𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎

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Hagrid se quedó perplejo ante la pregunta.

—Sí, ¿qué hacen?—insistió Malfoy—. ¿Para qué sirven?

Hagrid tardó un poco en encontrar una respuesta a esa pregunta, pero finalmente contestó.

—Eso lo sabrás la próxima clase, Malfoy. Hoy sólo tienes que darles de comer. Pero tendréis que probar con diferentes cosas. Nunca he tenido escregutos, y no estoy seguro de qué les gusta. He traído huevos de hormiga, hígado de rana y trozos de culebra. Probad con un poco de cada.

Estaba claro que los de Gryffindor obedecían a las palabras de Hagrid con una sonrisa falsa por el profundo cariño que tenían hacia aquel hombre, y Edmund, que también lo apreciaba, también se puso manos a la obra junto con Daphne, pero la sonrisa no le salía.

Comenzaron a escuchar gritos y quejidos de alumnos en menos de diez minutos, los escregutos eran de lo más violentos y peligrosos, pero Hagrid no parecía darse cuenta.

—¡Au! —Gritó Daphne con una mueca, saltando hacia atrás cuando una cola le explotó en la mano.—Esto es insufrible.

—Prefiero luchar con serpientes marinas —comentó Edmund, echando su cabeza hacia un lado evitando que una cola le explotara en toda la cara.

—Ahora ya comprendo por qué estamos intentando criarlos —dijo Malfoy sarcásticamente—. ¿Quién no querría tener una mascota capaz de quemarlo, aguijonearlo y chuparle la sangre al mismo tiempo?

—El que no sean muy agradables no quiere decir que no sean útiles —replicó Hermione con brusquedad—. La sangre de dragón es increíblemente útil por sus propiedades mágicas, aunque nadie querría tener un dragón como mascota, ¿no?

Hagrid les sonrió a sus tres alumnos favoritos de manera disimulada al escuchar eso.

—Ya me está hablando directamente esa Sangre sucia —susurró Draco, haciendo reír a Crabbe, Goyle y Pansy Parkinson.

Daphne chasqueó las lengua al escuchar esa expresión con desprecio. Edmund miró con enfado a Draco.

—Puedes meterte tus comentarios innecesarios por el... —comenzó a decirle Edmund con enfado a Draco.

—¡Ay!— el chillido que lanzó Lavender Brown consiguió que Hagrid no escuchara la siguiente palabra.

Edmund y Daphne decidieron que sería mejor bajar un poco más y acercarse a Harry, Ron y Hermione antes de que se enfadasen demasiado con Draco Malfoy. No querían problemas el primer día, y sabían que si se quedaban escuchando todos sus comentarios acabarían discutiendo.

Mientras; Peter, Fred, George y Lee Jordan disfrutaban de una entretenida clase de Defensa Contra las Artes Oscuras con su nuevo profesor, Ojoloco Moody.

Estaban disfrutando como nunca de aquella clase, estaba siendo divertida, interactiva, y todo lo que estaba bien. Moody era un hombre claramente chiflado y no tenía miedo de hablar y de enseñar hasta lo más peligroso.

Les había hecho guardar los libros y les avisó de que no los iban a necesitar. Los cuatro amigos lanzaron sus libros fuera de la mesa alegremente. Angelina y Alicia se miraron con el ceño fruncido, sin comprender nada.

𝐋𝐎𝐒 𝐏𝐄𝐕𝐄𝐍𝐒𝐈𝐄 𝐄𝐍 𝐇𝐎𝐆𝐖𝐀𝐑𝐓𝐒Where stories live. Discover now