- ¡No quiero que te vayas!- tiró de su cuello haciendo que perdieran el equilibrio y cayeran a la cama.

- Eli estas demasiado borracha... - Dijo él tratando de levantarse, pero ella no lo dejó.

- Vamos, quedate conmigo... - Insistió tirando de su cuello.

- Está bien. - Bufó.

Molesto tuvo que acomodarse a la par de ella.

Ella se giró y lo abrazó por la cintura atrapándolo.

Axel no sabía qué hacer, nunca le había pasado algo como eso.

Nunca había abandonado a una chica linda en un bar.

Nunca había salido al rescate de una ebria.

Nunca había obedecido a los pedidos de una mujer.

Estaba a punto de fajarse a kristen, pero tuvo que salir corriendo por la chica que tenía al lado durmiendo como oso.

Estaba allí acostado en su cama , pensando en como quitar los brazos que lo aprisionaban. La miró detenidamente, tenía una expresión tranquila y angelical.

Ya la había visto dormir varias veces, pero esta vez le gustaba verla, estaba sintiéndose cómodo allí.

Se quitó sus zapatillas y se acomodó mejor, cerrando los ojos. 

Al día siguiente Eli abrió los ojos al sentir una mano tocando su trasero suavemente. Lo primero que vio fue unas pestañas negras y unos labios rosados.

Se sobresaltó un poco pensando que había ocurrido lo mismo que la vez anterior pero luego se dio cuenta de que aún tenía su vestido.

Miró sus manos y vio que las tenía apoyadas en su pecho. Una sensación extraña atravesó su espina dorsal.

De pronto los ojos de Axel se abrieron, a lo que produjo que Eli se asustara, se alejara y luego cayera de su propia cama.

Las carcajadas de Axel no tardaron en resonar por la habitación.

Eli se levantó rápidamente y acomodó su vestido.

-¿Estas bien? - Preguntó aún riéndose.

- Si. - frunció el ceño. - Se puede saber ¿Qué hacías durmiendo en mi cama? - Colocó sus manos en su cadera.

- Se puede saber ¿Qué hacías mirándome mientras dormía? - Preguntó con una expresión burlona.

- ¿Qué? ¿Yo? ¿Mirándote? Pff... - Dijo nerviosa.

- Está bien, hagamos de cuenta que no me mirabas mientras dormía y contestaré tu pregunta. - Se levantó de la cama lentamente. - Anoche querida Elizabeth, aunque no lo creas, tú misma me lo pediste.

- Eso es una gran mentira.

- Estabas ebria... No sabes controlarte con el alcohol.

- Sólo recuerdo que estaba James... - Dijo un poco más tranquila. - Y luego que estaba bailando con un chico alto y pelirrojo, después ya no me acuerdo más.

- Bueno resulta que te emborrachaste y tuve que ir a tu rescate. Cuando entré vi que un tipo, creo que era ese tal James... - Desordenó un poco su cabello. - estaba arrinconándote, lo empujé, le dije un par de cosas, te tomé y te saqué de ahí. - Bufó. - Me hiciste lío porque querías volver a la fiesta y al final tuve que meterte a la fuerza en el auto. Luego te dormiste.

- Ve a la parte en la que explicas por qué te dormiste aquí. - Hizo una seña con su dedo índice.

- A eso voy. - Pausó. - subí como pude contigo en brazos. Te traje aquí, me tomaste por el cuello y nos caímos en la cama. Me dijiste que no querías que me fuera y que me quedara a dormir contigo. No pude liberarme de ti y me quedé dormido.

- Por favor... - Rió con ganas. - Eso nunca pasó.

- Preguntale al oficial que nos vigila, él me vio llevarte en brazos.

- No quiero oír más estupideces.

- Deberías estar agradecida. - Frunció el ceño saliendo de la habitación. - Tuve que dejar a una chica sexy por ir a rescatarte de ese idiota. - Gritó desde la cocina.

Eli salió de la habitación y fue a confrontarlo.

- Yo no te pedí que fueras. - Dijo molesta. - Tú solo fuiste. Podías haber mentido y dicho que no podías.

- Lo hice porque quería ser un poco más amable.

- No necesito tu amabilidad.

- Está bien. - Dijo furioso. - No sé por qué pensé que debía hacerlo... 

Salió de la sala y se encerró en el baño.

Eli se sintió un poco mal por haberlo tratado así. Después de todo él tenía razón.

Un fuerte dolor en su cabeza la atormentó y tuvo que apoyarse en la mesada de la cocina para no caerse.

- No volveré a tomar... - Susurró para si misma.

Sacó una aspirina y la tomó rápidamente. Suspiró una vez más y fue hasta su habitación para buscar su ropa, a lo lejos sintió la puerta cerrarse y supo que Axel se había ido.

Se duchó y se puso algo cómodo para acomodar un poco la casa.

El teléfono la interrumpió.

- Hola.

- Hola linda, ¿Cómo amaneciste?

- ¿Y tienes el descaro de hablar, James? - Dijo molesta.

- Solo quería pedir disculpas, porque estuve mal en tratarte así.

- James, estoy ocupada, después hablamos. - Colgó.

Estaba indignada, se quiso aprovechar de ella estando ebria. No tenía limites. Pero... si él había llamado por eso, entonces lo que había dicho Axel tenía sentido... ¿Realmente dejó todo para ir a rescatarla? Le costaba creer eso, pero no podía evitar sentirse, en cierto modo, importante, tanto como para que él se preocupara.

Axel se quedó pensando, ¿Le afectaba esto de que Eli no apreciara lo que hizo por ella? Claro que no, esas cosas las solucionaba con un poco de alcohol en el bar.

- Hey Axel... - Dijo Fredy entrando al bar.- Tú moto está afuera. La traje porque supuse que no volverías por ella.

- Gracias amigo. - Chocaron sus manos.

- ¿ Qué pasó con tu mujer? - Preguntó riendo.

- No es mi mujer. - Dijo con un tono amargo.

- ¿Te dio problemas anoche? - Se sentó a su lado.

- Si. - Suspiró fastidiado. - Encima cuando despertó se enojó... pero no quiero hablar de ella.

- Está bien.

Carlos no apareció, seguro se habría quedado en algún motel de cuarta a hacer un trio con las dos chicas infartantemente sexys.

Eso le daba más rabia a Axel.

Se pasó lo que quedó del día jugando con Fredy al pool para distraerse.

Eli estaba algo preocupada, tenía que admitirlo. Axel se había ido y no volvía, ¿Qué pasaba si ya no volvía más a casa? En cierta parte ella tendría que estar feliz por liberarse de convivir con él. Pero lo cierto es que se sentía bien vivir con otra persona y no estar sola... por lo menos se distraía con las peleas.

Fue hasta la cocina y se sirvió jugo. En ese entonces sintió la puerta abrirse. Un suspiro salió de su boca.

Quiso ir a decirle que lo sentía, pero no quería dejar su orgullo...

Finalmente, cuando decidió pedir disculpas, salió de allí y fue al living.

Fue cuando se dio con una sorpresa.

¡Maldito cabrón!

Siempre hay una primera vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora