El resto del camino fue así, en silencio, como si ninguno quisiera aportar algo o charlar sobre alguna cosa estupida.

Ella está metida en sus pensamientos, y puedo jurar que algo la tiene preocupada.

La forma en la que camina no es como suele hacerlo, algo la tiene mal o quizás sea mi imaginación.

Si bien no soy especialista en estas cosas, pero uno se da cuenta cuando algo no está bien en otra persona.

Hay signos y señales que se notan, todo está en los detalles.

Al tenerla a centímetros de mí pude notar sus ojos rojos, y su piel más pálida de lo común.

Preferí quedarme en silencio, ya veo que la cago y no me habla nunca más.

Llegamos a la entrada de nuestro edificio, y saluda al portero.

¿Necesitas que te lleve a algún lado? - pregunté y volteó a verme-

Dudo un poco antes de responder y negó.

¿Segura? - insistí- no me jode llevarte eh, no te voy a cobrar

Se rió y asintió.

Me vienen a buscar, no te preocupes- me dice mirando nuevamente hacía la calle-

Decidí no seguir preguntando, por las dudas.

Ambos quedamos en la planta baja, ella a un costado cerca de unas plantas y yo cerca de la puerta.

Se supone que Camila traía a Giovani, ya que Victoria hoy tiene médico y como no podía ir a buscarlo, ella lo traía.

Candela mira a un auto negro, con un poco de miedo agarra sus cosas.

Te ayudo - la miré y asintió con un poco de timidez-

Su actitud es extremadamente extraña, parece vulnerable y me preocupa.

La seguí hasta el auto en cuestión, el baúl se abre y meto todo por ella.

Me mira algo tímida y sonríe.

Gracias - susurra y parece en debatir sin darme un pequeño beso-

Me acerco a ella, y se adelanta en besar mi mejilla antes de que yo toque sus labios.

Avisame cuando llegues - pido en un murmuro y asintió -

Espere a que entre en el auto y saludo con la mano. El auto avanza y lo veo irse, se pierde entre los demás autos.

Espero en la vereda a Camila, un mensaje de ella invade mis notificaciones.

Esta a pocos metros, la actitud de Candela no para de rondar en mi cabeza. Algo no está bien.

El auto de Camila para frente a mí y me acerco a abrir la puerta, Gio baja con su mochila.

Saludo a Camila y a mi hija, ambas se van rápidamente, yo me quedo con el hombrecito a mi lado.

¿Querés ir a tomar un helado? - le pregunté a mi hijo y asintió rápido-

Agarré su mochila para cargarla yo, y me dio su mano. Empezamos a caminar  por las calles de París.

A esta hora siempre hay movimiento de autos y gente, más que nada turistas.

La heladería preferida de Giovani no queda muy lejos, por lo tanto no lleva mucho tiempo llegar.

¿Hablaste con tu tía? - le pregunto haciendo referencia a la hermana de Camila, él niega- Después la llamamos

Giovani me habla de cosas triviales y cosas que aprendió en la escuela.

Rumors | Leandro Paredes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora