⎯⎯㍾ IV.

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Ya casi era de noche, tomaron el metro y se dirigieron a la casa de Jeongin para descansar y poder dormir bien, sin los malditos ruidos de los gatos callejeros que estaban gritando en celo por la casa del mayor. HyunJin se había quedado a dormir hace un par de días, y quedaban algunas ropas que podría usar. Así que apenas llegaron, se durmieron inmediatamente sin decir siquiera buenas noches. Solo se dedicaron a soñar cosas que ninguno recordaría, porque solo eran sueños, deseos que no podrían tener por mas que quisieran.

Fue como si solo hubieran pestañeado cuando la alarma comenzó a sonar de forma reiterada. Despertando con mucha hambre, tanto que incluso podrían ser capaces de comerse hasta una ballena.

—Yo no quiero cocinar, no tengo ánimos— Dijo HyunJin mientras se movía en la cama, no queriendo levantarse. —¿Por qué pones alarma cuando no tenemos nada que hacer?

—No me gusta saltarme la principal comida del día, el almuerzo. 

Hwang bufó —Entonces tu cocinas.

Yang se removió exhausto —No quiero, el anillo aquí no me deja hacer nada.

Debían bromear, era el único medio que tenían para no reventar sus propios cerebros buscando la solución, ordenando ideas, eliminando la confusión.

—Con anillo o sin anillo se me quema el arroz. No, quise decir, hasta el agua.

—Si, somos iguales en ese sentido— Ambos comenzaron a reír a pesar de la circunstancia en que se encontraban.

—Pidamos comida chilena, dicen que es buena.

HyunJin estuvo de acuerdo y llamaron.

Apenas llegó la comida ambos lo disfrutaron y se sentaron felices en el sillón. Les había ganado la flojera y optaron por ver una película de amor que les habían recomendado sus amigos hace tiempo.

Por culpa del silencio, entraron en un estado de incomodidad mientras veían la película. Se miraban constantemente en las partes románticas ya que pensaban en lo que había sucedido con la mujer, con todo eso del amor y que hay que decirlo en voz alta y blah blah...

Yang miró de reojo a HyunJin cuando en la película, el hombre besaba la mano de su amada. Pero Hwang solo yacía comiendo alegremente unas palomitas que acababa de preparar. Su corazón latiendo con fuerza era lo único que logró escuchar por unos minutos, resonando, teniendo miedo de que su amigo pudiera comprender lo que le pasaba. Volvió su mirada a la película y solo pudo imaginar que él podría hacer muchas de esas cosas como; una cita en el parque, caminar en la arena a orillas del mar, en fin, muchas escenas románticas y cursis. Pero necesitaba recordar constantemente que su mejor amigo ignoraba totalmente sus sentimientos y que para su mala suerte también está apunto de casarse, por lo que aguantar el dolor de su pecho era lo mas conveniente.

Decidió ignorar ese malestar que lo comenzaba a atosigar y optó por concentrarse en pasar tiempo con su mejor amigo, porque eso era lo que más le gustaba, lo que aun podía disfrutar.

—HyunJin, no sabes comer, tienes palomita en el pelo— Se acercó a quitarla pero no llegó a tocarlo, ya que un grito enorme escapó de su garganta.

—¿Qué te pasó?— Preguntó Hwang completamente asustado, dando un rebote en el asiento.

—Una araña allí en el piso, ¡Mátala, mátala! Por amor de dios, que me quiere comer. Mírala, mátala.

Y Jeongin se abalanzó contra HyunJin, quien botó las palomitas al piso con jarrón y todo. A Yang no le importó y se quedó en sus rodillas mientras lo abrazaba del cuello. La posición era sugerente pero ninguno de los dos se dio cuenta. Hwang resopló, no hallaba la forma de hacer callar a su amigo, y al intentar levantarse, Jeongin tampoco lo quería soltar.

— Jeongin bájate de mis piernas que no me puedo parar.

—No HyunJin, si bajo me comerá. Mírala, me ve con odio. Se que me picara y moriré, quedará en tu conciencia.

Hwang suspiró cansado, posicionó más sus rodillas, acomodó a Yang en sus brazos y se levantó, cargándolo como un pequeño koala. Jeongin se aferró con sus piernas fuertemente entorno al cuerpo de su amigo, mientras hacia soporte con las manos en su cuello. Era un cobarde, demándenlo.

—Está corriendo, allá va, aplástala, mutilala.

—Jeongin no seas cruel ¿Dónde está el niño inocente que llora hasta cuando matan una mosca?

—Lo siento pero realmente sacan lo peor de mi.

—Listo.

Jeongin vio como la araña yacía muerta en el piso, estaba reventada. Ahora dudaba si era mejor verla en ese estado o solo verla caminando buscando a una presa. HyunJin observó un momento y luego fue a buscar una pala con una escoba para sacar el cadáver, con Yang aun sujetándose en él.

No se había dado cuenta que el plato de palomitas que hace poco estaba comiendo se encontraba en el suelo, por lo que sucedió lo inevitable.

Todo ocurrió en cámara lenta, Yang gritando —¡Cuidado!— Mientras Hwang buscaba algo de que afirmarse con la cara asustada de muerte, logrando alcanzar una lámpara que había en la pared, arrancándola de cuajo de una manera irreal. Volviendo a perder el equilibrio cayendo ambos al sillón, en la parte donde se apoyan los brazos, dejando a Jeongin acostado de espalda con las patas arriba. Mientras que HyunJin caía encima de él con los pies levemente levantados del piso.

El que estaba más enterrado en el sillón era Yang que había quedado con su cara directamente pegada al cuello de su amigo. Podía sentir su olor, ese perfume que él mismo acompañó a comprar. No sabe en que momento se dispuso a abrazarlo del cuello pero era una bonita sensación, sonriendo cuando notó que HyunJin tampoco intentaba alejarse.

Pero nada podía ser tan perfecto, Yang resopló y comenzó a empujarlo en el momento que supo que sus pulmones estaban corriendo peligro de ser perforados. HyunJin pesaba y se estaba cansando cuando miró al techo, dándose cuenta que había otra araña. Un escalofrió recorrió su espalda — HyunJin, las arañas se unieron y me quieren comer todito— Gritó, atrayéndolo aún más a su cuerpo de manera brusca, lo que produjo que ambos rodaran al piso, quedando nuevamente Hwang arriba de Yang quien no lo soltaba por nada del mundo.

—Tranquilízate ¿Si? te ves mas lindo con el rostro sonriente— Gruñó cuando una corriente eléctrica paso por su rodilla, al golpearse la rotula.

—¿Lindo?— Jeongin se sonrojó de sobremanera.

HyunJin le tomó el rostro diciéndole que la araña ya había muerto y que la otra estaba en el techo, que no lo iba a picar, que no le iba a pasar nada —Se fue ya no está.

—No HyunJin, allí está ¿La ves en el techo? Mírala pero mírala, nos observa, no te soltaré hasta que la mates. Jinnie ayúdame, eres mi mejor amigo— Yang siguió hablando y Hwang no encontraba la manera de hacerlo callar hasta que se le ocurrió algo, pero no sabia si seria buena idea, de todas formas todo era por volver a la paz y tranquilidad en la que antes estaban envueltos.

Le agarró la cara de improvisto, sujetándolo fuertemente pero sin hacerle daño. Lo pensó unos momentos mientras lo miraba a los ojos, recorrió con su mirada su nariz, su labio y su barbilla para luego volver su mirada a los ojos asustados que lo observaban con incredulidad. Su respiración se hizo mas fuerte, estaba pensando. Se acercó a su cuello, el olor, el olor a Jeongin. Su pecho dio un respingo. Se acerco a sus labios cuando sus brazos cedieron a su peso. Y lo besó, tan solo un roce pero beso al fin. Yang cerró los ojos y cuando los abrió fue incapaz de decir algo al ver a su amigo igual de impresionado. HyunJin miró hacia otra parte y se levantó rápidamente, corriendo y encerrándose en el baño. 


TU ANILLO NO SALE DE MI DEDO.  ⎯⎯ HYUNIN. Where stories live. Discover now