Sombras y sonrisas

Las cartas

Era una noche de verano en un pequeño pueblo situado a una hora de Londres. La familia Miller se encontraba en su sofá, como cualquier otro viernes por la noche, viendo una película. Esta película en particular era Una noche en la ópera, la favorita de Emily.

Emily era la hija pequeña de la familia. Tenía un hermano mayor, Marcus, que era como su mejor amigo. Marcus tenía siete años más que Emily y acababa de empezar la universidad en Cambridge, por lo que ya no vivía en casa, sino en el campus de la Universidad.
Su padre, Josehp Miller se dedicaba a hacer todas las tareas de la casa y hacia las mejores comidas que Emily había probado. A demás, padre he hija se dedicaban a cuidar al hijo de la joven pareja que vivía en frente suya cuando necesitaban un canguro, y ha ellos les encantaba.
Bridget Miller era la típica persona que no mantiene la misma personalidad en el trabajo que en casa. La madre de Emily era muy aplicada en la oficina, ella tenía un alto cargo en el periódico local, en la sección de política. Podía ser muy seria, incluso una amargada, según algunos compañeros del trabajo; pero cuando estaba con su familia era la mujer y madre más tierna que Emily podría desear.

Los tres estaban muy unidos, les gustaba ver películas los viernes por la noche, cenar en sitios nuevos los fines de semana y quedarse leyendo los días con mucha lluvia.

Esa noche, mientras Emily reía viendo en la televisión del salón como los hermanos Marx pedían huevos sin parar, llamaron a la puerta. Baxter, su perro, aunque teóricamente era el perro de su hermano, soltó un leve gruñido cuando oyó el timbre de la casa, pero ya estaba demasiado mayor como para ponerse a ladrar.

-Un poco tarde para visitas, ¿no?- dijo el señor Miller mientras se levantaba de su sillón dirigiéndose a la puerta.
Se quedó un rato mirando por la mirilla de la puerta de la casa, después se giró hacia su esposa y su hija y se encogió de hombros.

Emily paró la película y dejo de engullir las palomitas caseras que le quedaban para prestar atención a lo que sucedía en el recibidor.
Su padre abrió la puerta y, sin dejar pasar a la persona que había detrás de ella, comenzó ha hablar de manera educada, como él hace siempre.

-Buenas noches señor, ¿puedo ayudarle?

-Buenas noches señor Miller. Soy el profesor Neville Longbottom.-se introdujo el individuo. Vestía con un abrigo largo y un sobrero de copa muy gracioso decorado con florecitas amarillas y rojas-  Disculpe las molestias, puede que le parezca inoportuno que un desconocido se presente a estas horas, pero debo hablar con usted y con su familia de un asunto muy importante. Es sobre su hija Emily.

-¡Oh! De acuerdo. Pase, pase... Em... Bridget, cariño, este es el profesor Longbottom. Quiere hablar con nosotros sobre Emily.
La señora Miller se levantó del sofá de un salto acercándose al profesor para estrecharle la mano.

-Pase, pase al comedor.
El padre de Emily se acercó a ella.

-¿Es profesor tuyo?
Emily negó con la cabeza a su padre por lo que este respondió con cara de extrañado. Emily estaba confusa, no solo por el hecho de que ese profesor quisiera hablar sobre ella con sus padres, sino porque quisiera hacerlo en su casa a las nueve de la noche.

Todos se encontraban sentados en la mesa cuadrada del comedor. El profesor Longbottom carraspeó.

-He venido para hablar con ustedes de Emily. Emily ha sido aceptada en una escuela de internado, Hogwarts de magia y hechicería.

-¿Magia y hechicería?- interrumpió extrañada la señora Miller.

-Si, puede que se sorprendan pero...- dirigió la mirada hacia Emily- Emily Miller, eres una bruja.
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