24. La convocatoria cerrada

Mulai dari awal
                                    

Nadie notó que había llegado; Ulina, Sétian y Aluz me daban la espalda, Ovack estaba delante de ellos, encarando a unos visitantes inusuales en nuestra oficina. Eran Ditro y una manada de personas, que asumía debían ser de su división. Todos observaban a Ovack, con sus rostros deformados por la cólera, como si él hubiera asesinado a sus madres.

—...aprender tu lugar en esta empresa, chiquillo insolente. —Logré captar el final de la frase de Ditro. Sus colegas parecieron gruñir, asintiendo a lo que él decía. —¿Cuántos años crees que llevo yo aquí? ¿Y cuántos años llevas tú? Muestra algo de respeto y retira tu participación...

—No retiro nada —cortó tajantemente Ovack, su voz era del mismo tono de siempre, aunque dura y fría. Sólo podía verle la nuca, pero adivinada que su semblante era inaccesible como siempre. —Ahora, lárgate de mi oficina. Me está empezando a doler el cuello de tener que bajar la cabeza para verte.

Sétian ahogó una risita ante aquella burla a la baja estatura de Ditro, pero a este no le cayó en ninguna gracia y su cara enrojeció, pero sospechaba que no de vergüenza sino de ira.

—¿Crees que tu división merece estos honores solo porque tienes un creador más, lameculos pendenciero? —Escupió las palabras como si botara veneno. —Te lo advierto, dejaré lisiados a todos tus subordinados. Y empezaré por tu macaco. Estos accidentes han sucedido antes ¿lo sabías?

—Esta conversación ha terminado —atajó Ovack y esta vez su voz contenía una advertencia, con un ademán de la mano les señaló la puerta, aunque aquel gesto también dio una breve impresión de que estuvo a punto de materializar algo. Ditro también captó aquella sutileza y dio un respingo. De no ser porque realmente pareció que ambos estaban a punto de crear cuchillos, aquella reacción me hubiera arrancado una carcajada.

Los dos se miraron por lo que me pareció fue más de un minuto, como dos gatos tiesos que se gruñen y que esperan a que el otro desvíe la mirada para poder masacrarse. Pero luego él se volvió con la violencia de una bofetada y salió de la oficina dando zancadas, seguido de toda su comitiva, como si fueran sus pollitos.

Cuando la puerta se cerró, pareció que toda la habitación lanzó un suspiro de alivio y el ambiente cargado se distendió.

—Nos va a dejar lisiados —dijo Sétian con sorna aunque su voz estaba salpicada de cierta afectación—. Felizmente, nuestro seguro no es malo... aunque no es el mejor de todos.

—A ti no te dejarán lisiado, sólo somos lectores, no es que seamos únicos en Orbe —apuntó Aluz.

—A lo más, nos empujarán por las escaleras cuando pasemos por cafetería —comentó Ulina, con despreocupación—. La que me preocupa es Dala.

—¿Por qué?

Cuando hablé, solo entonces todos notaron mi presencia y se volvieron respingando con sorpresa.

Minutos después, Ovack estaba, como de costumbre, sumido en su computadora, haciendo el sonido de una incesante lluvia con las teclas, una ruma de papeles y fólderes adornaban su escritorio. Ulina, Sétian, Aluz y yo, nos encontrábamos en la mesa de metal que a menudo usábamos para reuniones rápidas. En ese momento, llenábamos formularios de manera mecánica.

—¿Convocatoria cerrada? —repetí.

—Nos ha llegado hoy, es la primera vez que nos llaman a una —aclaró Sétian sin disimular su entusiasmo—. No siempre las hacen. En teoría, solo llaman a divisiones selectas, que tienen un desempeño extraordinario, la paga es mejor que en las misiones normales y...

—Y el riesgo también lo es —completó Aluz—. En resumen, es una invitación que se le hace a ciertas divisiones para que compitan directamente por una misión específica. Podemos aceptarla o rechazarla.

Plenilunio (versión revisada)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang