-EN NOMBRE DEL IMPERIO, LES ORDENO ABANDONAR SU ESCONDITE E IDENTIFICARSE INMEDIATAMENTE ANTE UNA AUTORIDAD MILITAR!-

La mira del subfusil de Tanya apuntaba a nada más que una sombra debajo de un madero, mientras que los dos hombres restantes apuntaban también a sombras dispersas por el lugar, algo completamente extraño.

"no puedo verlo...un hechizo óptico?...jamás ví nada de este nivel"

La tensión en el ambiente era palpable, los 3, espalda con espalda, buscaban casi de manera desesperada una explicación a lo que estaba pasando, hasta que finalmente sucedió

Repentinamente uno de los soldados gritó, como si hubiese recibido un golpe en el estómago.

Al mirar, Tanya se topó con un ser completamente horripilante. Un esqueleto negro envuelto en harapientas ropas de ninja había apuñalado a uno de los guardias en la espalda mientras que con su otra mano sostenía su boca.

"CÓMO SE COLÓ ENTRE NOSOTROS?!!!"

El hombre restante instintivamente se rotó para continuamente disparar su arma contra la criatura desconocida.
Algunas de las municiones mágicas alcanzaron a su objetivo, despedazando el hombro y brazo de la criatura, pero inmediatamente después un nuevo objetivo emergió de entre las sombras.

-[aura de terror]-

Su aura desprendía instinto asesino y provocaba un sentimiento pesado en el corazón del soldado, su escudo mágico proporcionaba cierta resistencia a la fatiga mental, pero no lo protegía contra un ataque psicológico tan exhaustivo, cosa contraria a una veterana como Tanya, quién, acostumbrada a los horrores de la guerra, lo sintió más como un sentimiento molesto que como un ataque.

El soldado intentó afrontar al hanzio, pero su cuerpo estaba paralizado por el miedo mientras temblaba vistosamente

La pequeña se apresuró a eliminar la nueva amenaza, su orbe mágico se activó con un hechizo de penetración, el cual, atravesó las defensas del segundo monstruo, arrojándolo contra el suelo en pedazos.

El escudo de la mayor degurechaff se activó ante el impacto de 3 proyectiles.

"Esos...son...shurikens?"

En efecto, una tercera criatura había arrojado las armas blancas con el afán de eliminar a la niña, mientras que el cuarto esqueleto se había encargado del último guardián de la puerta, dejando a la mayor sola en una batalla 2 contra 1, sus movimientos eran ágiles, combinando defensa y ataque, lo que hacía sumamente difícil acertar sus disparos. Aun así, las criaturas escaparon desvaneciéndose entre las sombras, dejando tras de si los cadáveres de 2 magos terrestres y una escena bastante desagradable en la base, que, ante el alboroto y los disparos, ya había movilizado al personal de seguridad.

Tanya suspiro aliviada, no importaba cuán curtida estuviese, definitivamente ella no estaba entrenada ni física ni psicológicamente para luchar contra criaturas sobrenaturales, pero al ser rodeada por las tropas de la base, su alivio desapareció.

-Mayor Tanya Von Degurechaff...suelte su arma y levante las manos!-

Uno de los tenientes, dirigente del ala de transporte estratégico del lugar, le gritaba a la mayor para que soltara su equipo ofensivo, cosa que extrañó a la niña.

-o...oye...es una broma?...que no vieron lo que pasó?-

-Disculpe mayor...pero solo la veo a usted sosteniendo su arma junto al cadáver de dos de mis hombres...-

Ciertamente la escena no ayudaba a la niña, nadie, salvo los dos muertos, había atestiguado la extraña escena, por lo que Tanya, concluyendo que no había forma lógica de explicar lo ocurrido, optó por acatar las órdenes del equipo de respuesta rápida.

Overlord: La niña y el nigromanteWhere stories live. Discover now