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Ryomen recibió una llamada de urgencia hace menos de media hora, una misión había salido mal y Shoko estaba fuera de la ciudad.

Y él, como el único hechicero ㅡdisponible en el momento al menosㅡ que podía hacer uso de la técnica de maldición inversa fue solicitado de regreso al colegio, teniendo que cancelar su salida y su intento de fin de semana libre.

Así que estaba caminando por los pasillos del colegio justo como vino al mundo, en contra de su voluntad y enrabiado, asustando a todos los que se le cruzaran de paso.

Al llegar a la enfermería contó hasta tres, solo tenía que entrar, arreglar a los hechiceros inútiles que sirvieron de saco de boxeo para algunas maldiciones y luego podría irse a vagar por donde quisiera.

ㅡ Bien, ¿Quién va primero? ㅡ El gruñido resonó en la enfermería nada más la puerta fue abierta, tres pares de ojos sobre él enseguida.

El ceño de Ryomen se frunció aún más al percatarse de un chico de cabello castaño ocultarse penosamente tras una chica que parecía sacada de una película de terror, pasó de ella, acercándose al que huía de él, lo tomó del cuello del uniforme y tiró de la prenda hacía sí, logrando que el castaño se tambaleara.

ㅡ ¿En qué mierda te metiste ahora, mocoso? ㅡ Su hermano menor tembló, sin verle a la cara y sin contestar, las cuencas escarlatas ahora buscaron al hombre pelinegro enfundado en un pulcro traje, pudiendo sentir su miedo. ㅡ ¿Qué basura mandó a los de primero a una misión suicida?

Los tartamudeos llegaron, nada coherente salió del hombre que comenzaba a sudar y eso solo logró enfurecer aún más al pelirosa de exóticos tatuajes.

ㅡ No es por nada, pero hay alguien muriendo aquí. ㅡ La voz femenina se alzó entre el miedo y la agresividad de los hombres. Su mano tentada a tomar el martillo de vuelta.

ㅡ ¡Fushiguro, cierto! ㅡ Ryomen soltó a su ahora exaltado hermano, quién enseguida señaló la camilla tras ellos. ㅡ Ahora está inconsciente, pero ya perdió demasiada sangre.

Ryomen parpadeó por las manos que se sacudian con frenesí frente a él, suspiró, moviéndose perezosamente hasta la camilla, nada más acercarse se percató del chico tumbado ahí.

Se pegó a la camilla, la sangre manchaba la ropa y la pulcra piel, mancillando la imagen del pelinegro inconsciente.

Pero sorprendentemente a pesar de todo el carmín, la suciedad y las desgarradas prendas, le resultó bonito.

Mas a él no se le iban fácilmente los ojos por alguien atractivo y ese chico parecía más muerto que vivo como para ponerse a divagar.

Los echó a todos de la enfermería, alegando que le estorbaban, una vez estuvo a solas con el muchacho inerte, tomó aire, colocando sus manos sobre la cabeza ajena, pronto la técnica hizo su parte y las heridas fueron desapareciendo.

Unos minutos después el color de la vida volvía a teñir los pómulos y, dejando atrás la gran cantidad de sangre cubriendolo, el adolescente lucía mucho mejor.

Bueno, su parte estaba hecha y ya podía irse, no tenía porqué quedarse más tiempo ahí soportando el olor intenso a desinfectantes y medicamentos que inundaba la habitación.

Y era justamente lo que iba a hacer cuándo la puerta se abrió de golpe, sobresaltandolo y haciendo que por instinto ocultara al muchacho en la camilla tras su espalda ante cualquier amenaza.

ㅡ ¿Dónde está? ㅡ La amenaza gritó y armó un escándalo en cuestión de segundos. ㅡ ¡Megumi!

Ryomen frunció el ceño, sin entender qué mierda le pasaba ahora al lunático ese, pero el hombre albino miraba justo tras él.

Oh.

Él también se giró, su mirada escarlata posandose en el pelinegro que aún seguía con los ojos cerrados y luego la devolvió al hombre de lentes que se acercaba hacía ellos.

Así que era él.

ㅡ Megumi, Megumi. ㅡ Pronto el albino estaba al costado de Ryomen, tomando dramáticamente la mano del ensangrentado chico. ㅡ Abre los ojos por favor, soy yo.

El de los tatuajes sentía que estaba viendo una mala novela, frunció los labios, si antes sentía pena por el desgraciado protegido de Gojo, ahora la sentía más.

Iba a girarse, dispuesto a huir con lentitud cuándo un fuerte estruendo hizo eco en la habitación.

El chico le había tirado algo al albino, algo que claramente no llegó a tocar al hombre, pero si chocó contra el suelo causando todo ese revuelo.

ㅡ ¿No puedes siquiera dejarme dormir? ㅡ Lo escuchó gruñir, y él quieto en su lugar, levantó una ceja por la repentina e interesante escena. ㅡ Idiota escandoloso.

El albino retrocedió, sonriendo y con las manos en el aire.

ㅡ También me alegra verte bien, cielo. ㅡ Inmutable, el hombre se acomodó los lentes sobre la respingada nariz, los colmillos reluciendo por su infantil sonrisa, como si a quién llamaba cielo no hubiera atentado recién contra él. ㅡ Deberías de agradecerle a Ryomen por cuidar de ti.

Ryomen sintió la hostil mirada alcanzarlo, no se había percatado antes por todo el show familiar, pero ese pelinegro tenía unos ojos azules que le recordaban a las noches estrelladas de verano.

Las aguas se suavizaron, solo lo suficiente para no parecer tan hostiles, pero no lo suficiente como para ser indefensas.

ㅡ ¿Ryomen? ㅡ Su nombre se sintió como un rezo saliendo de esos labios, asintió, perdiendo la capacidad de hablar por la impresión. ㅡ Gracias...

No estuvo seguro, quizás solo fuera una alucinación, pero juró ver un atisbo de sonrisa en esos labios carmesí siendo dirigida a él.

Decidió que el recibir esa llamada de urgencia y perderse su fin de semana libre no fue tan malo después de todo.

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No, no sé esperar para publicar, pido perdón. 😭

A todo esto, quiero escribir un Au SukuFushi de piratas desde hace un tiempo. Es que, Sukuna como pirata yoㅡ 🛐

Así que no se sorprendan si me lleno de fic's sin terminar y después colapso por no saber como ni cual actualizar.😎🤝

Vanger.

P r o t e c t e d || SukuFushi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora