Capítulo 22.

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01 de marzo, 2018.

El día en el que Asher debía irse a terminar su entrenamiento había llegado y eso no me tenía con el mejor humor del mundo. De hecho, estaba muy triste por su partida.

Los pocos días que hemos tenido, estuvimos juntos y casi encerrados en mi departamento. Solo salía para ir a la universidad.

Claro, el resto del día me la pasaba junto a Asher... haciendo... cosas interesantes.

Muerdo mi labio cuando Asher me mira fijamente esperando que diga algo.

¡Ugh! Como odio las despedidas.

–Adiós... – murmuro.

Él Alza las cejas y me da una sonrisa ladeada y me rodea con sus brazos.

–Nos veremos en dos meses – susurra sobre mis labios.

Muerdo más fuerte mi labio y creo que lo puedo romper, pero el pulgar de Asher lo acaricia dejando un beso en mis labios. Delinea mi labio con su lengua aliviando el dolor de mi labio.

–Te quiero – deja otro beso.

Aprieto mis manos en sus costados arrugando su camisa.

–También te quiero – susurro contra sus labios.

Nos demoramos un poco en separarnos, pero cuando lo hace le sonrío para asegurarle que estaré bien.

Suelto un suspiro y le sonrío a Zack.

Como Asher no debe llevar seguridad con él, insistió demasiado en que Zack se quedará conmigo por los dos meses que él no estará en el país. Y no me dejo otra opción más que aceptar, ya que me aseguro que si yo no aceptaba obligaría a Zack de cualquier modo que me vigilara.

–¿Me llevas al orfanato? – le pregunto a Zack.

Me sonríe y asiente.

Me despedí de Asher en el palacio y a decir verdad si fue un poco incomodo estar frente a la reina que no me dirigió la mirada en ningún momento en el que estuve con Asher. Después de despedirme de la familia real, sigo a Zack en dirección al auto para que me lleve al orfanato.

Me paso todo el camino en silencio pensando en cómo es que podré sobrevivir dos meses sin Asher.

¿Cómo pude sobrevivir sin Asher por un año?

Pero el problema es que todo es completamente distinto ahora, porque hace un año yo le había roto el corazón a Asher demasiado consiente de que era lo que estaba haciendo, en cambio ahora me cuesta demasiado estar sin él en especial cuando ya estábamos en un buen punto de nuestra relación después de un año y meses de tormentos entre ambos.

–Ya hemos llegado – dice Zack interrumpiendo mis pensamientos.

Pestañeo para poder concentrarme.

–Gracias... volveré pronto – aseguro.

Él asiente y se acomoda en el asiento.

Toco el timbre para que me dejen entrar. Segundos después aparece la señora Olson con una enorme sonrisa.

–¡Que gusto verte otra vez! – exclama sonando feliz. –¿A quién vienes a visitar? – pregunta y me hace pasar.

–A Sophie – respondo.

Ella asiente y me guía llevándome al comedor en donde están los pequeños. Todos se quedan en silencio en cuanto nos ven a mí y a la señora Olson entrar.

Sophie no mira en nuestra dirección, está revolviendo su comida con un gesto triste.

–Sophie, cariño... alguien viene a visitarte – avisa con voz dulce.

La reconquista del príncipe [#2] NUEVA EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora