Entró al baño y se duchó para poder descansar un rato.

***

Al día siguiente Eli fue despertada por su alarma. 

Día Lunes.

El peor día de la semana para muchos. Mejor dicho para todos.

Se levantó bostezando. Tomó una pequeño baño y se vistió con sus tacones de aguja y su pollera junto con una camisa blanca reluciente.

Salió a la cocina y tuvo la mala suerte de encontrarse con Axel allí. Muy raro de él, levantado tan temprno.

- Buenos días. - Dijo Axel tomando una tazón con cereales y leche.

Eli no dijo nada solo pasó de largo, tomó una naranja y la cortó a la mitad para exprimirla.

Axel la observó de reojo y la mirada de ella, estaba totalmente fija en lo que hacia.

- Buenos días. - Repitió, esta vez aclarándose la garganta.

Ella solo se concentró en exprimir la mitad de la naranja que quedaba.

Axel suspiró y la miró fijo esta vez, se acercó un poco más a ella.

- Eli...

-¡Demonios! - Exclamó ella.

Axel pensó que Eli estaba a punto de decirle algo o pegarle, pero no fue así.

El dedo de Eli estaba sangrando. Se había cortado tratando de rebanar su segunda naranja.

-¿Estas bien? - Preguntó Axel tomándole la mano.

- Sólo es un corte, nada grave. - Murmuró ella apartándose.

- Deja que te ayude. - tomó de nuevo su mano, pero de inmediato ella la quitó.

- Olvidalo, se me hace tarde.

Antes de que él pudiera decir algo ella ya se había ido, dejando su jugo a medio exprimir.

Eli compró un café por el camino, lo de que se le hacía tarde era cierto... Si tenía un poco de suerte hoy, le pediría a su jefe un aumento.

Llegó a su oficina y saludo a su secretaría.

- Buenos días Kate.

- Buenos días señorita Taylor. - Sonrió la pelirroja.

- ¿El Señor Fitzgerald ya está aquí? - Preguntó tomando una carpeta de color negro.

- Si. - asintió rápidamente. - te está esperando en su oficina.

- Gracias. – murmuró.

Eli atravesó el pasillo que conducía al gran despacho.

- Señor Fitzgerald, con su permiso. - Dijo asomando la cabeza por la puerta.

- Pasa Eli… - Dijo amable.

- Muy buenos días. - Dijo con la mejor de sus sonrisas.

- Buenos días, Eli. - Sonrió. - ¿Puedo saber para que pediste una cita?

- Oh claro. 

Pasó y tomó asiento en frente de él.

- Debido a que ya he trabajado por mucho tiempo en la primera etapa de la empresa y todos los negociosos a los que me asignó han salido exitosos. - Dejó la carpeta negra en su escritorio delicadamente. - Me gustaría solicitar un ascenso.

- Te entiendo perfectamente. - hojeó la carpeta con sus expedientes. - Eres bastante profesional y has aportado muchísimo a la empresa. 

- Muchas gracias.

- Pero tienes competencia.

-¿Perdone? - Dijo tratando de no sonar brusca.

- Courtney Benson está en tu mismo nivel y también busca la oficina más grande. - Una pequeña risa salió de sus labios.

- Oh comprendo ¿y qué puedo hacer? 

- Solo sigue así y mantendré observadas todas tus acciones igual que a las de Courtney. Y tomaré una decisión. – tomó la carpeta negr y la guardó en su cajón. – por ahora sólo concentrate en el negocio de Chicago.

- Oh, está bien. Gracias por su tiempo. - Sonrió.

- De nada.

Eli salió de ahí maldiciendo a Benson por competir con ella.

No era la primera vez, por todo competían, Courtney siempre quería ser superior en todo. Pero  Eli  no se dejaría pisotear. Había trabajado bastante duro por su ascenso y ella lo conseguiría costase lo que costase.

*** 

Axel volvió de trabajar y Eli estaba sentada en la mesa leyendo un libro. Él no pudo evitar pensar en lo bonita que ella se veía con sus lentes de lectura.

- Hola. - dijo él dejando sus llaves en un ganchito colgado en la pared.

- Hola. - Dijo ella sin apartar la mirada del libro.

- ¿Cómo está tu dedo? – preguntó interesado.

- Oh. Como si te importara... - dijo con un tono molesto, cerró su libro abrutamente.

- En realidad si me importa. - Se sentó a su lado.

- ¿En serio? Por las cosas que dijiste ayer me pareció que...

- Cometí un error al decir eso. - La interrumpió.

- Pero pensé que me odiabas. - Dijo ella sin comprender.

- Si te odio – afirmó – pero me sentí mal, mi intención no era hacerte llorar, ni lastimarte- Rascó su cabeza. - Disculpame.

Eli lo miró por varias veces y luego le sonrió.

- Te disculpo. – murmuró.

Inesperadamente ella se acercó y lo abrazó.

Axel no sabía como reaccionar y solo puso sus brazos alrededor de ella.

Eli se dio cuenta de cómo había reaccionado y se pateó mentalmente. ¿Desde cuando esos impulsos de querer abrazar a tontos como él?

- Axel. - murmuró. - Tienes olor a transpiración.

- Lo sé. - Respondió. - y acabo de dejar todo mi sudor en tu ropa.

- ¡Iugh! - Dijo apartándose de él. - ¡Axel! Ahora tendré que cambiarme...

- Si quieres te ayudo. - bromeó guiñándole un ojo.

- ¡En tus sueños! 

- Entonces me iré a dormir en este instante. - Rió.

- Volviste a ser el idiota de antes. - Rodó los ojos.

- Se que me amas...

- Ajam. - Dijo sarcástica.

- ¿ Y mi beso de bienvenida? - Estiró sus labios.

- Vete al diablo. - Dio media vuelta y se fue.

Axel sólo rió, las cosas habían vuelto a ser las de antes.

Y no pudo evitar sentirse bien por el abrazo que Eli le había dado, y, al mismo tiempo, eso le inquietaba. ¿Le gustó ese abrazo? ¿Sería posible que sintiera algo de afecto?

Siempre hay una primera vez.Where stories live. Discover now