-En efecto teniente Weiss, pero al parecer esta nación se encuentra segregada en norte y sur, siendo el norte nuestros actuales aliados-

-Entonces solo destruimos una ciudad y evitamos que el norte pierda?-

-Básicamente, alguna duda?-

Las reacciones generales eran bastante pobres, muchos figuraron en sus mentes la imagen de Arenne, pero nadie lo mencionaba, pues entendían que ese era un tema delicado para su pequeña superior, sin mencionar que, por la forma en que vestía, preferían mirar en otra dirección.

-A qué tipo de unidades nos enfrentamos?-

-Desconocido-

-Contamos con refuerzos de algún tipo?-

-El rey hechicero dijo que enviaría apoyo cuando pudiera, pero no debemos esperar ayuda además de nosotros mismos...nosotros somos los refuerzos muchachos!-

Sonrisas cansadas y ojos vacíos se manifestaron en el escuadrón, pues nuevamente recordaron en qué batallón se encontraban y por ende a qué misiones se enfrentaban.

-Bien...ordenes de movimiento?-

-...bueno...veamos...-

La totalidad de tropas del 203 habían sido equipadas con un ítem mágico entregado por el reino hechicero, una mochila de vacío que podía albergar hasta 300 objetos sin penalización de peso, aunque estas eran más bien grandes y ostentosas, viéndose Tanya en la penosa necesidad de cargar algo que era fácilmente del doble de su talla.

De su maleta, la niña extrajo un par de binoculares, posteriormente comenzó a analizar los alrededores llanos de la pradera frente a ellos.

En la lejanía podía ver una ciudad amurallada, se veía bastante desgastada y destruida, pero aún podían observarse a la distancia civiles que se movían por las murallas y los alrededores.

-Hay una ciudad al frente...unos...2, tal vez 3 kilómetros...-

Weiss y Visha se acercaron cada uno portando sus propios catalejos y binoculares.

-Es terreno abierto...no hay cobertura alguna...-

-Podríamos escondernos en esos setos de allí-

-Quizás podríamos hacerlo si fuera un avance corto, pero a esta distancia...-

Visha y Weiss compartían ideas mientras Tanya pensaba en silencio, si bien sabía que tendrían un contacto del reino santo esperando por ellos en la ciudad, no tenían completa seguridad de que ese mundo no albergara fuerzas peligrosas que pudieran atacarlos en campo abierto.

Volar rápido y directo a la seguridad de la urbe quizás era la mejor opción, pero si ellos podían detectar firmas de maná, no había razón para pensar que el enemigo no podría, lo mejor que podían hacer era aguardar allí hasta el anochecer y luego moverse bajo el manto nocturno hacia las murallas.

-...supongo que acamparemos aquí de momento...-

Los dos tenientes junto a Tanya simplemente asintieron a la orden y con silenciosos gestos de sus manos, instruyeron al resto sobre la decisión de su comandante.

La tensión se relajó y todos comenzaron a instalarse en la medida de lo posible, estableciendo pequeños puntos de descanso y puestos de vigilancia; sus ropas habían sido cambiadas por órdenes de Demiruge, siendo sus uniformes habituales remplazados por ropa habitual de esas tierras.

Los hombres parecían desde campesinos hasta aventureros, siendo los oficiales y personal de mayor rango quienes portaban más distintivos dignos del anterior titulo

Viktoriya usaba una blusa de trapo blanca y un pantalón de franela con tirantes, además de un chaleco negro que revelaba su abdomen cubierto por la anterior camisa, Weiss usaba un pantalón cubierto en los costados por placas de acero forjado y una gabardina negra que lo cubría hasta la cadera.

Tanya, en contra de su voluntad, usaba un largo y bello vestido de color rojo con volantes y un enorme sombrero veraniego del mismo color que le hacía recordar su desagradable tiempo junto al equipo propagandístico del imperio.

El conjunto de los oficiales junto a la comandante la hacía ver como una noble que era escoltada por aventureros de gama media, además de su sequito de sirvientes, una imagen bastante común en el continente.

Las miradas de todos aprovechaban cualquier descuido de su superior para mirarla de reojo, pues ver a Tanya en un vestido tan llamativo y femenino ciertamente era nuevo para ellos, esto sin contar a visha.

"Maldita sea...esto llama la atención demasiado...además de que hace bastante aire..."

Efectivamente, pues en un momento de descuido, la briza que acariciaba el campo sopló con tal fuerza que agitó el vestido rojo como una bandera en un mástil, revelando, aunque por corto tiempo, el interior de aquel ropaje.

La sangre bajó hasta los pies de cada individuo cuando la mirada rabiosa de su comandante giró con brusquedad hacía ellos, quienes no pudieron hacer más que mirar en otra dirección aterrados.

"...dios...por favor ten piedad..."

Incluso Visha y Weiss habían girado instintivamente sus cabezas, cosa que hizo a Tanya molestarse y sonrojarse más, pues ahora, casualmente, todos a su alrededor miraban descaradamente en otra dirección.

-oh...vaya...-

El sudor bajaba a cantaros por las frentes de todos, pero no podían mirar a sus espaldas, pues sabían que la muerte les esperaba si miraban a medusa en ese momento.

-Parece que nadie está mirando aquí...cierto...?-

Silencio total, solamente contrastado por el soplido del viento entre los árboles.

-...pues que así sea...-

Tanya decidió dejar el asunto por la paz, simplemente maldiciendo su suerte y recordando ese incidente como "inexistente", mientras marcaba un nuevo sujeto en su lista de venganza, aquel que le hizo usar ese ridículo vestido...Demiruge.

Overlord: La niña y el nigromanteWhere stories live. Discover now