𝐃𝐢𝐚 𝟏: 𝐑𝐞𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨

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Una melodía pegadisa había sonado por toda la habitación, eran las 5:00am, el primer lunes del mes, recién empezaba un nuevo día lleno de trabajo y más trabajo.
La melodía fue callada por la mano canela de aquel que portaba aquella despeinada cresta, con su diestra, sostuvo su móvil por un momento, enfocando su vista hacia la fecha del día de hoy

01 de Febrero del 2021.

Un suspiro fue abandonado desde sus gruesos labios, cerro sus diamantes bicolores frunciendo el entrecejo, cuestionando si debería levantarse de la comodidad de aquel dormitorio improvisado.
Sin más opción, se despojo de aquellas telas que cubrían su cuerpo semi desnudo, colocándose de pie y elevando sus brazos, logrando que su cuerpo se desentumiera y crujieran sus huesos.

— Vamos a ya, alguien tiene que proteger está ciudad de mierda.

Con solamente aquellos boxers negros como única prenda, emprendió camino hacia los vestidores, poco le importaba si algún empleado le miraba semi desnudo, la gente que deambulaba por ahí estaba más que acostumbrada por la actitud de su superior.

Una vez con alguna prenda cómoda y una botella de agua, inicio dando pasos hacia el gym interno que tenían en las instalaciones, acostumbraba a hacer ejercicio todas las mañanas para comenzar bien el día, después de la gran recaída que tuvo hace algunos años, agrego aquella rutina en su vida, algo beneficioso su quería seguir manteniendo aquella figura envidiable por muchos.

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Horacio se dirigía a la tienda de ropa más cercana del norte, pues planeaba cambiar su atuendo de calle por el de su trabajo como agente.

Había pasado la mayor parte del día en una junta con la LSPD y la LSSD, después recibió una llamada de su protegido, Dante, alentándole en realizar algún atraco, y hacer el bobo con sus compañeros de la Mafia felíz, anteriormente había planeado hacer un Fleka, que extrañamente, salió todo muy bien; habían escapado y burlado excelente a la LSSD, aquel Fleka fue un éxito, todo eso sin llegar a los tiros.

Observando bien a su alrededor, se aseguró que nadie le hubiese seguido, aún le apetecía mantener su identidad oculta, con algo de prisas por su seguridad, se cambió y arreglo a su ropa de trabajo.

Llevo su diestra oculta por una delgada tela azabache hacia su hebras platinadas, dirigiendo aquel sutil movimiento hacia atrás, cepillando con sus dedos; hecho aquello, coloco en sobre su rostro aquella tela con impresión de calavera. Aquella máscara era la delgada capa que le ocultaba al mundo su verdadero ser.

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Sus planes de quedar a charlar por un momento con los Sheriffs al estar cerca de Sandy Shores fueron cancelados, su móvil había emitido un suave sonido, avisando que un nuevo mensajes había recibido.


“Ve a las oficinas del FBI.”
“Ahora.”


— Que cojones..– Aquella notificación era de un número sin registrar, con la duda y desconfianza en su mente, tomo un auto prestado del lugar y emprendió carretera hacia la sede del FBI.

No tenía ni una pizca de confianza en quien le habría mandado aquel mensaje, por su mente paso la posibilidad de ser una trampa, aunque, quien fuera tan gilipollas para hacer una redada en las oficinas del FBI; en parte, habría recibido algún llamado de la recepcionista del lugar o el avisamiento de algún guardia.
Pero nada, tendría que esperar hasta llegar.


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Por su parte, aquel ruso alto, de cabello grisáceo, porte elegante y de mirada fría, había regresado a aquella desastrosa isla, isla que consideraba su hogar a un después de todas las locuras, y aún por más que se sentía cómodo en sus vacaciones, sintiendo la suave textura de la arena, el fresco y libre aire.

Lo único malo de ello, fue que los rayos de sol habían puesto de un leve tono rojizo su cuerpo, odiaba eso y ahora solo tendría que esperar a que el tono colorado en su piel se fuera; odia el sol y el calor, pero el ambiente del Bahamas era agradable a cierto punto.

Su regreso hacia aquella ciudad fue de improvisto, una orden directa y sin detalles de la señorita Evans fue lo que lo trajo a este lugar, no dio queja alguna, pues de cierto modo extraña tener un poco de acción y adrenalina en su sistema al trabajar, no le dio ni tiempo a dejar sus pertenencias en su departamento cuando fue enviado directamente hacia las oficinas del FBI, con la instrucción de esperar al de mayor cargo y ponerse al corriente.

Y ahí se encontraba, en la oficina principal de quién suponía era de su antiguo superior, Jack Conway, estando de pie, caminando en ese espacio reducido y viendo con curiosidad su alrededor.

La decoración era monótona, sin ningún tipo de color y rastro de vida en ese espacio, solo escalas de grises y azules muertos. No le sorprendía viniendo de aquel señor.

Volkacio ValentineNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ