Desde que dejé mi tierra, mi hogar y mi nombre todo cambio para mi.
Mi destino comenzó siendo incierto, lo único que sabía era que tenía que luchar para poder sobrevivir en este mundo de hombres.
Cualquier copia o adaptación será denuncia.
Una semana después recién podía moverse, salió al patio del harem y conversó con las muchachas, sus hijos estuvieron con ella y sus criadas, luego de almorzar con todas las chicas, mandó a traer un cofre, donde regalo telas y monedas a las criadas. Pensaba seguir el ejemplo de Hurrem sultan, la esposa del Sultán Suleiman, ganarse el cariño del pueblo, para que así, su hijo sea el preferido para el trono otomano, sabía que no era el primer varón, pero tenía la ventaja de ser el hijo de una sultana. Si bien es cierto hoy en día ya no existía la ley del fratricidio, la mayoría de príncipes otomanos acababan suicidándose o volviéndose locos encerrado, ella no quería eso para su hijo, para su pequeño de León.
Ella se alistó para ir al jardín donde se iban a reunir con la familia real, las hermanas de Su Majestad y las antiguas consortes del Sultán iban a estar ahí. Salió de sus con sus criadas y los bebés, llegar hizo la reverencia correspondiente y se sentó al lado de la sultana Hurrem. Almorzaron y conversaron, conoció a las dos medias hermanas del Sultán y sus madrastras. Si van a quedar una semana. En una de esas conversaciones, Esma Kadin le dijo:
- Se la villana de esta historia, si querés que tus hijos de vivan. Protege a tus hijos a cualquier costo. Todo el mundo sabía que sus hijos habían muerto en circunstancias extrañas lo más probable que hayan sido envenenados.
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Al día siguiente de la pequeña reunión en el patio el sultán la mandó a llamar, aún no podían intimar pues tenía que esperar que pasará la cuarentena. Esa noche cenaron, el le preguntó si se estaba acostumbrando a la vida como madre.
- Cómo te sientes?.
- Un poco cansada, pero poco a poco le voy siguiendo el ritmo a los niños.
- Necesitas más criadas?.
- No, tu madre me dio nomás criadas para que me ayuden en el cuidado de mis hijos y para mí.
- Cuántas?.
Las necesarias, me parece que son unas 30 en total, no trabajó con las 30 criadas, pero sí con 15.
- Bien.
Aquella noche se quedó a dormir con él y sus hijos, después de acostar a los niños salieron al balcón a conversar hasta que les dio sueño y se metieron a la cama. No le pregunto porque le tengo el título de sultana, pero era una pregunta que rondaba su cabeza.
Dos días después en la reunión que tuvieron en el patio Huma Kadin con su puerta, el almuerzo que tuvieron fue tensa, casino hablaron y no supo para qué vino a verla hasta el final. Al acabar de almorzar, ella se levantó y se reverencio, cuando estaba casi en la puerta se volteó y le dijo:
- Enamorarte del Sultán será el peor error que cometas, el amor te llenará de celos y estos nublan tu juicio. Felicidades por el título de sultana, fueron muchas mujeres quienes decidieron ese título sólo muy pocos lograron.
Todo el mundo sabía lo celosa que había sido, los errores que había cometido por estos celos enfermizos que tenían, mandó a matar a varias favoritas y las minimizaba.
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En la historia sólo hubieron siete mujeres que sustentaron el título de sultana siendo esclavas. La primera Hurrem Sultan, la esposa legal del Sultán Suleiman; la segunda Nurbanu Sultan, la consorte principal del Sultán Selim; la tercera Safiye Sultan, sultán Murad; la cuarta y la quinta, las consortes del Sultán Mehmet; la penúltima la Gran Kosem Sultan, la esposa legal del Sultán Ahmed; y por último la bisabuela del sultán, Turhan Sultan, la consorte de el Sultán Ibrahim.
