—Su alma abandonó su cuerpo para sobrevivir — responde con ronquedad y mi pecho se desinfla al escucharle decir aquello, instalando un pequeño rayo de esperanza en mi corazón que hace temblar mi labio cuando un sollozo quiere escapar.

—¿C-como? — pregunto ahogadamente, inclinándome un poco hacia él y dedicándole una mirada de súplica que parece descolocarlo y hacerle fruncir aún más pronunciadamente su ceño.

—El cuerpo corpóreo y el alma son un equilibrio entre los dos lados, cuando uno muere, ambos lo hacen — explica con lentitud, inclinándose en mi dirección también, como si una fuerza mayor estuviera guiándolo a mí mientras habla y me observa —. Su cuerpo estaba muriendo y su alma no habría podido sobrevivir si se quedaba en él. Lo que mi hermano hizo fue... brillante — declara por último y sonríe a labios cerrados con suficiciencia, como si estuviera orgulloso.

—Balthazar tenía un plan de respaldo — explican detrás de mi, obligándome a dejar de observar hipnotizada hacia los claros ojos de Jackson y a girar para reparar en Massimo, quien ignora mi mirada acusadora y solo se enfoca en el demonio a mi lado —. Pero no contó con que usted... resurgiera de donde sea que haya estado, lord Jackson — termina el rubio.

—Estoy al tanto de ello — responde el susodicho, sin apartar su intensa mirada de mi, la cual aún siento sin estarle viendo y la cual me hace dejar de ver a Massimo y volver a reparar en él, encontrándome con sus pupilas dilatadas y un brillo extraño en su mirada —. Mi destinada no me estaría mirando como si me hubiese brotado otra cabeza si hubiera sabido que yo... resurgiría — declara, haciendo enrojecer mis mejillas violentamente.

—¿C-como sabes que soy tu destinada? — tartamudeo con nerviosismo y me aferro al borde de la enorme camiseta de Balthazar cuando una media sonrisa carente de diversión, bastante espeluznante y a la vez atractiva deforma su rostro en respuesta a mi pregunta, generando que mis pezones se ericen en contra de mi voluntad.

Maldición. Tienen que ser las hormonas.

—Cuando la admiro, el órgano debajo de mi pecho late como nunca lo hizo en mis pocos años de existencia — explica con frialdad y como si lo que estuviera diciendo fuera absurdo, cosa que oprime mi estómago —. Cuando sus labios se mueven, el otro órgano entre mis piernas salta y me aclama que la reclame aún cuando el solo hecho de tener una destinada no me agrade en lo absoluto. No soy estúpido, mi lady, este cuerpo reacciona a usted tanto como sé que el mío reaccionaría si la tuviera de frente — sus palabras salen elegantes y toscas, otorgándole una nueva patada a mi estómago cuando recalca lo que Balthazar una vez me dijo de él.

Jackson nunca quiso una destinada.

Aprieto mis labios y asiento en respuesta, sin saber que más decir ante sus palabras y evitando demostrar la molesta decepción que embarga a mi corazón sin yo entender el porqué. Sin embargo, la incomodidad de su intensa mirada y su dura labia me obliga a dejar de verle y a dirigir mi atención hacia Massimo, quien por fin me devuelve la mirada y se encoge de hombros cuando levanto una ceja pidiendo una explicación.

—Balthazar se adelantó a los hechos, lady Maxwell, yo sabía que él tenía algo planeado en caso de que las cosas se salieran de control, sin embargo no sabía qué era. Por lo tanto, las únicas respuestas las tiene lord Jackson — declara con seriedad el demonio, hundiendo mi entrecejo y obligándome a apretar mis puños con fuerza.

—Eso no es del todo cierto — aclara su garganta Aitor, cosa que nos hace observarle y dedicarle una mirada recelosa al escucharle decir aquello.

—Explícate — exijo con molestia cuando el castaño no explica sus palabras y se queda callado al sentirse intimidado por la miradas penetrantes de Jackson y Massimo puestas en él.

Balthazar [1]✔️Where stories live. Discover now