevo bebé? —miré a Leah que nos miraba, enojada—. ¿Más bebés? ¡¿Más?! —me encogí de hombros y se marchó balbuceando cosas que balbucean los niños.

—Ana, no debes asustarte. Los bebés son la cosa más linda del mundo.

—Y la más apestosa —me lo entregó y se lo devolví.

—Esta bien, lo dejaré aquí —lo dejó sobre la mesa—. Hazlo cuando estés lista. Debo irme. Llámame. ¡Leah! ¡Nos vamos!

Leah reapareció con su cejas fruncidas en modo de enojo y se acercó a mi, señalándome con su dedo.

—No debes tener un bebé. Los bebés solo se roban mi atención.

Cuando abandonó el apartamento miré fijamente el test.

—Que estupidez. ¿Cómo voy a estar embarazada? Le probaré a Lucía lo equivocada que está.

***
Luke.

—¿Ana? Ya llegué —cerré la puerta detrás de mi y me fui desvistiendo camino a la habitación. Para cuando llegué, el saco, la corbata y la camisa estaban fuera de mi. Me quité los zapatos y le di un beso a Ana—. ¿Estás bien? —se encontraba cabiz baja en la punta de la cama.

—No lo sé.

La preocupación se hizo presente.

—¿Te duele algo? ¿Te vino la regla? ¿Quieres medicamentos y chocolates? —negó.

—¿Te casarías conmigo aunque esté gorda? —las lágrimas en sus ojos aumentaron el miedo.

—Claro que si, Ana.

—¿Incluso si estoy realmente hinchada y como una bola?

—Si.

—¿Y si como chocolate todos los días?

—También te querría, Ana, ¿qué pasa? —acaricié sus hombros.

—¿Te casarías conmigo incluso si un ser vivo estuviera creciendo en mi interior?

—Si, incluso si un... ¡¿Qué?! —se exaltó por el gritó y comenzó a llorar.

—Lo siento, te juro que no tenía idea, yo sé que es muy pronto y...

—¿Estás embarazada?

—Sí —y volvió a llorar.

Y yo me mantuve en silencio. Asimilando una noticia bastante fuerte.

—Ana.

—No me odies —tomé su rostro.

—Mirame.

—Lo siento, fue mi culpa yo... —la silencie con un beso.

—Ana, ¿vamos a tener un bebé?

—Si no quieres tenerlo, no lo tendremos.

—¿Estás loca? Ana, ¡estás embarazada! —se secó las lágrimas.

—¿No me odias?

—¿Cómo voy a odiarte? Te amo con todo mi corazón, Anabeth. Y aunque estés embarazada o no, te seguiré amando. A ti y... —toqué su barriga—. Y a él o ella.

—¿En serio?

—¡Si! ¿Por qué no lo querría? Es mío y tuyo, Ana, seguramente va a ser el ser más encantador del mundo.

Ella soltó una risa y la abracé con fuerza.

Por Dios, iba a ser padre. Y me iba a casar. Y todo sucedía tan rápido.

Estaba asustado, en serio, pero aún así lo quería. Quería intentar, aprender, ver a eso, que surgió de nuestro amor, crecer.

—Te amo —le susurré—. Y a ti también —mi mano la acarició lentamente.

—Tengo una cita para el médico mañana, ¿me acompañas?

—Por supuesto, cariño. Te acompaño hasta al fin del mundo.

Las horas pasaron y Ana y yo estábamos recostados en el sofá, tapados con una manta y comiendo chocolates.

—¿Qué opinas de... Jason?

—¿Nicholas?

—¿Thomas?

—Espera, ¿y si es niña?

—Uhm... ¿Qué tal Jane?

—¿Sara?

—¿Mia?

—Hay tantos nombres —tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos.

—¿Estás preparada para todo esto? La decisión es de ambos, Ana, podemos esperar o ...

—No, Luke, si esto paso es por algo. Hay un niño creciendo dentro de mi. ¿Puedes creerlo? Yo no, es tan raro y maravilloso —me miró, sonriendo.

—Te dolerá muchísimo.

—Valdrá la pena, como en el amor.
***
Anabeth.

—¿A quien llamas? —enredé el cable del teléfono en mi dedo y silencie a Luke.
—¿Alo?

—¿Hola? ¿Leah?
—Hola, Ana —sonreí maleficamente.

—¿Cómo estás?
—Bien, ¿y tú, tía?

—Estoy bien —aguardé un segundo—, y embarazada.
—¡Nooooooo!
----------------------
Un sólo capítulo!!

SIN EDITAR: 10 Razones para NO casarse (#10RPNE3)Where stories live. Discover now