short ; renmin ✓

1O

— No pienso besarte.

— ¿Por qué?— el rubio estaba por hacer un berrinche o aegyo, y Renjun no sabía cuál de las dos cosas era peor.

El castañito se dejó caer contra su cama y suspiró profundamente.— Nunca me haces caso, no pienso darte besitos hasta que cierres los ojos y duermas un poco.

Jaemin adoraba aquel papel maternal que su pequeño novio adquiría en veces, especialmente cuando era temporada de exámenes para él y se olvidaba de comer por estar estudiando, haciendo resúmenes o simplemente dibujando regiones del cuerpo humano.

Resignado, se dejó caer a lado del pequeño chinito enterrando su rostro en el níveo cuello del más bajito.

— ¿Me das un besito de buenas noches?— la voz de Na salió amortiguada haciendo sonreír dulcemente a Renjun, quién tenía sus manitas fijas en las sedosas hebras rubias del mayor.

Separó el rostro de Jaemin de su cuello y acunó su barbilla afilada con sus diminutas manos dejando así la posición indicada para plantar un piquito en los labios contrarios, sonriendo ante el inocente choque.

Pegando sus frentes se permitió enredar sus piernas entre las del mayor.

— ¿Me das otro besito?

— No, ahora duérmete.

— La luz está encendida— y Renjun había olvidado ese detalle. Dejar la habitación alumbrada no era una opción, puesto que el consumo de energía, más la cantidad de contaminación que podría producir no era muy agradable para su pequeño ser.

Se alejó rápidamente y apagó el interruptor. La habitación quedó a oscuras, por lo que no vió el peluche de conejo en el suelo y cayó de sentón causando un estruendoso sonido en seco, sonido el cual alarmó a Jaemin.
Las lágrimas de dolor salían desde los lagrimales de los ojitos rasgados de Renjun y hacían un recorrido por todo su rojo rostro. Pequeños sollozos inundaron la habitación y Jaemin fue a su salvación, caminando hacia él con sigilo y tomándolo en brazos para acostarlo a su lado.

— Ya pasó, mi amor— el corazón de Jaemin era débil cuando se trataba de Renjun llorando—. ¿Te duele mucho?

Un asentimiento por parte de Renjun fue suficiente para que Jaemin se levantara en busca de algún analgésico en el botiquín de primeros auxilios que la señora Huang tenía en el baño principal.
Tomó una botella de agua del refrigerador y corrió rápidamente en dirección a su pequeña ardilla chillona (que literalmente estaba chillando). Le extendió la pastilla y la botella de agua tras haber encendido la luz para observar que su pequeño no fuera a ahogarse en un mal movimiento.

El llanto de dolor por parte de Renjun aún seguía, pero de poco en poco disminuía hasta callar casi por completo.
Fue un golpe muy duro, sí, y Renjun quería ser consentido ahora que Jaemin estaba a su cuidado.

— Ven aquí, bebé— gateando como pudo se acercó al grande cuerpo de Jaemin y se dejó mimar—. Eres un niño muy valiente.

Aquellas cinco palabras salieron con tanta naturalidad, justo como la ocasión en que le había dicho eso por primera vez cuando se dejó vacunar contra las alergias en su presencia. Ese día obtuvo besitos de Jaemin y helado de cereza.

Jaemin se dedicó a quitar los rastro de lágrimas salinas con sus pulgares y besó el camino que habían dejado. Poco después se levantó a apagar la luz y se acostó atrayendo a su pequeño novio en brazos mientras que sus manos se detenían en su rostro angelical.

— Eres muy hermoso, Junnie— las palabras de Jaemin hicieron saltar felizmente el corazoncito de Renjun.

Nunca podría acostumbrarse a sus cumplidos.

Esa noche durmieron juntos, dándose cariño y calor corporal.

Durmieron hasta que la alarma de Jaemin sonó y Renjun amenazó con lanzarle algo si no callaba ese espantoso sonido.

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Capítulo soft y puramente bonito porque ando muy sensible por el renmin desde hace varios días ya):

La verdad es que creé este capítulo luego de una crisis por no saber que estudiar.
El lado bueno es que me quedé en la universidad 🥳