flowers

Sol y Flores

Aire.

No sabía en qué momento dejo de respirar. Tal vez después de ver la cara de Hermione o después de que Harry lo tomo por los hombros para que reaccionara.

Respirar.

Necesitaba hacerlo. ¿Por qué no lo hacía? ¿Por qué Ronald se negaba a hacerlo?

O si... era por eso.

El pelirrojo bajo la mirada al pergamino que tenía entre sus manos.

Todos habían recibido el suyo aquel día, porque ya eran jóvenes de 15... porque había llegado su tiempo.

Pero esa no era la razón del estado afligido que gobernaba al muchacho. No.

Eso. Eran las letras negras que resaltaban en este.

Aquellas que formaban esa palabra. Que no era algo malo, pero en el mundo de Ronald Weasley eran las que menos deseo encontrar.

Omega.

Cinco simples letras, pero en su mente era una bombarda lanzada sin discreción alguna.

Esa mañana se había levantado con los ánimos elevados, su querida Hermione le había dicho que se veía radiante. "Las flores te envidian Ron" le había dicho la castaña.

Ahora no se sentía la envidia de las flores.

Esto no estaba en sus planes. Él no podía ser eso.

Por qué de serlo, se significaba que ya no se vería radiante para Hermione.

Se significaba que le perdería. A pesar de no decirlo en voz alta.

Ronald le temía a eso más que a las arañas, toda promesa que pudo hacerle a la castaña perdía el valor por eso.

Porque Ronald estaba seguro que la hermosa castaña tendría el mismo resultado que él.

Y su relación sin formalizar, se desmoronaría completamente con eso.

No. No quería. No querí-

- ¡RONALD! - grito la castaña sacándolo de su monologo mental.

- ¿Qué ha pasado, Ron? - Harry seguía tomando de los hombros al pelirrojo.

El aire quemo en sus pulmones, retomando la respiración nuevamente.

Perplejo solo los vio. Los observó en su silencio.

Sintió como Hermione le tomaba de la mano acercándolo a ella, sintiéndose seguro en un calor indefinible que acaricio su piel ante el contacto ajeno.

Embriagándolo y confundiéndolo al mismo tiempo.

Harry le apretó el hombro en señal de apoyo.

Con la seguridad renovada.

- So-soy un ome-omega. - susurro apenas. Inaudible para cualquiera lejos de sus dos amigos.

Lo que no esperaba era la carcajada de Harry ni el pequeño suspiro que soltó Hermione acompañado de una pequeña sonrisa, acercándolo más.

Reconfortándolo.

- Oh, ¡vaya! Ron eso no es algo malo. Yo salí como Alfa y Mione también - exclamo Harry después de calmar su risa.

Alfa.

Hermione era una alfa.

- No nos vuelvas a espantar así, Ron. - pero el muchacho no la escucho, nuevamente su mente se alteró ante la nueva información.

El un omega, ella una alfa.

Ambos muchachos vieron a su amigo extrañados. Ya que sin darse cuenta el pelirrojo sonrió en toda su expresión.

Ella una alfa y él su omega.

Sonrió aún más si se podía.

Sus amigos ya se habían rendido el tratar de llamar su atención, así que solo lo guiaron a su sala común junto a los demás.

Ella es el sol y él la envidada de las flores.