Cuando a Kenma le encargaron la creación de una app para un trabajo de la universidad, en ningún momento se le pasó por la cabeza que fuera a ser un completo éxito.
De hecho, resulta ser una aplicación para encontrar pareja muy fácil de usar. Solo t...
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--¿Vas a ignorarme durante mucho más?
Bokuto suelta un suspiro apagando su móvil. Oikawa lleva un rato intentando captar su atención, pero él ha estado demasiado perdido releyendo conversaciones antiguas con Shiro. ¿Habría hecho mal al decirle quién era? A ver, la aplicación estaba hecha para que solo se revelara la identidad de un usuario a otro cuando uno quisiera, pero no esperaba que tras enseñarle a Shiro que él era Bokuto Koutarou, el chico no le respondiera.
--Esa aplicación te ha absorbido la vida, joder --se queja el castaño--. Espero que pase pronto de moda o terminaré acusando a Kenma de secuestrar a la mitad de mis amigos.
Bokuto no tenía nada contra de eso porque era cierto. Los primeros días todo fue muy sutil: un par de descargas que aumentaban su número a un ritmo normal. Después, cuando un famoso idol admitió que se la había descargado para pasar el rato (nada de encontrar pareja, solo hablar con otras personas escondiendo su verdadera identidad), estas se dispararon.
Koutarou echa un vistazo a su alrededor, sabiendo que el 50% de las personas que le rodean probablemente estén registrados en la app de Kenma y alza una ceja antes de dirigirse de nuevo a su amigo, que está moviendo la cucharilla de su café con un gesto cansado.
--¿Tú no la has probado?
Lo peor, de hecho, no era el número de descargas, sino que realmente funcionaba. Obviamente no siempre, pero era innegable la cantidad de parejas que habían surgido de la noche a la mañana gracias a esa app.
Sea lo que sea que hubiera iluminado la imaginación de Kenma para crear la aplicación, había dado lugar a un auténtico fenómeno.
--Ni de coña –suelta orgulloso--, no me hace falta ninguna aplicación para encontrar pareja –dice, llevándose el vaso a sus labios.
--Oh, ¿eso quiere decir que por fin le pedirás salir a Iwaizumi?
Tooru tose un par de veces. Se ha atragantado con el café tras esas palabras inesperadas y ahora le mira como si quisiera matarle. Si no estuvieran sentados en medio de una cafetería y con tantísima gente alrededor, seguramente le hubiera tirado su propio café encima.
