• Capítulo 20 •

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Él sonríe.

—Mi hijo tiene un talento que heredó de su madre. A Morgan siempre le llamó la atención las melodías de ella, siempre trataba de encontrar el toque que ella les ponía. Y, a decir verdad, aun no sé cuál es ese toque —ríe—. Tuve el privilegio de escucharlos; sin embargo, desaproveché ese privilegio demasiado rápido.

Aun conservaba su mirada baja mientras yo escuchaba atentamente sus palabras.

Siendo sincera, me hubiera encantado que mis padres hablaran así de mí. Lamentablemente, mis padres tienen otro concepto de mí cuando les hablan a otras personas sobre mí. A la vista de ellos soy la definición de "perfecta" debido a que siempre me he comportado bien con ellos, siempre he mostrado una sonrisa a su lado dando a entender que no tengo preocupaciones de mi alrededor, siempre he sacado buenas notas y siempre me he mantenido con una actitud positiva cuando estoy con ellos.

Pero, estoy 100% segura de que no soy la definición de una palabra cuya existencia no existe.

A pesar de que con ellos me he mantenido con una sonrisa en mi rostro, el mensaje detrás de esa sonrisa es "no estoy bien, necesito tiempo."

Las buenas calificaciones las he obtenido gracias a mis amigos que se han preocupado por mí. Algunos trabajos me causan estrés a tal punto de que algunas lágrimas caen lentamente por mis mejillas, mi manga por lo regular queda mojada después de limpiarlas una gran cantidad de veces. El encerrarme en mi habitación no significa que esté haciendo algo productivo como ordenar mi cuarto, estudiar en no épocas de exámenes o aprender algo nuevo; simplemente estoy en un rincón tratando de encontrar una razón para dejar de arrinconarme en mi habitación mientras mis pestañas se hacen más grandes debido a las lágrimas.

No quise preocuparlos debido a que esto empezó a suceder desde la muerte de Aiden. Ya estaban destrozados con aquel suceso y, por lo tanto, quise que mis problemas fueran solo míos durante el resto de los años.

Exhalo.

—Me hubiera encantado que mi padre hablara así de mí —sonrió—. Por desgracia, gracias a su trabajo tienen que mantener una imagen admirable de cada uno de los miembros de la familia —miento.

Obviamente no le voy a decir mis problemas a alguien que acabo de conocer. Podría ayudarme, pero prefiero mantenerlos ocultos por un tiempo.

—Las personas que no muestran su talento es porque tienen una mejor capacidad para ello. Estoy seguro de que tienes muchos talentos ocultos —sonríe.

Pues me urge encontrarlos.

Ya sé cual va a hacer mi próxima búsqueda de Google.

—De todas formas, quería hablar contigo debido a que quería tener a alguien que estuviera en contacto con Morgan. Estoy seguro de que en estos momentos no quiere ni verme y necesito saber si está bien. ¿Crees que pueda...?

—¡Oh! Sí, claro. ¿Quieres mi número o...?

—Tu número seria genial.

—Perfecto —esbozo una sonrisa.

Tuve que dictarle mi número. Después de eso solo me dio las gracias y se marchó. Yo, por el contrario, fui a hacer lo que en un principio venia a hacer; a recoger las cosas de Chloe.

Entré por la puerta secreta y zarpé rumbo arriba o rumbo a donde se encontraba Chloe porque sinceramente no tenia ni idea de donde se encontraba.

Agradecí encontrarla en el almacén. Tenia las manos en la cintura mientras su cabeza estaba mirando los ingredientes de la parte superior del estante del fondo.

El Chico Del Piano ©Where stories live. Discover now