Nuestro corazón tiende a hacerse ilusiones, cuando nuestro cerebro sabe de sobra que son ilusiones falsas. Y aún así, esperamos más de lo que recibimos.
Es cómo el angelito bueno y el angelito malo. Y por desgracia, tiene la razón el malo...
Nuestro corazón tiende a hacerse ilusiones, cuando nuestro cerebro sabe de sobra que son ilusiones falsas. Y aún así, esperamos más de lo que recibimos.
Es cómo el angelito bueno y el angelito malo. Y por desgracia, tiene la razón el malo...