A Mitch se le alumbraron los ojos cual niño de Navidad al tomar casi toda mi economía en sus manos e hizo un pequeño baile de victoria junto con Sarah, haciéndome reír. Me dirigí hacia los demás para despedirme y comencé a caminar hacia la salida, pero una mano detuvo en mi antebrazo detuvo mis movimientos.

—¿Te vas sin saludar? —una familiar voz femenina se hizo paso por la música y me giré para encontrarme cara a cara con Britney.

Abrí mis ojos en sorpresa mientras ella rodeaba mi torso para abrazarme efusivamente.

—¡Britney! —no quería sonar descortés ante su inesperada y no tan deseada presencia, por lo que fingí un poco de emoción abrazándola de vuelta—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Estaba en Los Ángeles visitando a mis tíos y apenas me enteré de que partías tu gira en Filadelfia, quise darte una visita —me sonrió, dando un paso atrás y apoyando su mano sobre mi hombro—. ¿Cómo has estado?

—Bien, bien —respondí algo distraído, mirando a mi alrededor para asegurarme que nadie nos estaba viendo al mismo tiempo que me alejaba discretamente de su tacto. En estos momentos debía ser extremadamente cuidadoso con la prensa o aquellos ojos curiosos que me rodeaban, ya que con el más mínimo descuido podría desatarse una tormenta.

Ya era conocimiento mundial que yo ya no estaba soltero, y en cierta parte era peligroso, ya que los medios me vigilaban más de cerca, esperando el momento perfecto de hundirme si me ven con otra mujer, tergiversando alguna historia ridícula de que le fui infiel a Lena.

Además, la última vez que me vieron con Britney, recordé el impacto que tuvo en el mundo y en Lena. Si en ese entonces me preocupé muchísimo por lo que pensaba ella, siendo que ni siquiera estábamos saliendo oficialmente, imagínense cómo estaba ahora.

—Desde que estás con Lena que no he sabido de ti —hizo un puchero juguetón, su voz sacándome de mis pensamientos—. Quédate un ratito más y nos ponemos al día, ¿cuándo fue la última vez que nos vimos? ¿En Cambridge? Dios, han pasado meses...

—Sí, sí... —la interrumpí y apreté el puente de mi nariz con mis dedos, tratando de ordenar mis pensamientos y rezando para que no pensara que soy un desubicado—. ¿Lo podemos dejar para otro día? Estoy agotado y quiero irme a dormir.

—Sabes que eso no va a pasar, tontito —me golpeó el pecho juguetonamente—. Mañana partes a Washington, ¿no?

—Sí, pero...

—Pero nada, un trago más no te hará daño. Ven —dicho esto, tomó mi muñeca y me tiró con fuerza hacia el bar del local.

Puse los ojos en blanco aprovechando que no me estaba viendo y apreté mi mano libre en un puño, canalizando toda la frustración y tratando de no explotar de impaciencia en su cara. Miré a mi alrededor y vi que Mitch y Sarah me observaban con cierta duda, quizás preguntándose el por qué no me había ido y el por qué Britney estaba en la misma ciudad que nosotros.

Los siguientes minutos los pasé escuchando sobre su vida. Trataba de poner toda mi atención en lo que me decía, ya que había ratos que me preguntaba por mi opinión, pero la verdad es que el cansancio y el alcohol en mi sangre me hacían pesar los párpados. Pensé que quizás sería buena idea beberme todo el trago de un solo movimiento, pero sabía que si llegaba a hacer eso, alguien tendría que ayudarme a caminar.

—Es divertido —su voz cargada en sarcasmo me sacó de mis pensamientos—. Una persona cuando está enamorada se ve de lo más feliz del mundo. Pero ahora viéndote... es como lo contrario.

—Estoy cansado —recalqué lo obvio y me pasé una mano por mis rizos.

—Por favor, Styles —ella rodeó los ojos divertida—. Todo el mundo sabe que ella te hace ponerla por sobre tu carrera. Desde que están juntos has dejado tu trabajo de lado.

Sincerely, yours » h.sWhere stories live. Discover now