𝙃𝙖𝙨𝙩𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙦𝙪𝙚𝙙𝙚́ 𝙨𝙤𝙡𝙤 𝙮𝙤 ꧁𝚂𝚊𝚒𝚘𝚞𝚖𝚊/𝚙𝚛𝚎𝚐𝚊𝚖𝚎꧂

𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 4

Quitando el que ayer fuera Amami quien estuviera con Ouma, hoy estaba yo con él, mientras teníamos una charla bajo el árbol donde se encontraban ambos ayer.

Hablamos sobre diversos temas; las clases, los compañeros, pasatiempos, actividades, hobbies, aficiones...

Cada pequeño detalle me ayudó a conocer mejor a Ouma, a lo cuál estaba agradecido.

A pesar de pasar tan buen rato con Ouma sin ser molestado, dentro de mí, sentía la culpa de haber matado a Amami. No me había dado cuenta de eso hasta que vi el rostro de Ouma un poco más triste a no tener a su amigo cerca.

Aunque eso también me molestó.

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Cuando acabaron las clases, momota se acercó a mi con una sonrisa en su rostro. Sin duda, eso no era algo bueno.

Para evitar que me diga algo o me aburra con sus palabras, fui tras Ouma, quien al parecer iba a ir a visitar a Amami.

Eso era bastante malo para mi plan. Pero podía ir con Ouma y aparentar sorprendido al ver el cadáver de Amami, ya que si reaccionara normal, podría sospechar de mi.

Aún así tampoco me iba a negar, por extraño que pareciera, quería ver la cara de horror de Ouma al ver a su amigo muerto, con un cuchillo clavado en el cuello junto la sangre que ya debería estar seca.

Eso sonó enfermo, lo sé, pero la intriga me mueve en este momento.

Es cómo cuando ves una peli de terror donde una persona mató a la otra y quieres ver la cara del protagonista. La situación de ahora, y una peli de miedo, son situaciones similares ¿cierto?

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Cuando llegamos a la puerta de la casa de Amami, Ouma tocó la puerta varias veces, sin recibir respuesta como era de esperar.

Estuvimos así unos minutos, hasta que el anterior mencionado suspiró y se agachó en dirección a una maceta de la casa.

Me miró y puso su fino dedo en sus labios, como para indicar que era un secreto.

Entonces levantó aquella maceta y encontró unas llaves.

Si hubiese sabido eso mi plan hubiese sido más fácil. Aunque claro, sería más sospechoso ya que sabría una forma de entrar en la casa. Gracias a lo que Ouma acaba de hacer puedo parecer más inocente al 'no saber' cómo entrar en la casa.

Después de sacar la llave de ahí, se dispuso a abrir la puerta, anonadado por lo que se encontraba en el sofá de la casa, sin vida.