« Capítulo 15 »

219 7 1
                                    

- A ver, esque es complicado. Solo lo ha hecho una vez, y se arrepintió mucho. Me dijo que me amaba y que no lo volvería ha hacer, aunque después de eso le tuve un poco de miedo ya que no sabía sí esa promesa que me había hecho la iba a cumplir.

- Te juro que voy a matar a ese hijo de puta. ¿Cómo se atreve a ponerte un dedo encima? Le mato, si le veo por la calle le mato. Me da igual que me metan en la cárcel o me lleven a un reformatorio. Me da igual.

- Dani, tranquilo porfavor. Ya no volveré con él.

- Volverás a Irlanda.

- No lo sé. Dani, fui tonta al salir con Jason, porque te perdí a tí, y eso creo que es inremediable.- bufó.

- Tal vez no es lo que tú te piensas.

- Te quiero. - se lanzó sobre mí a darme un abrazo. - Te amo.

- Te adoro princesa. Bueno, tengo que subir ha hablar con tu hermana, tiene que estar fatal.

- ¿Qué la ha pasado? - preguntó confusa.

- Ven, sube y te enterarás mejor.- la agarré de la muñeca y subimos al cuarto de Elena. Encontramos a una Elena apagada. Estaban todas sus persianas bajadas y sus cortinas cerradas. Ella estaba tirada en la cama rodeada por una piscina de lágrimas y miles de pañuelos por el suelo. No se había dado cuenta de que estábamos allí. Sollozaba de vez en cuando y eso hacía que mi corazón se partiera en mil pedazos. No es culpa de Jesús, es de Lucía. Le estaba utilizando como a un juguete. Jesús era el títere del teatro de Lucía y eso me molestaba. Me molestaba porque era mi hermano y mi hermano es sagrado.

- Elena - la llamé. No respondió. Solo se la oía respirar. - ¿Podemos hablar?

- ¿Ahora quieres hablar conmigo? ¿Después de decime que te dejara en paz y tratarme como a la mierda? A mí ahora no me apetece. Asique, si tienes el favor de salir de mi habitación sería estupendo.

- Sé lo de Jesús, Elena. Solo vengo a darte apoyo. - soltó un sollozo.

- ¿Te lo ha contado? - asentí. - ¿por qué me ha hecho esto? Quiero decir, me hizo ilusiones y luego las rompió.

- Elena, tiene motivos.

- A ver, dime cuales. - me quedé callado. - lo ves. Tú le defiendes porque ed tu hermano, y no te echo la culpa. Solo quiero que sepas que tu hermano es un bipolar de mierda, ¿sí? - suspiré. Estaba demasiado enfadada. - dejarme sola, por favor.

Salimos de su cuarto y Marta estaba mirandome confusa.

- Es una larga historia. - dije

- Tengo tiempo de sobra. - soltó una carcajada. Le conté toda la historia, incluyendo lo de Lucía.

- Pero que hija de... - la miré divertido. - su madre.

- Ya ves. Hay que hacer algo. Los dos están sufriendo a lo tonto por culpa de Lucía.

- Pf. No sé que vamos a hacer, eh.

- Yo tampoco. - fuimos a la habitación de Marta y sin querer tropecé con la alfombra que tenía en el suelo, haciendo que me cayera yo al suelo. Marta tropezó conmigo y se cayó encima mía. Empezamos a reír pero aún estamos en el suelo. La miré los labios, con ganas de probarlos otra vez.

- Puedo... - dije refiriendome a besarla.

- Solo hazlo. - sonrío. Me acerqué a sus labios y los uní con los míos. Fue un beso lento pero lleno de sensaciones. La echaba de menos. Nos separamos por falta de aire y sonreimos.

- Te he echado de menos. - dijimos a la vez.

***

*Jesús*

El tiempo pasa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora