Capítulo 190: ¿Xiao? ¿Te Arrojas a mis Brazos? ¿Yu? ¿No Funcionó? ¿An?

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¡Yan HeQing! ¡Mírame! Por favor, ¡¡¡tienes que mirarme!!!

La zona prohibida siempre había sido pacífica. Pero esta vez, no estaba bien vigilada, y se consideraba un gran crimen dejar que esas dos personas se escabulleran allí. Ahora este hombre, el cual seguía gritando, estaba perturbando esa paz. Si el Emperador se enfada, las consecuencias serán inimaginables, y los Guardias Imperiales estaban realmente asustados mientras tapaban ferozmente la boca de Xiao YuAn, arrastrándolo lejos.

...

En el lado oeste del Palacio Imperial, Xiao YuAn estaba descansando en su alcoba con un paño blanco cubriendo su cuello. Mientras sostenía un pincel, lo mojó en tinta, y escribió una página completa de cosas para vengarse.

Una vez que Xiao YuAn dejó de escribir, miró el papel desconcertado.

Xiao YuAn nunca había visto a Yan HeQing actuar así, tan despiadado, cruel y sanguinario.

Se podría decir que Yan HeQing siempre ha sido así de despiadado y decidido, al igual que en el libro original, pero desde el principio le había ocultado esas afiladas cuchillas, dejando solo la ternura.

Después de pensar en ello, el corazón de Xiao YuAn cambió repentinamente de la amargura a la dulzura.

¿¡Por qué el guion difiere completamente de lo que imaginaba, antes de ir a la zona prohibida!?

¿No se suponía que iba a ser como; Yan HeQing, después de sollozar en la tumba, corrió hacia mí, me abrazó con ambos brazos, y me escuchó decir: «No llores, mírame y déjame recitarte un párrafo de los principios básicos del marxismo»?

En lugar de eso, fui agredido, directamente empujado contra la pared, ¡y casi muerto por asfixia! ¿¡Qué está pasando!?

Xiao YuAn se encontraba pensando, cuando Tian Xiang entró de repente con una palangana y medicinas.

—Xiao Jun Wang, ¿le sigue doliendo la garganta hoy? Esta sirvienta le cambiará las vendas.

Xiao YuAn asintió y permitió que Tian Xiang le quitara la venda blanca del cuello. Después de unos días, los terribles arañazos en su cuello comenzaron a desaparecer, y la voz de Xiao YuAn había vuelto a la normalidad.

Tian Xiang respiró profundamente y dijo: 

—Parece que ya está bien, esta sirvienta ha estado preocupada estos últimos días, siempre sintiendo que Su Majestad la castigará. Afortunadamente, por la bendición del Cielo, Su Majestad no ha venido.

—Desearía que pudiese venir —Xiao YuAn murmuró.

—Xiao Jun Wang, no sea tonto, y por favor ruegue que Su Majestad esté muy ocupado estos días, para que no piense en nosotros —Tian Xiang suspiró brevemente.

Xiao YuAn flexionó los dedos y le dio unos suaves golpecitos en la cabeza. Luego, sonrió y dijo:

—Eres demasiado joven para suspirar todo el tiempo. Además, estoy enamorado de Su Majestad, así que por supuesto que esperaré que venga.

Tian Xiang no esperaba que Xiao YuAn fuera tan directo. Mientras se cubría la frente y tragaba por medio segundo, trató de persuadirlo.

—¡Pero, Su Majestad tiene a alguien más en su corazón!

Xiao YuAn seguía sonriendo mientras respondía a Tian Xiang: —Eso ya lo sé.

—¡Xiao Jun Wang, Su Majestad no es el único hombre en el mundo! ¡Todavía hay mucha gente muy buena por ahí! Además, usted es el Monarca del Reino Shu Occidental, así que ¿a quién no puede conocer después de dejar el Reino Yan del Sur?

Buscando el HaremWhere stories live. Discover now