-Secuela de Mi linda melodía-
Nada es para siempre, las personas mueren y las melodías terminan, todo puede cambiar cuando menos te lo esperas.
---Ray...¿Que significa ❝etéreo❞?---preguntó la joven, mirándolo a los ojos curiosa de la respuesta del a...
—mmm, no lo creo—respondió el chico—Para tu mala suerte, mis relaciones con el reino no son tan fluidas y simpáticas. Asi que no te llevaré a ninguna parte.
La chica frunció levemente el ceño, se acercó y levantó la silla para luego mirarlo fijamente.
—Mira, tu...eh...chico ciclope. Algo te trajo aquí...suerte...destino...-
—un estúpido soldado-
—tomé la decisión de confiarte mi vida—mencionó ella.
—pésima decisión-
—Pero escucha lo que te digo—puso una mano en el espaldar de la silla, como si lo "acorralara"—me da igual si destruyes esta torre piedra por piedra. Pero sin mi ayuda, nunca encontrarás tu dichosa bolsa con la corona.
—nunca destruiría esta torre "piedra por piedra", obviamente la incendiaria—le respondió él, con total tranquilidad aparente—Y segundo, déjame entender, quieres salir de esta torre solo para ver esas linternas y luego regresar a vivir el resto de tu....eh...aburrida vida aquí en la torre sana y salva...después de eso me devuelves la bolsa....¿entendí bien?
—Te lo prometo.—se acercó peligrosamente al rostro del azabache—y créeme que jamás rompo una promesa. Jamás.
Él la miró incrédulo.
—Jamás—aclaró otra vez.
—Mira, niña bonita. Es tierno que quieras hacer un trato, pero no entiendo por que quieres salir de esta torre y entrar de nuevo—dijo el chico, mientras miraba a cualquier lado que no sea los ojos de ella, estaban demasiado cerca—Por lo que veo, esta torre está muy alejada del pueblo, ¿acaso nunca saliste de aquí?
—eh...claro que no—respondió ella, alejándose y cruzando sus brazos de nuevo—verás...mi padre nunca me dejó salir, por que afuera es peligroso para alguien como yo.
—¿alguien como tu?—miró algo desinteresado a la fémina—No es como que fueras especial, salvo ser albina.
—Mi abuela fue albina, asi que es genética—le contestó ella—nunca conocí a mi madre y mi padre no es albino. Espera, nos desviamos del tema...
—eres distraída...
—¡como sea! Tu me llevarás a ver esas linternas y regresaremos para que yo pueda darte la bolsa que tanto quieres.
—¿y crees que yo voy a acepar?—preguntó el joven.
—es eso o darte de comer a mi búho....
—Los búhos no comen humanos...
—te sorprendería todo lo que llegan a comer los búhos...—respondió ella—entonces...¿me llevarás? O podemos esperar a que mi padre regrese y que él se encargue de ti. No creo que le agrade que un....ciclope como tú, este en la torre de su amada hija.
—Suena a que tu padre es muy sobreprotector.
—Es parte de su cariño.—se encogió de hombros—entonces...¿aceptas el trato?
—Creo que no tengo otra opción....—dijo él, mientras miraba sus manos atadas, suspiró algo enojado. Esto no estaba para nada en sus planes, aquella chica solo interferiría en su objetivo
—¡ay, enserio?—la chica se separó y sonrió emocionada. Pero el azabache se cayó debido a que antes estaba mal apoyado por que la chica apoyaba su brazo en la silla.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.