Bravucones vs. Nerds [Historia pausada]

Prólogo

PRÓLOGO

(Siete años antes)

Ryan

Miro el reloj de la cocina y son las tres de la tarde. Estoy mirando la tele en el living mientras mis padres duermen arriba.

─¡Vamos, Derek! ─escucho que grita mi madre─. ¡Ohhh, así se hace!

Se escuchan ruidos curiosos y golpes en el piso. Deben hablar dormidos.

Homero Simpson iba a decir algo en la tele justo cuándo suena el timbre.

Me levantó del sillón en un salto y me dirijo a la puerta. Miro por el ojo de la puerta quién es. Es Edgar el vecino de la esquina.

Le abro y el enseguida me saluda.

─¿Qué onda? ─dice saludándome con un puño.

Le devuelvo el saludo con puño.

─Hola, Ed ─le digo.

─¿Quieres ir al parque? Me dijeron que hay una tortuga muerta en el lago ─dice emocionado.

─Claro ─le contesto─. Pasa. Primero le tengo que preguntar a mamá.

Edgar cierra la puerta y subimos las escaleras.

Voy a la habitación de mi mamá y cuándo intento abrir la puerta esta cerrada. Oigo los mismos sonidos y gritos que antes.

Golpeo.

─¿Mamá?

Los sonidos paran pero escucho que algo cae al suelo y suena fuerte.

─No pases todavía ─dice mi padrasto agitado─. Voy a abrir y no quiero que pases hasta que te diga.

─Bueno ─respondo confundido.

Escuchó que la puerta se destraba y que alguien corre y aterriza en la cama.

─Ya puedes pasar ─dice mi mamá.

Entro y están los dos con una sonrisa en el rostro, tapados hasta el cuello, despeinados, y agitados.

─¿Qué querías, cariño? ─me pregunta en tono amable.

─¿Puedo ir al parque con Edgar?

─Claro, cielo. Pero no vuelvas tarde.

Mi padrastro se rasca detrás de la nuca mientras mira hacia otro lado.

─Bueeeenoo ─digo lentamente guiando mi mirada hacia un rincón de su habitación─. Adiós.

Cierro su puerta y comenzamos a bajar las escaleras.

─Tus padres son muy raros ─dice Edgar.

─Ni me lo digas ─le contesto.

* * *

Estoy jugando con el caparazón de la tortuga muerta en el lago y una rama mientras Ed talla en una piedra su nombre.

Una niña de pelo rojizo se para detrás de nosotros en pose "agrandada".

─¡Ey, imbéciles! Si uno de ustedes baja mi frisbee de ese árbol puede darme un beso.

Ed se voltea.

─No quiero un beso tuyo ─le dice.

Yo me paro e intento subir al árbol. Primero tomo una rama que esta a mi altura con dos brazos y luego subo mis pies. Me doy vuelta y ya estoy parado en el árbol. Sigo gateando por una rama más grande y estiro mi brazo hacia una rama un poco más alta de donde estoy parado, justo donde esta el frisbee. Lo tomo y bajo del árbol de un salto.

Le doy el frisbee a la niña y ella me agradece con un beso. Quedo paralizado y veo que Edgar ríe.

─Juguemos a algo ─dice la niña en un tono agradable de "niña buena"─. ¿Qué tal "Los empujones"?

─No conozco ese juego ─digo al mismo tiempo que Edgar dice que le encantaría.

─Tienes que empujar a cualquiera ─dice─. Por ejemplo, así.

La niña me empuja y comienza a reír.

Edgar viene de atrás mió y me empuja. Luego ambos comienzan a correr y me esperan a los lejos.

Comienzo a correr con una sonrisa en el rostro hacia ellos mientras vuelven a correr. Empujo a la niña y ella empuja a Edgar que luego me empuja a mí. Caigo a un charco de barro y su golpe hace que pare de respirar por un segundo y un dolor recorra todo mi cuerpo. Enojado, me levantó y le devuelvo el empujón más fuerte.

─¡¿Qué te pasa?! ─se quejá Edgar más enojado que yo─. ¡Es sólo un juego!

Veo que detrás de Edgar la niña comienza a reirse.

Edgar me empuja otra vez y yo repito su movimiento.

Le doy un golpe en la cara y el me lo devuelve. Luego, comienza a correr asustado hacia la otra punta del parque. Lo sigo corriendo y después de aproximadamente un minuto se cansa y se tira al suelo.

Me echo sobre él y sigo dándole un golpe tras otro. El me saca de su cuerpo con los pies y caigo al piso. Al unísono nos levantamos y el me empuja tan fuerte con las manos que pierdo el equilibrio en el cordón de la acerca y caigo a la calle.

Justo cuándo estoy por pararme un auto me arrolla.

Creo que esa fue la última vez que fuimos amigos.