O b s e s s i v e 「Yandere!Tododeku AU」

*•.❥ S I X T E E N

Cuando termina su frase, Izuku busca tomar la mano derecha del semi albino, sin embargo, cuando sus dedos entran en contacto, Shoto aleja su extremidad con nerviosismo, temeroso por dos razones obvias que no puede decir en voz alta.

-Lo siento- murmura, avergonzado, llevando su mano a sus rizos para intentar disimular. -Vamos, o llegaremos tarde a clases-

Ambos guardan silencio por el resto del trayecto, dedicándose —de vez en cuando— traviesas miradas que los hacen sonreír hasta el punto de soltar pequeñas y suaves risas nerviosas. Cualquiera pensaría que son una joven pareja de enamorados, aunque están muy lejos de serlo debido al gran obstáculo que se interpone entre ellos.

-Tengo algo que hacer- habla Shoto, deteniéndose frente a la entrada.
-¿Puedo hacerte compañía?- la imagen de Izuku siendo asesinado pasa por la mente del semi albino, provocando un nuevo miedo en su ser.
-Preferiría que no- a pesar de su seriedad, una pequeña sonrisa se cuela en sus labios al ver el mohín que hace su acompañante ante su negativa respuesta.
-¡No estorbes, nerd!- Katsuki se abre paso entre sus compañeros, empujando al rizado para alejarlo del joven con heterocromía. -Y aléjate de Shoto, no estás a su altura-
-Kacchan, deja de ser tan cruel conmigo- reclama, jalando la camisa de su amigo de la infancia, quién comienza a caminar hacia el edificio, arrastrándolo al interior. -Ah, nos vemos en el salón, Todoroki, ¡Ten mucho cuidado!-

Shoto mueve su mano a modo de despedida y luego busca con su mirada a su acosador, tratando de centrarse en aquellas personas con comportamientos sospechosos. Sus orbes bicolores captan a la misma joven de cabello rosado de hace aproximadamente tres semanas ya que esta parece estar repitiendo sus acciones pasadas para acercarse a él, sin embargo, aquella estudiante pasa a segundo plano cuando sus ojos se desvían hacia una joven apoyada contra el muro exterior de la academia, la cual convenientemente mantiene su meñique amputado a la vista mientras le quita los pétalos a una flor.

-¿Uraraka?- su expresión es de completa sorpresa cuando está frente a su acosadora.
-Viniste...- su voz suena apagada, pero lo que más preocupa a Shoto es que Ochako ha escondido ambas manos tras su espalda, por lo que es incapaz de saber si ella se encuentra armada.
-Lo siento- declara, inclinándose. -Lamento todo lo que mi rechazo te ha llevado a hacer para llamar mi atención, pero insisto, deberías haberme hablado normalmente, no tenías porqué asesinar a nuestras compañeras-
-Te vi con Deku- Todoroki siente como se le hiela la sangre y todo su cuerpo comienza a temblar cuando sus miradas se cruzan. -Pero él no te alejará jamás de mí, tú y yo estaremos juntos por siempre, cariño...-

Ochako se abalanza contra Shoto demostrando una fuerza sobrehumana al momento de intentar clavarle un afilado cuchillo de cocina en la zona del pecho. En un descuido casi vital, el filo del arma se desliza por la axila izquierda de Todoroki, realizando una profunda herida que de inmediato reduce su fuerza, permitiendo que Uraraka tenga la ventaja de la situación. Shoto grita por ayuda más nadie interfiere puesto que los testigos del ataque prefieren evitar involucrarse en el conflicto por miedo a resultar heridos. La balanza del destino se inclina en su contra hasta que uno de sus compañeros decide arriesgarse para ofrecerle auxilio.

-¡Todoroki!-

Una pequeña pizca de esperanza brilla en los ojos del nombrado, quién utiliza sus piernas para golpear el estómago de su oponente, logrando quitársela de encima. Ella intenta volver a atacarlo, pero Tenya logra retenerla y arrebatarle el cuchillo, aunque su compañera continúa retorciéndose entre sus brazos, gritando con desesperación, como si de una bestia salvaje se tratase.

-¡Uraraka, por favor, detente!- exclama Iida, recibiendo rasguños por parte de la atacante para recuperar su arma. -¡Vas a hacerte daño!-
-¡Shoto, déjame ver tu herida!- Todoroki ni siquiera cuestiona el porqué la joven de cabello rosa le habla con tanta confianza y simplemente deja que esta rodee su axila con un pañuelo de mano, ejerciendo presión en la herida para detener el sangrado.
-¡Que alguien llame a la policía!-