Capítulo Único.

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Era martes por la mañana. Iida estaba junto a su profesor viendo algunas cosas. Aún no comenzaban las clases, Bakugō estaba ausente.

-El permiso lo dio el director Nezu- le dijo el pelinegro al delegado de clases- Pero deben llegar mañana temprano.

-¿Puede ser a mediodía?- preguntó Tenya- Vamos un tanto lejos y no sabemos sí llegaremos a buena hora mañana.

Aizawa se lo pensó un momento.

-Bien. ¿Pero tienen cómo venirse?.

-Yaoyorozu-san nos facilitó la movilización, así que no habrá problemas con eso.

-¿Y Bakugō?- preguntó el sensei- ¿Sabe de esto?.

-En realidad no. Pero sus padres viajarán dentro de una hora más. Así que nosotros nos iremos antes.

-Aún no entiendo por qué tanta expectación- dijo Shota.

-Kirishima-kun nos dijo que Bakugō-kun ha estado algo estresado por el asunto de las licencias provisionales. Y pues, queríamos darle una sorpresa, para que se relaje- le explicó Iida.

-Bien. Será mejor que se vayan.

-¡Gracias sensei!- dijo Tenya- Atención todos- dijo el peliazul a la clase- Tomen sus pertenencias y vayan afuera. Nos espera un bus.

La clase se levantó, se despidieron del profesor y salieron del salón.

Mientras en casa de Bakugō, Mituski y Masaru le daban los regalos a su hijo.

El cenizo les dio las gracias y los abrió. Audífonos, un nuevo juego de play y un nuevo juego de pesas. Llevó sus cosas al dormitorio.

-Trae tú bolso- le dijo su padre- Iremos a un lugar.

Extrañado, Katsuki hizo caso. Le daba lo mismo donde lo llevaran sus padres, poco le importaba cumplir años y más odiaba las fiestas y bullicios.

Subieron al auto y salieron rumbo a las afueras de la ciudad.

Mientras en el bus, Todoroki iba sentado junto a Midoriya. El bicolor tenía un cajita de regalo entre sus manos.

-¿Es para Kacchan?- preguntó el pecoso, algo celoso de que su amigo recibiera un regalo de Shotō.

-Sí, es para él. Espero no lo explote.

-¿Qué es?- preguntó curioso Izuku.

Shotō se sonrojó levemente.

-Es algo para él.

Sin más preguntas ni respuestas, el bus continuó su camino a las afueras de la ciudad.

Una casa de campo, con una piscina en el patio. Era la cabaña de la familia de la madre de Katsuki. La hermana de ésta, había salido de viaje, por lo que dejó la casona, para que la usaran.

El vehículo de los Bakugō se estacionó frente a la cabaña. El cenizo bajó.

-Vamos dentro- sonrió Mitsuki.

Una vez abrieron la puerta, globos y serpentinas volaron por el lugar.

-¡¡Sorpresa!!- gritaron todos. Y grande fue la sorpresa, los ojos de Katsuki no daban crédito. Tontamente creyó que no vería a sus compañeros.

-¿Qué carajos?- dijo, tratando de salir de su asombro.

-Oh vamos bro- le dijo Kirishima, acercándose- Fue idea mía. No quiero verte estresado por el asunto de las licencias. Quiero que seas feliz- le sonrió el pelirrojo.

Apaga la Vela 🥳❤💛 [TodoBaku].Where stories live. Discover now