Se tapó los ojos para respetar su privacidad y dejó el papel higiénico en las manos del pequeño, salió casi corriendo porque en serio quería dormir un poco más.

El sonido del retrete siendo bajado y las llaves del lavamanos siendo abiertas pasaron por desapercibidas por el mayor, quién se empeñaba en descansar una vez más. Eran las siete de la mañana y no entendía como era que su dulce novio quería ir al baño a esas horas.

El colchón se hundió mínimamente indicando que ya volvía a tener a su ardilla chillona a lado.- Perdón por ser muy fastidioso- murmuró el chico de cabellos castaños dándole la espalda para dejarle descansar.

En un movimiento ágil Jaemin acercó a Renjun a su pecho con la finalidad de abrazarlo y no dejarle ir en un largo rato.

— Déjame dormir una hora más y te llevaré a desayunar a tu cafetería favorita— la voz somnolienta del mayor salió ronca y grave, si tan solo supiera los efectos que su voz tenía sobre las hormonas del pobre extranjero dejaría de hablarle así, y estaría consciente que el hablarle al oído con esa voz no era sano para el chiquillo.

— Una hora— declaró Renjun entrelazando sus manos con las ajenas que reposaban sobre su pecho-. Es que tengo hambre.

Jaemin soltó una risa nasal antes de enterrar su rostro en el largo cuello del chaparrito.

— Una hora— afirmó el rubio depositando un pequeño beso sobre uno de los lunares de Ren, varios minutos después se escucharon los suaves ronquidos del alto chico.

Renjun rió suavemente por las respiraciones erráticas que chocaban contra su sensible piel. Amaba demasiado a su chico y sin importar que tantas veces hubieran pasado por esa misma escena su corazón se aceleraba y se sentía cálido.

 Amaba demasiado a su chico y sin importar que tantas veces hubieran pasado por esa misma escena su corazón se aceleraba y se sentía cálido

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— Nana, ya pasó una hora.

Los ojos del mencionado se abrieron de poco en poco revelando a un adorable castañito ya vestido, bañado y perfumado con un aroma a miel, una sonrisa brillante apareció en sus labios al observar que vestía la sudadera color menta que le pertenecía originalmente a él, pero últimamente parecía más del chico de 1.60.

— Levántate, no seas flojo— renegó Huang sentándose en las piernas del adormilado rubio que se negaba a moverse.

— Es que estoy muy cómodo y mi vista es muy linda.

Un puchero inconsciente apareció en los pequeños y rellenitos labios del menor.

— Pero tengo hambre— pronunció justo cuando un rugido proveniente de su estómago apareció. Sobó su estómago al escuchar el ruido.

— Puedes comerme a mi.

El menor hizo una mueca de indignación antes de levantarse del regazo de Jaemin.— Te estaré esperando en la sala, si no estás ahí en media hora me iré yo solo.

Dicho y hecho. Renjun salió de la habitación de su novio con pasos firmes y pesados, finalmente Jaemin se permitió reírse ante lo tierno que lucía al enojarse.

Hizo sus estiramientos mañaneros y se adentró a la ducha importándole poco el desastre hecho durante la noche anterior.

No era fan de ducharse con agua fría, pero sabía que si no salía rápido Renjun se enojaría y no le daría besitos durante el resto del día. Con el agua corriendo se llenó el cuerpo de jabón y los cabellos rubios con shampoo aroma a miel. Soltó una gran carcajada al ver la cantidad de hematomas que habían quedado en su pecho y los rasguños en sus brazos que perdían su característico color rojizo.

Renjun no solía pensar en aquellas situaciones, incluso era torpe cuando hacían el amor, adoraba marcar su cuerpo y después llenar de besos las marcas cuando llegaba el arrepentimiento y el pobre cuerpo de Jaemin sufría las consecuencias.

Salió rápidamente del baño y se vistió con un conjunto que su brillante chico le había dejado sobre la cama que se encontraba extrañamente ordenada y con sábanas distintas.

Acababa de romper su récord de tiempo mínimo empleado en ducharse y cambiarse, no le sorprendía, después de todo aún le temía un poco a su diminuto novio enojado.

Salió de su habitación con pasos rápidos y encontró al dueño de sus pensamientos dibujando sobre una servilleta.

— ¿Qué haces, amor?— preguntó Jaemin abrazando por la cintura a la pequeña anatomía de Renjun.

— Te estaba esperando— comentó sonriente el chino con aspecto de niño pequeñito.

Renjun se volteó sobre su asiento y colocó sus manos alrededor del cuello del mayor, poco a poco lo acercó hacia él y dejó varios suaves piquitos sobre los labios rosados de Na.

— Me gustas mucho— ¿Renjun siendo dulce cuando estaba enojado?, eso esa algo nuevo para Jaemin—, pero te tardas mucho y tengo hambre, eso te quita puntos.

Renjun se alejó del alto chico y salió del departamento, no sin antes tomar las llaves del auto de Na.

— ¡Yo manejo!— la voz chillona de Renjun poco a poco se disminuía y se ahuecaba.

Eso significaba una sola cosa, y esos eran problemas para Jaemin.

¡Renjun ni siquiera alcanzaba el pedal!

∆∆∆Regalo para ustedes porque quiero que se rían conmigo

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Regalo para ustedes porque quiero que se rían conmigo

Llevo varios días intentando escribir un poquis de lemmon para la historia pero siempre que me entra la inspiración me acuerdo de la foto y pierdo la seriedad JAJAJDJSJSJA

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Llevo varios días intentando escribir un poquis de lemmon para la historia pero siempre que me entra la inspiración me acuerdo de la foto y pierdo la seriedad JAJAJDJSJSJA

Lxs tqm uwu
daff

short ; renmin ✓Where stories live. Discover now