El Rin se alzó frente a sus ojos...

Los campos estériles del Rin...trincheras y barro hasta donde la vista alcanzaba, cada colina, árbol o planta había sido barrido, hasta dejar un terreno lunar de cráteres y grisáceo lodo, pero lo más extraño era que...había una gran cantidad de personas allí...

Cómo alguna vez, el Rin se encontraba lleno de personas que se movían como una gran masa marrón y negra, algo absolutamente extraño.

"un ataque de la república de Francois?...no...destruimos lo que quedaba de su ejército en África..."

Los pensamientos de Viktoria fueron interrumpidos por una gran lectura de maná en su joya, era familiar, intensa, pero sobre todo, poderosa.

-teniente!-

El segundo al mando, el capitán waiss, gritó tan fuerte que hizo saltar a todo el batallón, pero fue suficiente para advertir sobre una amenaza entrante.

Una haz de luz se disparó desde la tierra directamente hacia ellos, apenas dándoles tiempo de esquivarlo; dispersándose lo mejor que pudieron, el az de luz atravesó la formación pasando de largo sin golpear a ningún soldado, pero arrojando una onda expansiva que los lanzó violentamente hacia los costados, pulverizando sus escudos de maná y generando ligeras quemaduras en los uniformes.

-...esa...fue...?-

-si, lo hizo la comandante...-

Ya no había duda, si su líder lanzaba ataques de esa magnitud, era porque seguramente se encontraría en combate.
Adoptando formaciones triangulares, la unidad se dividió en 3 escuadrones, tal y como se les había enseñado; la primera suministraría fuego de apoyo desde una distancia aceptable mientras las otras 2 atacaban directamente.

Al igual que cazas de combate, los dos escuadrones se lanzaron en picados hacia la fuente del disparo, no conocían la situación, pero no debían hacerlo, en tanto recuperarán a su comandante, podrían fácilmente recuperar el control del terreno y del enfrentamiento

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

La sobrecarga de maná lastimó ligeramente la boca del arma de Tanya, dándole una apariencia floreada, sin duda...había usado muchísima magia en ese ataque, por lo que no se sorprendió al ver un gran camino de tierra calcinada y liza a lo largo de dónde su disparo había atravesado. No quedaba un solo muerto viviente en esa área y el resto, por algún motivo, habían detenido su avance.

"es ahora o nunca!"

El rey de nazarick había desaparecido dentro de la luz sagrada junto a sus subordinadas, si estaban vivos o no, no importaba, ahora era momento de escapar.

Tanya miró por el rabillo del ojo a su unidad acercándose a gran velocidad desde el cielo, por primera vez en bastante tiempo, agradecía haber podido encontrar escudos de carne tan eficientes.
Desafortunadamente, su alegría no duró mucho, al sentir una sensación de peligro inminente, lo que la hizo intentar correr nuevamente

Girándose para encarar la amenaza, su mirada se llenó con una imagen aterradora que la paralizó por un segundo...un segundo crucial

Una mano esquelética la sujetó del cuello, levantándola con fuerza e indiferencia, la túnica azabache que cubría aquella silueta, los brillantes ojos color sangre...no había duda, Tanya era prisionera de un agarre que ya había cobrado la vida de otros que se atrevieron a desafiar a su poseedor...el rey hechicero

La desesperación y el miedo inundaron el corazón de la niña al sentir como su garganta era apretada con fuerza, privándola del preciado oxígeno que necesitaba; su instinto habló antes que su cerebro, levantando su arma en un acto reflejo, grave error.

Overlord: La niña y el nigromanteWhere stories live. Discover now