sincronicidad; trueno

20

Por suerte Gina la mayor parte del tiempo no se ha despegado del asiento en frente de mi, eso sí, ha aprovechado todo lo posible la posibilidad de pedir cuantas copas quisiera.

Lo bueno es que me quedan solo diez minutos y por fin podré salir de este lugar que a cada minuto que pasa se me vuelve más claustrofóbico.

Estoy colocando los licores, ya que Gina se ha ido a bailar a la pista y con algo tengo que matar el tiempo, cuando noto como un dedo me da toquecitos en el hombro consiguiendo así mi atención.

— Perdón, ¿qué le pongo? — pregunto alzando la voz para que se me escuche por encima de la música.

— Una botella de agua por favor — pide imitando mi tono. No puedo ocultar el desconcierto de mi expresión. Él siendo un tipo fuerte, alto, de rasgos duros... ¿De verdad me está pidiendo agua? — Oh, no es para mi. Hay una chica bastante mal y pensé que le vendría bien beber agua — explica encogiéndose de hombros.

Alargo el brazo hacia la pequeña nevera y saco una botella que le tiendo.

— ¿Cuánto te debo? — cuestiona tanteando sus bolsillos en busca de su cartera.

— No se preocupe, invita la casa — sonrío y me imita para luego perderse entre la gente.